Alexis Weissenberg, pianista irrepetible
Sus grabaciones de Rachmaninoff, bajo la direcci¨®n de Karajan o Bernstein, se consideran de referencia
Es posible que Alexis Weissenberg sea uno de los ¨²ltimos representantes de una estirpe ¨²nica e irrepetible de m¨²sicos. El artista fallecido en la ma?ana de ayer en Lugano, Suiza, hab¨ªa nacido en 1929 en Sof¨ªa, Bulgaria, en el seno de una familia jud¨ªa que le hizo comenzar estudios de m¨²sica a muy temprana edad. Fue alumno de Pancho Vladigerov y lleg¨® a conocer al eminente pianista Dinu Lipatti. Dio su primer recital p¨²blico a los 10 a?os, con obras de Bach, Beethoven, Schumann y composiciones propias.
La guerra y el antisemitismo rampante llegados con la ascensi¨®n del nazismo obligaron a la familia a dejar Bulgaria en 1941. Tras una estancia en Jerusal¨¦n, en la que profundiza sus conocimientos musicales, debuta con la orquesta de la radio y entabla relaci¨®n con el joven director Leonard Bernstein, Weissenberg logra finalmente emigrar a los Estados Unidos, donde estudia en la prestigiosa Academia Juilliard de Nueva York entre 1946 y 1949. Comienza su carrera internacional con la Orquesta de Filadelfia dirigida por George Szell.
"Fue un pianista ¨²nico e irrepetible, con una carrera de lo m¨¢s inusual. De hecho, no puedo pensar en ning¨²n otro artista con una trayectoria como la suya", comenta desde Londres el eminente cr¨ªtico y analista cultural brit¨¢nico Norman Lebrecht. "Lo que me fascina en Alexis Weissenberg es que nunca dej¨® de ser ¨¦l mismo: intelectualmente honesto, ir¨®nico y con una cierta distancia respecto al mundo. De hecho, la intensa carrera de un pianista de concierto le desagradaba. Solo tocaba cuando sent¨ªa que ten¨ªa algo que decir al mundo", afirma Lebrecht.
Entre 1957 y 1966, Weissenberg se permiti¨® un prolongado periodo sab¨¢tico. A finales de los sesenta, pianista comienza una serie de colaboraciones con directores como Herbert Von Karajan, Leonard Bernstein, o Lorin Maazel. De hecho, sus lecturas de los conciertos dos y tres de Serguei Rachmaninoff son consideradas a¨²n hoy como magistrales y de referencia. A ellas se suman Petrushka de Stravinsky, los Cuadros de una Exposici¨®n de Mussorgsky o la obra de Liszt.
"Sus grabaciones de los conciertos de Rachmaninoff bajo las batutas de Von Karajan y Bernstein son hitos incre¨ªbles", precisa Norman Lebrecht, "pues las tensiones creativas que se notan entre esos hombres tan especiales fueron ¨²nicas. El talento de Alexis Weissenberg fue, sin duda, algo muy raro. De hecho, fue uno de los pocos m¨²sicos que realmente lleg¨® a hacerse amigo de Von Karajan. Sospecho que esa amistad estaba basada en el reconocimiento mutuo entre dos hombres que siempre fueron ellos mismos y no hac¨ªan concesiones creativas".
Posteriormente la presencia de Alexis Weissenberg, ciudadano franc¨¦s, comienza a hacerse cada vez m¨¢s rara. El pianista y compositor tuvo igualmente una relaci¨®n especial con Espa?a, donde fueron numerosas sus actuaciones. Adem¨¢s, se cas¨® y residi¨® varios a?os en Madrid, donde a¨²n viven sus dos hijas. Al final de su vida se instal¨® en Lugano.
El artista padeci¨® una larga enfermedad que le fue apartando de la vida musical. Martha Argerich, pianista argentina igualmente legendaria, realiz¨® en el verano de 2009 un homenaje a la menos reconocida faceta de compositor de Alexis Weissenberg. Una obra fuertemente influenciada por el jazz y las m¨²sicas de nuestro tiempo.
Su arte pian¨ªstico mereci¨® los elogios de colegas como Vladimir Horowitz o Glenn Gould. A modo de conclusi¨®n, Norman Lebrecht comenta: "A Alexis Weissenberg le interesaban m¨¢s la literatura, la poes¨ªa o las ideas que hacer una carrera internacional o ser el m¨²sico mejor pagado, algo demasiado habitual entre los artistas de hoy. De hecho, en muchos aspectos es el ¨²ltimo de una generaci¨®n ¨²nica: la de los m¨²sicos anteriores a la II Guerra Mundial. La inolvidable impresi¨®n que dej¨® siempre en los que le conocieron fue la de un caballero de la antigua escuela, cultivado y de una inteligencia profunda".
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