Una ciudad sin suerte
Comprendo el desconcierto de los hoteleros ante los problemas planteados por la llegada del AVE a Alicante. No es f¨¢cil entender que un Ayuntamiento que jam¨¢s ha apreciado su patrimonio arquitect¨®nico se preocupe ahora por el futuro de unos almacenes ferroviarios. Alicante jam¨¢s ha mostrado una sensibilidad por estos temas. Al contrario, aqu¨ª hemos derribado todo lo que hab¨ªa por derribar sin que, ante la ruina, protestasen m¨¢s de una docena de personas. Ninguna autoridad municipal, que yo recuerde, ha mostrado la menor inquietud por ello. La primera actuaci¨®n de Sonia Castedo, apenas puesto el pie en la alcald¨ªa, fue derruir el edificio de la Isleta para colocar una fuente -bastante fea, por cierto- en su lugar. De nada sirvieron las llamadas de los preocupados arquitectos que ped¨ªan la conservaci¨®n de la obra.
He escrito en varias ocasiones que Alicante es una ciudad sin gobierno. No lo tuvo en el pasado y no lo tiene en la actualidad. Existen, claro est¨¢, una alcaldesa y unos concejales que se ocupan de los asuntos municipales, pero a ninguno de ellos le preocupa seriamente el futuro de la ciudad. Basta ver la trayectoria seguida por el Plan General o el palacio de congresos para advertirlo. No, no existe en esas personas un inter¨¦s real por Alicante, y es en esa l¨ªnea donde debemos situar el asunto de los tinglados ferroviarios que ahora nos ocupa: cuatro a?os atr¨¢s, nadie aleg¨® por ellos, y ahora se pretende comprometer la llegada del AVE para salvarlos.
Antonio Mayor, el presidente de la patronal hotelera, ha publicado en la prensa un art¨ªculo sensato donde reclama que se anteponga la llegada del tren a cualquier otra consideraci¨®n. Mayor defiende con ello los intereses de los hoteleros, pero ello no le resta calidad a los argumentos del escrito. Las razones de Mayor son simples e incontrovertibles: con el tren a las puertas de la ciudad, lo que menos le conviene a la provincia de Alicante -porque no hablamos s¨®lo de la capital- es una pol¨¦mica que retrase su llegada. Las circunstancias econ¨®micas actuales no permiten desaprovechar ninguna oportunidad de crecimiento. Otra cosa es que Sonia Castedo, siempre tan imprevisible, no juzgue el problema del mismo modo.
Para el alicantino, el art¨ªculo de Antonio Mayor presenta un inter¨¦s particular que debiera servir como motivo de reflexi¨®n. Yo me atrevo a recomendarlo. Es la primera vez -si no ando equivocado- que alguien ajeno a la ciudad opina sobre ella y juzga su trayectoria en los a?os recientes. El retrato que Mayor dibuja de Alicante no es nada favorecedor, pero resulta del todo exacto. Es posible que exagere al afirmar que la ciudad "no ha cambiado pr¨¢cticamente nada en los ¨²ltimos 30 a?os", pero acierta al escribir que "Alicante nunca ha querido identificarse como un referente del turismo de sol y playa, pero tampoco ha trabajado ni ha generado mercado o negocio en otros segmentos". Esa es la realidad que el alicantino no quiere ver.
Quien haya seguido con atenci¨®n el devenir de Alicante durante las ¨²ltimas d¨¦cadas suscribir¨¢ la mayor parte de las opiniones de Mayor. Por unas y otras razones, quienes han gobernado (?) esta ciudad no han tenido ninguna ambici¨®n de progreso. Alicante -exceptuemos los primeros a?os de Jos¨¦ Luis Lassaletta- ha carecido de un alcalde con ambici¨®n de transformarla y deseos de convertirla en una urbe moderna. Luis D¨ªaz no ten¨ªa capacidad para ello, ni se interes¨® por otra cosa que no fueran sus intereses personales. Para D¨ªaz, Alicante fue un modelo de negocio. Es cierto, como sostiene Mayor, que los alicantinos no hemos tenido la suerte de tener a los pol¨ªticos adecuados, aunque deber¨ªamos preguntarnos qu¨¦ hemos hecho para merecer otros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.