Rajoy empieza a clarear
Empieza la alborada. El presidente entrante, Mariano Rajoy, despu¨¦s de reunirse consigo mismo, ha comunicado en la ma?ana del lunes 12 que Jes¨²s Posada es su candidato para la presidencia del Congreso de los Diputados, en la elecci¨®n a celebrar en la sesi¨®n constitutiva de la C¨¢mara, conforme a lo dispuesto en el art¨ªculo 37 de su Reglamento y a las prescripciones del art¨ªculo 72.2 de la Constituci¨®n. Adem¨¢s, para las vicepresidencias de la C¨¢mara Rajoy ha propuesto las candidaturas de Celia Villalobos y Dolors Monserrat y para las secretar¨ªas, las de Ignacio Gil L¨¢zaro y Santiago Cervera. Aclaremos que los d¨ªas transcurridos desde el escrutinio del domingo 20 de noviembre han permitido sustanciar los recursos, sin que se haya producido alteraci¨®n alguna entre los que fueron considerados electos aquella noche.
La presidencia de Posada parece una apuesta a favor de la competencia y la discreci¨®n
Pastor, Fern¨¢ndez D¨ªaz y Gallard¨®n incrementan sus probabilidades de ser titulares del equipo inicial
Tambi¨¦n se calcula que los diputados para adquirir la condici¨®n plena han debido presentar la credencial de la Junta Electoral y cumplimentado su declaraci¨®n de intereses, a efectos del examen de incompatibilidades, donde se reflejen los datos relativos a profesi¨®n y cargos que desempe?e. Todo ello conforme al "Formulario n¨²mero 1", que sigue inalterado pese a su disparatada redacci¨®n. Porque incluye preguntas como la de si el electo es presidente o magistrado del Tribunal Constitucional, del Consejo del Poder Judicial, del Tribunal de Cuentas o Defensor del Pueblo, embajador acreditado ante Estado extranjero, militar en activo, u otras muchas m¨¢s carentes de sentido, habida cuenta de que se trata de cargos que les habr¨ªan hecho inelegibles con el correspondiente pronunciamiento de la Junta Electoral competente.
Pero llegados aqu¨ª conviene formular otras observaciones. La primera es que estos anuncios, en l¨ªnea con lo sucedido en anteriores legislaturas, confirman que se trata de designaciones decididas desde lo alto por la autoridad. Un proceder apenas velado por el formalismo de una elecci¨®n sin incertidumbre alguna. En la pr¨¢ctica son nombramientos dictados por el l¨ªder, ajenos a cualquier emanaci¨®n de la voluntad democr¨¢tica del grupo parlamentario. La segunda es que la composici¨®n de la Mesa del Congreso disipa algunas nieblas, tanto por los incluidos en la n¨®mina como por los excluidos. As¨ª, la opci¨®n de la presidencia para Jes¨²s Posada parece una apuesta a favor de la competencia y la discreci¨®n. Premia una trayectoria, la colma. Garantiza que en ese lugar, el tercero en la nomenclatura del Estado, habr¨¢ veteran¨ªa, sin ambiciones ni reservas. A diferencia de lo sucedido con Federico Trillo ahora la presidencia del Congreso dejar¨¢ de ser la sala de espera en tr¨¢nsito hacia el Gobierno. Adem¨¢s, la instalaci¨®n de Posada deja disponible toda la alineaci¨®n para los nombramientos ministeriales. De modo que Ana Pastor, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz y Alberto Ruiz-Gallard¨®n, m¨¢s que descartes a eliminar, pasar¨ªan a incrementar sus probabilidades de saltar al campo como titulares del equipo inicial.
La tercera observaci¨®n se refiere a los escalones sucesivos de las vicepresidencias y secretar¨ªas y a las opciones decididas para el Senado. El recurso a Celia Villalobos para la vicepresidencia dejar¨ªa entrever, seg¨²n algunos marian¨®logos que las deudas de Rajoy se circunscriben a su entorno m¨¢s ¨ªntimo, dentro del cual ha cumplido un papel clave Pedro Arriola. Pero tampoco, porque Celia ya estaba mucho antes ah¨ª en la Mesa del Congreso. Dolors Montserrat parece un detalle con el PP de Catalu?a. La continuidad de Ignacio Gil L¨¢zaro, a dieta de fais¨¢n como plato ¨²nico, en una de las secretar¨ªas ser¨ªa un aparcamiento c¨®modo y neutralizado, tanto para el interesado como para el grupo, preservando las gabelas acostumbradas. En cuanto al Senado, llevar a P¨ªo Garc¨ªa-Escudero a la presidencia es retribuir a quien supo pasar del comportamiento caballeroso del jinete de alta escuela al del caballo en cacharrer¨ªa, conforme a las necesidades del gui¨®n establecidas por G¨¦nova.
Veremos c¨®mo se organiza la votaci¨®n porque el art¨ªculo 37 del Reglamento del Congreso puede llevar a toda clase de confusiones. De manera que cada uno de los diputados bajo disciplina de los grandes grupos debe ser minuciosamente instruido sobre a cu¨¢l de los dos candidatos presentados por su formaci¨®n debe votar para que se salve el equilibrio num¨¦rico requerido y ambos resulten elegidos. Entre tanto, como se?ala John Stuart Mill en Cap¨ªtulos sobre el socialismo, traducidos en Wyoming por Carlos Mellizo, sucede que "ning¨²n grado de buena conducta puede dar explicaci¨®n de que una persona prospere en el mundo, si no es con la ayuda de una serie de accidentes favorables". Esperemos que se produzcan.
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