Ni?os africanos recogen el algod¨®n de Victoria's Secret
La firma de ropa interior compra el producto trabajado por menores de Burkina Faso en programas de comercio justo
La pesadilla de Clarisse Kambire casi nunca cambia. Es de d¨ªa. En un campo de algod¨®n que estalla en flores color p¨²rpura y blanco, un hombre se inclina sobre ella blandiendo un palo sobre su cabeza. Entonces retumba una voz, que sacude a Clarisse de su sue?o y hace que su coraz¨®n d¨¦ un salto. "?Lev¨¢ntate!". El hombre que le ordena levantarse es el mismo que aparece en el sue?o de la chiquilla de 13 a?os: Victorien Kambou-le, el agricultor para el cual trabaja en un campo de algod¨®n en ?frica occidental. Clarisse ayud¨® a cavar m¨¢s de 500 surcos solo con sus m¨²sculos y una azada, que reemplazan al buey y el arado que el granjero no puede pagar. Si ella es lenta, Kamboule la azota con una rama de ¨¢rbol.
"Nuestras normas proh¨ªben el trabajo de ni?os", dice la compa?¨ªa Clarisse, de 13 a?os, cava surcos con una azada. Si es lenta, Kamboule la azota
Esta es la segunda cosecha de Clarisse. El algod¨®n de la primera pas¨® de sus manos a los camiones de un programa de Burkina Faso que maneja algod¨®n certificado como comercio justo y que por ende deber¨ªa estar a salvo de semejantes pr¨¢cticas. La fibra de esa cosecha luego fue a f¨¢bricas en India y Sri Lanka, donde se cre¨® ropa interior para Victoria's Secret -como el par de calzas con estampado cebra de tiro corto que se venden por 8,5 d¨®lares (6,5 euros) en una tienda de lencer¨ªa de Chicago-."Fabricado con el 20% de fibras org¨¢nicas de Burkina Faso", se lee en la etiqueta de la prenda.
Sembrada cuando Clarisse ten¨ªa 12 a?os, toda la cosecha org¨¢nica de Burkina Faso de la ¨²ltima temporada fue comprada por Victoria's Secret, seg¨²n Georges Guebre, l¨ªder del programa nacional org¨¢nico y de comercio justo, y Tobias Meier, responsable de comercio justo en Helvetas Swiss Intercooperation, una ONG que estableci¨® el programa y ha contribuido a comercializar el algod¨®n para compradores globales. Meier dice que en principio Victoria's Secret se quedar¨ªa tambi¨¦n con la mayor parte de la cosecha org¨¢nica de este a?o.
Como socia de Victoria's Secret, la organizaci¨®n de Guebre, la Federaci¨®n Nacional de Productores de Algod¨®n de Burkina, es responsable de manejar todos los aspectos del programa org¨¢nico y de comercio justo en Burkina Faso. Conocida por sus iniciales francesas, la UNPCB (Union Nationale des Producteurs de Cotton du Burkina Faso) en 2008 copatrocin¨® un estudio en el cual se indicaba que cientos, quiz¨¢ miles, de ni?os como Clarisse pod¨ªan ser vulnerables a la explotaci¨®n por parte de productores y de Helvetas. Victoria's Secret dice que nunca vio ese informe.
Una ejecutiva de la casa matriz de Victoria's Secret dijo que la cantidad de algod¨®n que compra la firma a Burkina Faso es m¨ªnima, pero que toma seriamente las acusaciones. "Nuestras normas proh¨ªben espec¨ªficamente el trabajo infantil", dijo Tammy Roberts Myers, vicepresidenta de comunicaciones externas de Limited Brands Incorporated. "Estamos en¨¦rgicamente empe?ados en investigar a fondo esta cuesti¨®n con las partes interesadas". El trabajo de Clarisse pone en evidencia las deficiencias del sistema para certificar como comercio justo productos b¨¢sicos y terminados en un mercado global que creci¨® un 27% en un a?o hasta m¨¢s de 5.800 millones de d¨®lares (4.450 millones de euros) en 2010. Ese mercado se funda en la noci¨®n de que las compras realizadas por empresas y consumidores no deben hacer a estos c¨®mplices de la explotaci¨®n, sobre todo de ni?os.
En Burkina Faso, donde el trabajo infantil es end¨¦mico, pagar sobreprecios lucrativos por el algod¨®n de comercio justo ha creado nuevos incentivos para la explotaci¨®n. El programa atrajo a agricultores que dicen no tener recursos para cultivar algod¨®n con certificaci¨®n de comercio justo sin violar un principio central del movimiento: obligar a trabajar en sus campos a ni?os ajenos.
En granjas de parcelas peque?as como la de Kamboule en todo Burkina Faso, investigadores patrocinados por la federaci¨®n de productores constataron en 2008 que m¨¢s de la mitad de los 89 productores sondeados ten¨ªan 90 chicos acogidos temporalmente menores de 18 a?os que no iban a la escuela. "No, no nos dijeron nada sobre ni?os", justific¨® Louis Joseph Kambire, de 69 a?os, un granjero nervudo de comercio justo que forma parte de la comisi¨®n de auditor¨ªa de la cooperativa Benvar, la aldea de Clarisse.
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