El Mallorca aplasta a la Real

Fueron siete minutos inauditos, siete minutos de arrebato que resumen la quintaesencia de la competici¨®n copera y que dieron al Mallorca la clasificaci¨®n para los cuartos de final precisamente cuando m¨¢s hundido se hallaba. Los jugadores de Joaqu¨ªn Caparr¨®s regresaron de Anoeta como perros apaleados, dolidos y avergonzados, despu¨¦s de que la Real Sociedad, sin apenas esfuerzo, les endosara un 2-0 en la ida que obligaba a la remontada en la vuelta.

Por imagen, por actitud y por resultados, los cuartos se antojaban, en definitiva, un objetivo imposible para el equipo balear, que estaba viviendo su peor hora en lo que iba de temporada. M¨¢s a¨²n cuando, al cuarto de hora de juego en Son Moix, Ifr¨¢n marc¨® el gol realista y elev¨® a un 0-3 el resultado global de la eliminatoria. Todo parec¨ªa perdido para los mallorquinistas. Pero sucedi¨® lo nunca visto en la isla. Corr¨ªa el minuto 34, la Real jugaba con el reloj a su favor y su defensa concedi¨® una falta en la frontal. Un caramelo para el uruguayo Castro, que se calz¨® la zurda y col¨® el bal¨®n por una escuadra. A partir de ah¨ª, el delirio en el campo, un festival de goles y el hundimiento de la Real. En los minutos siguientes, Zubikarai no hizo m¨¢s que recoger pelotas de su red. Hemed le bati¨® desde fuera del ¨¢rea, Nunes lo hizo de cabeza a la salida de un saque de esquina y, en pleno desconcierto, con un despiste propio de un colegial, el mismo portero facilit¨® el cuarto tanto, que cambiaba definitivamente el signo del desenlace: tras blocar el bal¨®n, lo dej¨® inocentemente en el suelo para golpearlo sin advertir que Castro permanec¨ªa todav¨ªa a sus espaldas. El sudamericano, avispado, no tuvo m¨¢s que recogerlo con rapidez y empujarlo hacia la porter¨ªa vac¨ªa.

Todos los futbolistas de rojo parec¨ªan encontrarse en estado de gracia

En los banquillos, Philippe Montanier asist¨ªa at¨®nito a la absoluta disoluci¨®n de su equipo mientras que Caparr¨®s enloquec¨ªa y ordenaba contenci¨®n al suyo. Los escasos 7.000 espectadores desperdigados por la grada en una noche especialmente fr¨ªa se frotaban los ojos y se llevaban las manos a la cabeza.

Resuelta la clasificaci¨®n, ante un rival noqueado, el Mallorca entendi¨® que el partido se hab¨ªa convertido en una ocasi¨®n inmejorable para curar sus heridas y recobrar la moral perdida. Todo el mundo se apunt¨® a la fiesta. Todos los futbolistas de rojo parec¨ªan en estado de gracia.

Hemed, que hasta ayer tan solo hab¨ªa marcado de penalti, hizo un doblete picando con elegancia la pelota por encima del portero. A su vez, el canterano Company, en su debut, se invent¨® un pase de lujo para que Alfaro, una de las incorporaciones m¨¢s cuestionadas de este curso, cabeceara con precisi¨®n.

La incre¨ªble resurrecci¨®n del Mallorca, que el pr¨®ximo s¨¢bado recibir¨¢ al Madrid en la Liga, se produjo en el momento m¨¢s inesperado ante la perplejidad de la Real.