Desmontando mentiras del franquismo
El franquismo desarroll¨®, imagino que como cualquier dictadura, un sutil sistema que convert¨ªa los desaciertos del l¨ªder supremo en aciertos, para llevarnos a la conclusi¨®n de que el Caudillo nunca se equivocaba. Por ejemplo, tras el encuentro de Franco y Hitler en Hendaya, en octubre de 1940, Espa?a estuvo a punto de integrarse al Eje y declarar la guerra a los Aliados. Franco lo quer¨ªa as¨ª, como han demostrado ya varios historiadores en a?os recientes. Y, sin embargo, en Espa?a se nos hizo creer, concluida la II Guerra Mundial, que Franco negoci¨® con Hitler a "a la gallega" para dilatar la entrada en el conflicto, ya que el dictador espa?ol era consciente desde mucho tiempo antes de que la guerra la perder¨ªa el Eje.
Entre bestias y h¨¦roes. Los espa?oles que plantaron cara al Holocausto
Diego Carcedo
Espasa Calpe. Madrid, 2011
229 p¨¢ginas. 19.90 euros
Ese mismo sistema de exaltaci¨®n de las cualidades visionarias del jefe supremo se aplicaba tambi¨¦n en sus cualidades de rango moral. El jefe no s¨®lo era infinitamente sabio, sino tambi¨¦n infinitamente bueno. Y as¨ª, en los a?os siguientes al t¨¦rmino de la II Guerra Mundial, los servicios de propaganda del r¨¦gimen, por caminos sutiles, llevaron a la sociedad espa?ola a la convicci¨®n de que Franco, durante el conflicto, hab¨ªa ayudado a salvar las vidas de miles de jud¨ªos, enga?ando a la diplomacia del F¨¹hrer. Por fortuna, en democracia, hay gente que investiga y va tumbando con lentitud y precisi¨®n todo el entramado de mentiras y medias verdades que construy¨® a su alrededor la propaganda del franquismo. Y en esa l¨ªnea se integra el premio Espasa de Ensayo, del a?o 2001, reci¨¦n publicado, que recay¨® en Diego Carcedo por un trabajo que titula Entre bestias y h¨¦roes. Los espa?oles que plantaron cara al Holocausto. Es un texto bien narrado y bien documentado que desmonta una gran mentira: que Franco ayud¨® a los jud¨ªos, y que alumbra una verdad: que no fueron pocos los espa?oles, sobre todo diplom¨¢ticos, que actuando por su cuenta lograron salvar la vida de miles de jud¨ªos perseguidos por el nazismo. Carcedo pone nombre y apellidos a esos "h¨¦roes" hasta ahora casi an¨®nimos, y descubre el juego de los c¨®mplices espa?oles de los nazis en uno de los cr¨ªmenes m¨¢s perversos perpetrados en la historia de la humanidad: el Holocausto jud¨ªo. El libro rescata la memoria de Eduardo Propper de Callej¨®n (c¨®nsul espa?ol en Burdeos), de Bernardo Rolland de Miota (c¨®nsul en Par¨ªs), Alfonso Fiscovich (su sucesor), el m¨¦dico Eduardo Mart¨ªnez Alonso (Lalo), Julio Palencia Tubau (diplom¨¢tico destinado en Bulgaria), el conde Casas Rojas (embajador en Rumania), Jos¨¦ Ruiz de Santaella (diplom¨¢tico en Berl¨ªn), Sebasti¨¢n Romero Radigales (c¨®nsul en Atenas), las hermanas gallegas Touza en el pueblo de Ribadavia y su red para pasar jud¨ªos a Portugal, el asturiano Francisco Ponz¨¢n (fusilado por la Gestapo) y su red para pasar jud¨ªos a Espa?a desde Francia, y los diplom¨¢ticos destinados en Budapest Miguel ?ngel Muguiro y ?ngel Sanz-Brito. Todos ellos se jugaron sus carreras y, a menudo, la vida para salvar de los campos de extermino a miles de jud¨ªos. Y frente a esos "h¨¦roes", el recuerdo tambi¨¦n de los c¨®mplices espa?oles de las "bestias" nazis, en particular los ministros Ram¨®n Serrano S¨²?er, Francisco G¨®mez Jordana y Jos¨¦ F¨¦lix de Lequerica. Y tras ellos, la sombra del general Franco.
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