"El maltratador debe saber que ya no hay impunidad"
Tres toques apenas de color en su despacho oficial en la sede del Consejo General del Poder Judicial, que es como las decenas de despachos oficiales de este mundo: bandera nacional, libros del gremio, mobiliario cl¨¢sico en edificio a juego de un Madrid muy burgu¨¦s y c¨¦ntrico. Uno de ellos es su bolso morado, muy morado, desparramado en el suelo, del que saca primero el libro de Inma Chac¨®n Tiempo de arena (que tiene preparado para el vuelo que dentro de un rato va a realizar hacia su Andaluc¨ªa natal), y extrae luego, como de una caja m¨¢gica, unos folios con los datos de la ¨²ltima macroencuesta sobre violencia de g¨¦nero, realizada por la Secretar¨ªa de Estado de Igualdad justo antes del cambio de Gobierno. "Aqu¨ª hay detalles que me preocupan y otros que me llaman la atenci¨®n positivamente". ?Positivamente? Asiente, mientras se acomoda en el sill¨®n vestida de traje negro, camiseta azul bien azul y u?as pintadas de rojo vivo, que dan el toque ex¨®tico a esta mujer menuda, de voz tan suave y calmada que sorprende en ella mensaje tan claro y contundente... Porque en su boca las cifras terribles de muertes (60 el ¨²ltimo a?o) y maltrato de mujeres adquieren de inmediato dimensiones nuevas. Pasan del drama dom¨¦stico y social que ya representan al terreno de la prevenci¨®n y la acci¨®n que se realiza d¨ªa a d¨ªa en distintos organismos, juzgados... como en una cocina gigantesca atravesada por borbotones de preguntas. ?C¨®mo es posible que estas 60 personas hayan muerto a manos de sus parejas sin poder evitarlo? ?Que otras 600.000 reconozcan vivir en situaci¨®n de maltrato? ?Que medio mill¨®n de menores hayan sufrido agresiones f¨ªsicas en el contexto familiar? "S¨ª, tremendo. Sucede aqu¨ª y en tantos sitios; pero aqu¨ª lo cuantificamos, estamos avisados y m¨¢s preparados para prevenir, actuar, tomar medidas que lo frenen...".
"Esta violencia acabar¨¢ cuando la calle se llene de hombres protestando"
"Damos discursos sobre igualdad, pero se transmiten roles de dominio"
El n¨²mero de denuncias en el ¨²ltimo lustro es espectacular: 604.902; las sentencias condenatorias por estos delitos, 177.233... La violencia de g¨¦nero parece que no decae: son unas 34.000 denuncias en el ¨²ltimo trimestre, crecen un 10%. ?Qu¨¦ es lo que pasa? Seg¨²n la macroencuesta, desde 2006 la tasa de homicidios se ha reducido un 33%, y crecen las mujeres que salen de la violencia, lo cual es positivo, pero lo que me preocupa es que se confirma que de 10 mujeres que mueren a manos de su pareja, siete u ocho no hab¨ªan denunciado. Y ya ser¨ªa momento para que ellas denunciaran m¨¢s y pudi¨¦ramos evitar muertes. Me pregunto si es que no llegan las pol¨ªticas de sensibilizaci¨®n o es que subsisten miedos o temores... Otro factor es que el 34% de solicitantes de ¨®rdenes de protecci¨®n son extranjeras. Es fundamental intervenir en esa fase previa, de prevenci¨®n.
Pero ?c¨®mo se hace eso, c¨®mo se previene? Desde muchos ¨¢mbitos. Educaci¨®n, evidentemente. La Ley Integral de 2004 cre¨® Educaci¨®n para la Ciudadan¨ªa, una asignatura que ha tenido un desarrollo desafortunado, porque no ha sabido imponer su criterio homog¨¦neo en todas las comunidades y, obviamente, no ha sido el instrumento que esper¨¢bamos que fuera de educaci¨®n en igualdad. O, por ejemplo, la Ley Integral preve¨ªa que en los colegios e institutos hubiera agentes de igualdad que ense?aran y actuaran cuando los j¨®venes inician comportamientos machistas... Y no conozco muchos que los tengan. Hay que darle contenido a esa asignatura explicando que la violencia contra la mujer tiene causas estructurales y as¨ª lo dicen los documentos internacionales... Cuando se pega a una mujer se vulneran derechos humanos.
?Bastar¨ªa? No. Paralelamente hay que trabajar en el ¨¢mbito de la cultura y los medios de comunicaci¨®n... Llevo mucho tiempo en esto y compruebo que podemos estar dando discursos preciosos sobre igualdad y sus beneficios para la sociedad, pero si luego mi hija y mi hijo se sientan ante el televisor, los contenidos que est¨¢n asumiendo son absolutamente estereotipados... transmiten a¨²n roles de dominio, de sumisi¨®n... Roles antiguos que pens¨¢bamos que ya ¨ªbamos a superar. Entonces, as¨ª, uno se da cuenta de que por un lado va el mensaje formal y se intentan poner medios, y por otro hay corrientes subterr¨¢neas en contra que reproducen los patrones de anta?o.
Inmaculada Montalb¨¢n, granadina, de 52 a?os, pertenece a esa generaci¨®n que se bati¨® el cobre por la igualdad desde bien pronto en un tiempo dif¨ªcil, con ecos del posfranquismo y la tradici¨®n, que hac¨ªa luz de gas con todo lo femenino y emancipador. Ella hizo carrera por empe?o propio y familiar; en su entorno no hab¨ªa precedente de estudio superior alguno, y menos con rostro de mujer. "Soy de Iznalloz, un pueblo a 35 kil¨®metros de Granada; de all¨ª es toda mi familia; estudi¨¦ en Granada, pero vuelvo siempre por la sierra de Arana, salgo mucho a andar por all¨ª... La familia paterna era fundamentalmente de hombres y se dedicaban al transporte, Transportes Montalb¨¢n se llamaba, y luego instalaron un restaurante hotel, Los Rosales, a la entrada de Granada... y ah¨ª ya s¨ª se ocuparon de que sus hijos hicieran carrera". Sus progenitores fueron un¨¢nimes sobre su futuro, "y eso que mi madre, mientras yo estudiaba, era tambi¨¦n cocinera del restaurante". Recuerda como decisivo a un profesor: "Daba filosof¨ªa en el colegio... era un librepensador, y se comentaba que quer¨ªan echarlo por revolucionario; nos hac¨ªa pensar a las chicas. El m¨ªo era un colegio de monjas de la Presentaci¨®n. Y ¨¦l me ayud¨® a tener la curiosidad intelectual que luego he mantenido...".
Hoy, esta pionera puede presumir de muchas tablas en la judicatura, tres hijos crecidos en derechos, un marido modelo de conciliaci¨®n e igualdad, y un cargo imprescindible en los tiempos que corren: es magistrada, vocal del Consejo General del Poder Judicial, presidenta de la Comisi¨®n de Igualdad y del Observatorio contra la Violencia Dom¨¦stica y de G¨¦nero, organismo que vigila esa realidad sangrante y persistente. "Vamos por el buen camino", repite. Porque, asegura, nada tiene que ver el escenario que tenemos hoy en la lucha contra la violencia de g¨¦nero y en avance de derechos de la mujer con lo que hab¨ªa en la d¨¦cada de los ochenta... "Y esto es un m¨¦rito de la sociedad espa?ola, de los medios de comunicaci¨®n que en su momento dieron voz e imagen a las v¨ªctimas... y de los agentes pol¨ªticos, porque, a diferencia de otros Estados, aqu¨ª este problema se situ¨® en la agenda como problema p¨²blico".
?Qu¨¦ le ha pedido usted a los Reyes para 2012? Que no haya muertes. Ni una.
?Qu¨¦ siente ante ese goteo de v¨ªctimas? Dolor. Pienso en lo que habr¨¢n sufrido esas mujeres en silencio un d¨ªa tras otro. Pero al d¨ªa siguiente seguimos adelante... para hacer ver que los malos tratos matan, que no se pueden banalizar los insultos, que las mujeres deben confiar en las instituciones que est¨¢n pensadas para protegerlas. Y si no acuden a nosotros, dif¨ªcilmente podremos hacerlo.
Este incremento de denuncias no significa que haya m¨¢s violencia, sino que se denuncia m¨¢s... S¨ª. Y lo har¨¢n m¨¢s en cuanto ellas identifiquen las distintas clases de maltrato; que este no solo es el golpe. Que a la primera denuncien. El hecho de que crezcan es que se est¨¢ desvelando la violencia subyacente.
Hay muchos otros pa¨ªses donde el problema es brutal, Irlanda por ejemplo... Este problema es mundial. ?Qu¨¦ ocurre? Que Espa?a lleva un c¨®mputo... Recuerdo que una vez me llama una radio argentina y me pregunta: "Oiga, ?y qu¨¦ pasa que tienen tantas muertes de mujeres a manos de sus maridos?". Mire usted, es que nosotros las contamos. Y sin embargo, otros pa¨ªses no o no distinguen el ¨¢mbito de la pareja fuera de la pareja. Hay pa¨ªses, como Guatemala, donde hasta se ha creado la figura del feminicidio, de tantas mujeres muertas; el problema de impunidad es horrible. Y me quedo asombrada cuando ellos se asombran de que aqu¨ª sabemos cu¨¢ntas muertes, denuncias, peticiones de alejamiento, sentencias condenatorias... Todo. Estamos en el buen camino y esto lo ha ratificado hasta el Parlamento Europeo... que en su informe sobre prioridades de la UE contra la violencia de g¨¦nero menciona a Espa?a como ejemplo... Analizamos hasta cuando una mujer ha denunciado y a pesar de ello ha muerto. Para evitar que suceda de nuevo. Siempre faltan medios, pero tenemos ya personal muy preparado, muy especializado.
Ahora que cita falta de medios, en Castilla-La Mancha amagan con retirar ayudas a las maltratadas, ?no es un camino peligroso? Yo llamo a la responsabilidad de los partidos... para que [ahora acaban de nombrarse nuevos ministros de Justicia y Sanidad] los cambios o recortes no afecten a las v¨ªctimas de la violencia de g¨¦nero. Porque en esta ayuda econ¨®mica existencial, en esta protecci¨®n, les va la vida... Si no tenemos lugares donde protegerlas, ad¨®nde van a ir... Creo que los poderes p¨²blicos ser¨¢n respetuosos con lo conseguido hasta ahora. Esta lucha debe estar presidida por la cooperaci¨®n y la coordinaci¨®n. Estoy segura de que sumaremos esfuerzos. El Observatorio ha demostrado ser instrumento ¨²til para ello.
El Observatorio se llama Contra la Violencia Dom¨¦stica y de G¨¦nero. Este 'dom¨¦stica' tambi¨¦n incluye a los hijos, que sufren una exposici¨®n no tan contabilizada...Efectivamente [se?ala los papeles en sus manos], esta macroencuesta se hace cada equis a?os [1999, 2002 y 2006 fueron las ¨²ltimas] para ver la envergadura de la violencia de g¨¦nero que tenemos... (esta ¨²ltima se ha realizado entre personas de 18 a 65 a?os) y el dato que me ha llamado la atenci¨®n positivamente es que ya preguntan por los menores. Y mira, la proporci¨®n de mujeres v¨ªctimas que tienen hijos es del 77%, y 840.000 menores han estado expuestos en el ¨²ltimo a?o a situaciones de violencia; medio mill¨®n han sufrido agresiones f¨ªsicas...
?840.000 expuestos, medio mill¨®n agredidos? Pero eso es much¨ªsimo... S¨ª.
Y teniendo en cuenta que cuando un ni?o ha vivido eso puede asumir que es comportamiento normal...S¨ª, creer que consigue lo que quiere con el maltrato...
La cifra de 140.000 denuncias al a?o... ?no es inasumible desde el punto de vista de los juzgados, de personal, de medios? Por regla general, los juzgados de violencia especializados que se ocupan ¨²nica y exclusivamente de la violencia en su territorio funcionan razonablemente bien... Por ejemplo, los de Madrid soportan su carga de trabajo y no est¨¢n saturados. Pero sin embargo, los cinco nuevos juzgados penales aqu¨ª en Madrid, que enjuician los delitos intermedios, los tenemos colapsados y estamos promoviendo tres jueces de refuerzo... Los primeros van con normalidad, y si detectamos alg¨²n retraso o sobrecarga, intervenimos con refuerzos. Adem¨¢s hay mecanismos que ayudan a que sean r¨¢pidas las resoluciones... por ejemplo, juicios r¨¢pidos...
?Cu¨¢l es la proporci¨®n? En 2010, el 30% de los delitos y el 48% de las faltas se tramitaron en los juzgados de Violencia contra la Mujer por la v¨ªa de juicios r¨¢pidos. Por un lado, te dec¨ªa, tenemos los juicios r¨¢pidos, y por otro, la v¨ªa de las conformidades... Se formula la acusaci¨®n por el ministerio fiscal y el acusado se conforma. Esa v¨ªa aligera tr¨¢mites.
?Se retiraran muchas denuncias? Entre el 11% y el 12%, eso en la fase de instrucci¨®n, sin contar las que se producen en el acto de la vista mismo... ?Por qu¨¦? Las causas son muchas: que la mujer reciba presiones familiares, que no tenga claro que quiere seguir adelante, que est¨¢ coaccionada por el agresor, que no le resulta rentable poner en marcha la maquinaria judicial o que le quiera dar una oportunidad... No olvidemos que en este fen¨®meno criminal se dan caracter¨ªsticas ¨²nicas: cercan¨ªa f¨ªsica, vinculaci¨®n familiar, dependencia emocional, econ¨®mica... Muchas mujeres no quieren separarse porque el ¨²nico que trae el dinero es el marido. Y piensan: qu¨¦ ser¨¢ de mis hijos, qu¨¦ ser¨¢ de m¨ª. Por eso es tan importante mantener las ayudas econ¨®micas... Esa mujer lo primero que necesita es protecci¨®n, y luego, casa y trabajo.
Volviendo a la prevenci¨®n, tener trabajo es fundamental...Evidentemente, las mujeres empoderadas son menos susceptibles de sufrir y aguantar violencia... Haberlas, hay, pero ya est¨¢n empoderadas, tienen m¨¢s f¨¢cil salir del c¨ªrculo. Y el otro d¨ªa me acordaba, comentando c¨®mo se relacionan los dos ¨¢mbitos, el de igualdad y el econ¨®mico, que hay un caso de un juzgado, creo que de Alicante, que conden¨® a un se?or por vejaci¨®n injusta porque amenaz¨® a su mujer diciendo: "No te voy a dar m¨¢s dinero porque no me haces la comida". El tribunal dijo que era violencia econ¨®mica, amenazaba con quitarle el dinero si no cumpl¨ªa su rol.
?Cu¨¢ndo se empieza a ser maltratador? Tiene muchos modos y formas de manifestarse y... A veces se malentiende, se malinterpreta lo que en teor¨ªa puede ser pasi¨®n con lo que en realidad es af¨¢n de dominar o controlar. Aparece de muchas maneras. Por ejemplo, hay casos contrastados, cuando nace el primer hijo; la mujer ve que ¨¦l ya no es el hombre que conoc¨ªa, sino que es dominador. Y tambi¨¦n se ve en aquellos que no pueden superar su formaci¨®n con arreglo a unos c¨¢nones o patrones donde son ellos los que mandan, los que dicen la ¨²ltima palabra... para no ser menos delante de sus amigos. Es un tema cultural, de masculinidad.
Que se d¨¦ tan a menudo... ?no tiene que ver tambi¨¦n con las actitudes de las propias mujeres o con la educaci¨®n que imparten las madres mismas a sus hijos varones? Un alto porcentaje de la poblaci¨®n sigue reproduciendo los roles tradicionales de la casa, s¨ª. La mujer se dedica al cuidado de los ni?os y de la casa, y la autoridad la deja en manos del hombre. Esto existe. Afortunadamente, cada vez hay m¨¢s gente que entiende que la educaci¨®n ha de ser igualitaria. Pero s¨ª, hay madres a las que les cuesta aceptar que el hijo haga la cama, recoja los platos...
Usted tiene tres hijos: ni?a, ni?o, ni?a...Mi hijo, que tiene ya 18 a?os, dice siempre que es el patito feo. De peque?o se resist¨ªa; una vez tuvo mucha gracia, yo le dec¨ªa: "La cama tienes que hacerla, mira a tu hermana". Y ¨¦l, listo: "Mam¨¢, esp¨¦rate, vamos a debatirlo"... ?A debatirlo? No, no, eso no se debate.
?Su marido le ayud¨®, apost¨® por su carrera? S¨ª, ¨¦l debe de ser de los primeros hombres en Espa?a que se pidieron excedencia por cuidado de hijos, de los tres. La primera vez, en los noventa, est¨¢bamos solos, yo trabajaba en Valencia... la ni?a naci¨® y ¨¦l se la pidi¨®. Recuerdo que sus padres le dec¨ªan: "Pero, nene, ?vas a vivir del sueldo de ella?". Y luego naci¨® Antonio, y tambi¨¦n, y Carmen, lo mismo. Adem¨¢s, mientras, estudi¨® Derecho, hoy es funcionario. He tenido mucha suerte.
?No cree que hay hoy un cierto retroceso entre los j¨®venes a la hora de valorar 'el valor de la igualdad'? Incluso entre las mujeres asesinadas, muchas son muy j¨®venes...S¨ª, tenemos que replantearnos c¨®mo intervenir para evitar que se reproduzcan los comportamientos machistas. Hay que intervenir en esos momentos para dirigir la fuerza de ellos hacia otras ¨¢reas, aplicar su potencia para crear una sociedad democr¨¢tica y justa... Te puedo decir lo que veo en la juventud en mi entorno: en el ¨¢mbito judicial, el 96% de las excedencias por cuidado de hijos las solicitan juezas... es incre¨ªble esto. A¨²n hoy, atender a la casa es una de las obligaciones principales que se autoimponen ellas, y hablamos de un cuerpo instruido... Los derechos de conciliaci¨®n, que son un instrumento llamado a favorecer la igualdad y el empoderamiento de la mujer, se desvirt¨²an porque son muy pocos hombres los que las solicitan... Y luego son las mujeres las que sufren las consecuencias, como quedar apartadas de la promoci¨®n profesional...
?Qu¨¦ opina de la custodia compartida? Hay quien argumenta que las desventajas laborales de las mujeres tienen que ver con quedarse con los hijos. No siempre, pero s¨ª en muchos casos, es usada por hombres que lo que no quieren es pagar la pensi¨®n. Es adecuada cuando la pareja se lleva bien, adquieren viviendas cercanas, cumplen una serie de requisitos: complicidad, buena disposici¨®n. Si hay violencia de g¨¦nero, desde luego, no cabe custodia compartida. A veces se lanza como arma arrojadiza contra las mujeres y esto provoca mucho da?o. Hay que tener en cuenta que los avances que se han dado en Espa?a sobre temas de igualdad han creado y crean resistencias. Hay que estar alerta.
?Qu¨¦ hacer con los maltratadores? Que sepan que no hay impunidad, que los malos tratos no se toleran, que tenemos un c¨®digo penal que interviene en estos casos como en otros, siempre respetando la presunci¨®n de inocencia... Y que ahora, a diferencia de lo que ocurr¨ªa en los ochenta, las mujeres son atendidas por abogados/as, por el ministerio fiscal; no est¨¢n solas en los juzgados... Y esto lo conocen y lo deben saber los agresores... Y yo, aun sabiendo del menor rendimiento de los programas de tratamiento para agresores o condenados, creo que hay que seguir en esa l¨ªnea, hay que trabajar con ellos para evitar que se reproduzca con la misma pareja u otra.
Pero esos tratamientos requieren medios que son escasos, y ahora en ¨¦poca de crisis total...S¨ª, lo estamos, pero habr¨¢ que reorganizarse e intentar atender a las necesidades. Es prioritario. No por hacer recortes vamos a eliminar todo... y si hay alg¨²n condenado que acepta o muestra buena disposici¨®n, hay que ofrecerle salidas en forma de tratamiento.
Denuncias falsas de mujeres: algunos jueces las esgrimen como argumento... ?Se contabilizan? Bueno, llevo 25 a?os en la judicatura, y algo que me llam¨® la atenci¨®n al llegar al Observatorio fue un periodista que me pregunt¨®: "?Y las denuncias falsas existen?". Claro, existir¨¢n como en otros ¨¢mbitos, le dije. Y ¨¦l: "No, la pol¨¦mica seguir¨¢ si no hay datos". Yo me pregunt¨¦ por qu¨¦ en el ¨¢mbito penal o en el laboral nadie reclama tales datos y se asume como natural que alguna habr¨¢... y el sistema lo detectar¨¢... Hasta que se realiz¨® un estudio de m¨¢s de 530 sentencias... y solo en una el tribunal dijo que hab¨ªa indicios de falsedad... Era un muestreo de los servicios estad¨ªsticos para poder extrapolarlo, equival¨ªa al 0,19%. Y adem¨¢s tenemos las memorias de la Fiscal¨ªa General de Estado donde aparecen los casos en los que el fiscal ha detectado falsedad. Pues bien, ning¨²n a?o supera los 25 casos... ah¨ª est¨¢ la respuesta.
Llamativo es que la violencia de g¨¦nero no tenga que ver con ser pobre o rico, formado o no...Existe el imaginario de que en clases m¨¢s desfavorecidas se da m¨¢s... pero no. En su manifestaci¨®n de violencia econ¨®mica o psicol¨®gica se da en toda clase social y sector... al final se ejerce porque alg¨²n hombre no quiere que la mujer decida dirigir su propia vida, no consiente en que ella se salga fuera de su ¨¢mbito de propiedad... es una cuesti¨®n de posesi¨®n.
?Qu¨¦ eliminar¨ªa de la sociedad para tener mejor educaci¨®n en igualdad ? Eliminar¨ªa la difusi¨®n de im¨¢genes sexistas, las que son vejatorias para la mujer, algo ya previsto en las leyes pero que no se ha conseguido hacer efectivo. Y la supresi¨®n de los anuncios de contactos en los peri¨®dicos, eso incita a la violencia y denigra la condici¨®n de la mujer. Yo quitar¨ªa el comportamiento machista...
?Y eso c¨®mo se quita? En cosas peque?as y cotidianas. Como no re¨ªrse de los chistes machistas, por ejemplo. Habr¨ªa que empezar por ah¨ª. Es fundamental lo que viven los ni?os en la casa, en la escuela, en los medios; pero, claro, no se consigue en un d¨ªa... Yo siempre dije que la Ley Integral contra la Violencia de G¨¦nero es una ley de largo recorrido... Con crearla no se solucionaba el problema. Diagnosticar, poner medios, s¨ª, pero nos quedan la educaci¨®n en igualdad y el empoderamiento de las mujeres. Que ellas ocupen puestos de poder para que sean referentes de las j¨®venes, que no sigan el ejemplo de la ni?a tonta esa de la serie que se liga al guapo... Ese lenguaje. Pero estamos empe?ados. Es largo, pero se conseguir¨¢. Como ha cambiado ya mucho la percepci¨®n sobre los malos tratos en la sociedad.
En el informe de la ONU titulado 'El progreso de las mujeres en el mundo' se dan recomendaciones en el ¨¢mbito jur¨ªdico: fomentar cuotas, emplear a mujeres en primera l¨ªnea de la justicia, capacitar a jueces y juezas, la igualdad como objetivo del milenio...Exacto. Estoy convencida de que ese es el camino: empoderamiento. Yo presido aqu¨ª en el Consejo tambi¨¦n la Comisi¨®n de Igualdad. Y veo c¨®mo es relevante trabajar desde dentro; hemos conseguido que al menos el 40% de cursos de formaci¨®n continua sean dirigidos por mujeres. Es muy importante porque luego cuando se postulan a altos cargos se ve que los hombres tienen m¨¢s cursos, han participado en m¨¢s ponencias... Se trata de dotarse para poder competir en igualdad de condiciones.
?Qu¨¦ hace usted en su casa para que sus hijas e hijo tengan conciencia de igualdad? Responsabiliz¨¢ndolos a ellas y ellos. Creo que ha sido tambi¨¦n una cuesti¨®n de organizaci¨®n interna, me han visto que he tenido que salir mucho y han tenido que autoorganizarse... Ya tienen ideas claras de su posici¨®n y tareas...
?Cree que ha llegado donde quer¨ªa en su propia carrera? He llegado. Quer¨ªa llegar al ¨®rgano de gobierno de la carrera judicial; quer¨ªa trabajar en materia de igualdad y seguir implementando la Ley Integral, y ahora mismo estoy satisfecha. Porque el Observatorio goza de credibilidad y reconocimiento de las asociaciones de mujeres. Tenemos estrecho contacto con ellas. Nuestros estudios han desmontado mitos, como que el alcohol o drogas son causa de la violencia; hemos puesto en marcha el protocolo para la efectividad de los brazaletes, que asegura que se cumplen las ¨®rdenes de alejamiento... Tambi¨¦n estamos trabajando para mejorar los instrumentos de predicci¨®n de riesgo de las mujeres. Y gracias a una reforma, hoy todos los jueces que quieren ocupar un juzgado de violencia deben hacer curso previo... Y ah¨ª toman nociones del car¨¢cter estructural de la violencia, caracter¨ªsticas, concepto de g¨¦nero. Salvo excepciones, la generalidad lo ha comprendido.
Al hablar de asociaciones de mujeres, ?destaca alguna de ellas? ?Y de hombres, que tambi¨¦n las hay por la igualdad? Mi reconocimiento es general para las asociaciones de mujeres que trabajan por defender sus derechos. En cuanto a los hombres, es cierto que existen cada vez m¨¢s aliados; pero en general el rechazo en ellos parece ser a veces demasiado superficial, sin llegar a incorporarlo a la identidad y mantenerlo en situaciones cr¨ªticas. Yo o¨ª decir a Saramago que la violencia contra las mujeres desaparecer¨ªa cuando las calles se llenaran de hombres manifest¨¢ndose contra ella. Creo que es una afirmaci¨®n muy visual y cierta.
Su cargo de presidenta termina en octubre de 2013, entonces volver¨¢ al Tribunal Superior de Justicia en Granada. ?Qu¨¦ le gustar¨ªa conseguir hasta entonces? Me gustar¨ªa avanzar en la agrupaci¨®n de partidos judiciales. Porque algunos juzgados en localidades medianas y peque?as no tienen todos los recursos, y estamos impulsando crear una cabeza de juzgado especializado que pueda atender a varias localidades...
?Hay o hubo alg¨²n caso que la marcara? S¨ª, varios. Uno de ellos, en Almer¨ªa, de una mujer sola frente a m¨ª en el juicio (yo en estrados y con toga), y a su izquierda, su esposo, denunciado por amenazarla y golpearla, defendido por abogado en estrados y toga. Otra fue la mujer que vino a verme con el dinero para pagar la multa a la que conden¨¦ a su esposo por malos tratos. Quer¨ªa pagarla ella, humilde ama de casa, varios hijos. Consigui¨® las 5.000 o 10.000 pesetas y ten¨ªa miedo de que se embargara la casa familiar por impago de la multa del marido, tal y como le amenazaba este, que, por supuesto, se hab¨ªa negado y era insolvente. Por supuesto, no la dej¨¦ pagar ni se embarg¨® su vivienda. Estos casos (y otros) demuestran que las leyes ignoraban las caracter¨ªsticas espec¨ªficas de la violencia contra la mujer en el ¨¢mbito familiar.
"No hay por qu¨¦ soportar el maltrato"
En sus primeros pasos como jueza, Inmaculada Montalb¨¢n
(en la fotograf¨ªa, con el Rey, al ingresar en la carrera judicial en 1985) recorr¨ªa los pueblos de Almer¨ªa, Granada o Ja¨¦n dando charlas sobre igualdad. Corr¨ªan los a?os ochenta. Hoy, adem¨¢s de sus cargos, es miembro de Jueces para la Democracia y autora de una decena de libros.
"Advert¨ª que las mujeres que denunciaban a sus maridos estaban muy solas y ten¨ªan enormes dificultades para mantener las denuncias sin ayudas. Me sol¨ªan llamar abogadas de los primeros centros de informaci¨®n y asesoramiento... Para ellas era importante que esas mujeres oyeran decir a una jueza que sufrir malos tratos no era obligaci¨®n matrimonial. Nos reun¨ªamos en locales o ayuntamientos. A veces se aprovechaba la tarde de f¨²tbol, y ellas escapaban de casa... Las recuerdo silenciosas al o¨ªrnos, se identificaban en ese sufrimiento. No hay por qu¨¦ soportar el maltrato, ese era y es el mensaje. Algo hemos avanzado desde entonces".
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