El C¨ªrculo en el laberinto
La deuda econ¨®mica de la entidad de Bellas Artes de Valencia la aboca a la desaparici¨®n - Un sector de socios critica los errores de pasadas directivas
El renacentista y creativo C¨ªrculo de Bellas Artes valenciano, fundado en 1893, y que en 2013 har¨¢ 120 a?os de historia, es ahora un pat¨¦tico fantasma de lo que fue. En 1912 Joaqu¨ªn Sorolla lo consagr¨® creando el grupo Juventud Art¨ªstica. Su auge vino en los a?os treinta, que integr¨® a una asociaci¨®n de artistas, pintores y escultores al principio, luego gente de la cultura. Durante la guerra se integr¨® en la Alianza de Intelectuales en Defensa de la Cultura. Franco lo cerr¨®. Un arist¨®crata logr¨® abrirlo a?os despu¨¦s.
En sus viejos tiempos estuvo cuajado de actividades, cursos de dibujo, conferencias, vida social y es poseedor de una pinacoteca de arte nada desde?able: Sorolla, Benlliure, Pinazo, Rusinyol, Fortuny y, al decir de un socio, "el mejor Mu?oz Degrain que hay en el mundo".
La junta pide auxilio, pero solo recoge promesas de las instituciones
Pero ahora mismo, el legendario C¨ªrculo tiene un problema. Su deuda podr¨ªa rondar el mill¨®n y medio de euros, seg¨²n diversas fuentes. Los cr¨¦ditos pedidos a los bancos en su momento para la restauraci¨®n del viejo edificio, ahora casi oculto en la calle de Cadirers del casco antiguo, han llevado a la ruina a la entidad.
"Si la Administraci¨®n no pone dinero, el C¨ªrculo se cerrar¨¢ en poco tiempo", sentencia un socio. Pocos valencianos frecuentan el lugar, anta?o concurrido por su ¨®ptima ubicaci¨®n, pero los que lo visiten reparar¨¢n en que ya no se ven las obras de los grandes pintores. Las obras de arte est¨¢n guardadas bajo llave por miedo a los acreedores, asegura un viejo socio; es como una comedia de los Quintero.
Para el secretario general de la actual directiva, Rafael F¨¢bregues, la cosa est¨¢ clara: "La dif¨ªcil situaci¨®n financiera es la herencia de una mala gesti¨®n por parte de las juntas anteriores, iniciada por el obligado traslado de la sede de la plaza de Mariano Benlliure a su actual situaci¨®n".
En aquellos tiempos, el promotor Ballester compr¨® la finca y entonces se cometi¨® el primer error, a juicio de F¨¢bregas y de la mayor¨ªa de socios: "La entonces junta directiva, quiz¨¢s alentada por la propia promotora, o no, decide la compra de un edificio, sin pararse a pensar en las consecuencias para el futuro de la asociaci¨®n, ni barajar otras alternativas; la fusi¨®n con otra entidad como el Ateneo Mercantil, que hubiera sido lo ideal", sostiene el secretario general.
El problema que sufre el C¨ªrculo, que ha pasado en poco tiempo de 700 a 400 socios que pagan unos 45 euros al trimestre, es que la mayor¨ªa son gente de edad longeva, lo que le imprime al ya viejo edificio un aire conservador. No se ven por ninguna parte aires de renovaci¨®n y apertura a generaciones j¨®venes.
Por el momento, el peregrinaje que la actual y renovada junta directiva ha hecho por las diversas instituciones para pedir auxilio ha sido in¨²til. La callada por respuesta. La junta ha visitado a la Consejer¨ªa de Cultura y por supuesto a Bancaja (Bankia); se ha reunido con Alejandro Font de Mora, con la consejera de Cultura, Lola Johnson, y con Mayren Beneyto, concejal de Cultura municipal, sin ¨¦xito en todos los casos. Todo son promesas.
Seg¨²n algunas fuentes, Bankia estar¨ªa dispuesta a negociar la colosal deuda aunque rechazar¨ªa llevar la responsabilidad del C¨ªrculo. Un socio se?ala: "La ¨²nica salida es hacer un trueque con el Ayuntamiento o la consejer¨ªa". Llegar a una buena negociaci¨®n que mantenga la entidad e impida la verg¨¹enza nacional de que la tercera y vigorosa ciudad espa?ola se quede sin su C¨ªrculo.
Socios consultados que reh¨²san dar su nombre no escatiman cr¨ªticas a las antiguas directivas, entre ellas la de ?lex Alemany o Jos¨¦ Garner¨ªa. Hay una an¨¦cdota escandalosa, seg¨²n fuentes del interior de la entidad: se lleg¨® a perder una subvenci¨®n de 250.000 euros por no molestarse en pedirla. El diagn¨®stico de la directiva es demoledor: "El cese de actividades, el porcentaje tan alto de socios mayores, la nula entrada de nuevos socios, sobre todo j¨®venes, y un marcado clasicismo y nula renovaci¨®n, hace que se vaya desmarcando de la moderna sociedad valenciana".
Con todo, el entusiasmo de los que resisten es encomiable. Disponen de una humilde web (www.cbbaav.es) en la que cuentan su historia y actividades, sus dos cl¨¢sicas y tan simp¨¢ticas y animadoras de los domingos con "arte en la calle" y sus legendarias subastas. El C¨ªrculo, cen¨¢culo, mentidero y gran escenario de la cultura valenciana, por donde fumaron sus puros los republicanos ilustrados de los treinta est¨¢ a punto, si Dios, (la Administraci¨®n ?cultural?) no lo remedia, de ser historia.
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