Regalos
Despedir el a?o con cierto tono pesimista es de mal gusto, pero hay que reconocer que est¨¢ resultando dif¨ªcil encontrar alguna pista sobre cualquier tipo de optimismo. En esta ocasi¨®n, la despedida tiene aspecto de final de ¨¦poca y eso siempre es motivo de intranquilidad. En cualquier caso, en estos ¨²ltimos diez d¨ªas tendremos muchos regalos y algunos marcar¨¢n buena parte de nuestro futuro.
El principal regalo que nos espera es el de Rajoy y es uno de esos que no admite devoluci¨®n ni cambio, habr¨¢ que admitirlo quieras o no quieras. Lo viene preparando desde hace tanto tiempo, es tan elaborado y poco espont¨¢neo que probablemente no tendr¨¢ gracia. Pero es un obsequio que marcar¨¢ nuestra forma de vivir del pr¨®ximo a?o, quiz¨¢ de varios, porque tiene usos m¨²ltiples ya sea al sueldo, a la salud, a la educaci¨®n o hasta a la cerveza nuestra de cada d¨ªa. Vendr¨¢ cuidadosamente envuelto en papel de lujo, esperemos que de buen gusto aunque hay expectativas diversas al respecto, con la cara estampada de cada ministro que ser¨¢n los encargados de explicarnos con gran lujo de detalle los diversos aspectos del regalito. Personalmente preferir¨ªa una cafetera, pero me temo que Rajoy es de los que no admite sugerencias.
En cuanto al otro regalo, el de los trajes de Camps, sigue su curso en la sala de justicia y es de esperar que est¨¦ terminado para finales de a?o o, como mucho, a principios del otro. Aunque estas cosas nunca terminan del todo, son como los programas de ordenador, siempre aparecer¨¢ una versi¨®n posterior convenientemente actualizada y con m¨¢s colores, que siempre puedes volver a regalar. Resulta dif¨ªcil describir lo que est¨¢ pasando all¨ª, pero es una extra?a mezcla de El Proceso de Kafka, El mercader de Venecia de Shakespeare y Los intereses creados de Benavente, eso s¨ª, con una literatura bastante peor. En este caso, el regalo viene envuelto con un exceso de papeles, preguntas ret¨®ricas y horas interminables de liturgia. Dicen que todo responde a la pretensi¨®n de seducir al jurado, algo que me extra?a, porque si yo estuviera en su lugar tendr¨ªan asegurada mi castidad para toda la vida y hasta con car¨¢cter retroactivo.
Habr¨¢ m¨¢s regalos en enero hasta el d¨ªa de Reyes, aunque mejor no tocar en estos d¨ªas el tema mon¨¢rquico que bastante tienen ya con lo que ya tienen. Los plebeyos debemos regalar cosas m¨¢s normales, aunque de farmacia nada porque cierran, ni vuelos de avi¨®n que est¨¢n de huelga y pronto los colegios concertados nos devolver¨¢n a los ni?os sin papel de envolver. Resulta curioso que en estos nuevos tiempos se manifiestan y est¨¢n de huelga los que m¨¢s tienen, pero a los que no tienen, se les quita lo poco que tienen, como dice el libro.
En estos momentos y tal como est¨¢n las cosas, el mejor regalo es desear suerte y eso es lo que yo les deseo a todos. Hasta el a?o que viene.
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