El coraje de una mujer

El pasado viernes 6 de enero falleci¨® en Madrid Carmen Rodr¨ªguez Campoamor, viuda de Sim¨®n S¨¢nchez Montero. Era una mujer comunista, como Sim¨®n, luchadora antifranquista, como Sim¨®n, militante de IU y CC OO, como Sim¨®n, una de esas personas sin las cuales no es posible, no deber¨ªa ser posible, explicar la conquista de la libertad y la democracia.

No anda este pa¨ªs bien de memoria, y tampoco los poderes p¨²blicos y las instituciones democr¨¢ticas que mujeres como Carmen ayudaron a conquistar. Hacen lo suficiente para que las cosas se cuenten tal como fueron. Carmen no dej¨® ni un instante de luchar por los derechos de los m¨¢s d¨¦biles; se desvivi¨® por Sim¨®n, hasta que la muerte se lo llev¨® por delante (tambi¨¦n sin hacer ruido), por sus hijos y por sus nietos. Era, adem¨¢s, una defensora de la causa de las mujeres, de las de antes y de las de ahora. La Federaci¨®n de Pensionistas de CC OO puede dar buena cuenta de ello.

La democracia, narran las fuentes oficiales, irrumpi¨® en Espa?a por la avenida de la concordia, gracias al buen hacer de personas relevantes pertenecientes a ideolog¨ªas dispares. Que la Transici¨®n fue resultado del esfuerzo de un amplio abanico de fuerzas pol¨ªticas y sociales -sobre todo el PCE y CC OO-, no ser¨¦ yo el que lo niegue. Pero que mujeres como Carmen y hombres como Sim¨®n -en simb¨®lica representaci¨®n del ej¨¦rcito de los humildes- fueron decisivas para hacerla realidad, es m¨¢s verdad que lo anterior.