Juan Manuel Kindel¨¢n, expresidente del Consejo de Seguridad Nuclear
El 30 de diciembre muri¨® Juan Manuel Kindel¨¢n G¨®mez de Bonilla. Su vida ha sido demasiado rica para que se pueda resumir f¨¢cilmente, pero su perfil p¨²blico es el de un ciudadano comprometido desde su juventud con la democracia -lo que le llev¨® a exiliarse en Par¨ªs a comienzos de los sesenta-, un firme creyente en la racionalidad y el conocimiento cient¨ªfico y, a lo largo de su carrera profesional, un hombre que sirvi¨® a su pa¨ªs a trav¨¦s de la tecnolog¨ªa y de la ciencia.
Fue director del Servicio de Estudios del INI, secretario general de Minas ya en la d¨¦cada de los ochenta, antes de convertirse en 1985 en fundador y primer presidente de la Empresa Nacional de Residuos Radiactivos (Enresa), en un momento en el que era necesario poner orden en la gesti¨®n de residuos radiactivos en el contexto dif¨ªcil de una opini¨®n p¨²blica hostil y poco informada sobre los problemas que planteaban los residuos, independientemente de que se diera o no continuidad al uso de la energ¨ªa nuclear.
Dedic¨® toda su carrera profesional al servicio p¨²blico a trav¨¦s de la ciencia
Tuve el honor de comenzar a trabajar a su lado -como jefa de gabinete- cuando se convirti¨® en 1994 en presidente del CSN, el Consejo de Seguridad Nuclear. En esta experiencia tuve ocasi¨®n de apreciar su rigor y su escasa paciencia con quienes carecen de ¨¦l, y tambi¨¦n otros aspectos de su personalidad, incluyendo un sentido del humor que pod¨ªa ser malvado, o cuando menos p¨ªcaro, y una gran consideraci¨®n hacia las personas reales, independientemente de sus opiniones y preferencias. Incluso su intolerancia hacia la necedad no le imped¨ªa aceptar las limitaciones personales.
Pero su ¨¦tica era ante todo la del servidor p¨²blico y no pod¨ªa aceptar a quienes ponen sus intereses personales por encima del inter¨¦s general en nombre del mercado o de la pol¨ªtica entendida como juego de poder. Pese a ser un hombre pol¨ªtico -y un apasionado socialdem¨®crata- no pod¨ªa ni quer¨ªa justificar el regate corto a expensas de la verdad, del inter¨¦s general a largo plazo o de la racionalidad.
No deja de ser una paradoja que muriera el mismo d¨ªa en que se aprobaba por fin el emplazamiento del ATC, el Almac¨¦n Temporal Centralizado para residuos nucleares que llevaba a?os reclamando tras haber resuelto en su tiempo en Enresa la creaci¨®n en El Cabril de un almacenamiento seguro para los residuos de baja radioactividad.
Juan Manuel Kindelan no se parecia a nadie. Era un hombre singular. Un espa?ol inteligente e ilustrado. Pensaba que la educacion, el conocimiento y la investigaci¨®n podian salvar a Espa?a del atraso y del canibalismo ideol¨®gico. Seg¨²n me ha contado su amigo Mart¨ªn Gallego, volvi¨® de su exilio en Francia, donde hab¨ªa trabajado en un instituto de investigaci¨®n, con una patente bajo el brazo. Y en todos estos a?os no ha dejado de pelear por la investigaci¨®n y el conocimiento. Por el valor a?adido de la ciencia y la tecnolog¨ªa.
Otra de sus obsesiones era el mundo global. Los espa?oles deb¨ªamos aprender idiomas y viajar. Visitar las instalaciones americanas y francesas, hablar con los ingleses, entendernos con los chinos. En un viaje a China como presidente del Consejo de Seguridad Nuclear se pase¨® por todas las instalaciones nucleares de tecnolog¨ªa china, antes de que China tuviera su posicion actual. Recuerdo c¨®mo en Pek¨ªn par¨® un avi¨®n que estaba ya en pista de despegue porque se habia dejado toda la documentacion en una sala de espera repleta. Par¨® el avi¨®n, le pusieron la escalerilla y recuper¨® su documentacion: Juan Manuel era todo un car¨¢cter.
Era un ingeniero, un ingeniero de minas. Por eso se emocionaba con las formaciones geol¨®gicas y el interior de la tierra. El carb¨®n, el gas, el petroleo. Y la energ¨ªa como motor del desarrollo, incluyendo las energ¨ªas renovables. Creo que se divirti¨®, y nos ense?¨® mucho, con la Fundaci¨®n de Estudios sobre la Energ¨ªa. La ¨²ltima reuni¨®n fue sobre el gas de esquisto. Juan Manuel era un ense?ante, en el sentido m¨¢s noble y cl¨¢sico de la palabra. Llenaba su entorno con semillas de curiosidad y era un extraordinario l¨ªder de equipos.
Le vamos a echar mucho de menos. Por su inteligencia y su sentido del humor, por su curiosidad, por su optimismo, por su capacidad de entender nuestro pais, por su car¨¢cter dif¨ªcil y porque hasta el ultimo momento fue capaz de bromear y rega?arnos. Lo seguir¨¢ haciendo en nuestra memoria para siempre.
Carmen Mart¨ªnez Ten es presidenta del Consejo de Seguridad Nuclerar.
![Juan Manuel Kindel¨¢n.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/76V5QRC53TVHSMSL2T4M7TZFBU.jpg?auth=50e5f2141fd2e7c0df3171699b488a44fed35ca6880d2a60bd9853cbccc9dfa0&width=414)
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