"Los movimientos callejeros est¨¢n haciendo historia"
Llueve en Venecia. Todos han sacado su ropa de invierno menos una: la soci¨®loga y economista Saskia Sassen. Va vestida ligera, pero ha tra¨ªdo su peque?o paraguas. "En Nueva York es poco educado llevar uno grande", dice antes de entrar a una acogedora trattoria. Desde hace d¨¦cadas, Sassen (La Haya, 1949) se empe?a en escribir agudos an¨¢lisis sobre la globalizaci¨®n y c¨®mo esta transforma la sociedad. Es una perfecta n¨®mada, vive entre Nueva York y Londres. Viene a impartir una conferencia sobre las ciudades como centros de conflicto, de racismo y exclusi¨®n de los pobres.
Sassen no parece una mujer sofisticada. Sonr¨ªe con frecuencia y tiene el don de explicar temas complicados de una forma amena y sencilla. Naci¨® en Holanda, pero sus padres se trasladaron a Argentina, donde vivi¨® 16 a?os. Su formaci¨®n en econom¨ªa, sociolog¨ªa y filosof¨ªa la ha adquirido en Francia, Italia, Buenos Aires y Estados Unidos. Es docente de Sociolog¨ªa y codirectora del Comit¨¦ para el Pensamiento Global de la Universidad de Columbia. Desde hace 30 a?os est¨¢ casada con el soci¨®logo Richard Sennett. "No competimos entre nosotros, aunque ¨¦l dice que trabajo demasiado. Hoy, a las dos de la ma?ana ya estaba escribiendo", dice, mientras disfruta de un pescado a la parrilla con patatas.
Habla en perfecto castellano con acento argentino. En Buenos Aires descubri¨® su inter¨¦s por la justicia social. "Mi padre ten¨ªa una biblioteca enorme: unos 3.000 libros. Un d¨ªa cog¨ª La rebeli¨®n de las masas, de Ortega y Gasset. El libro marc¨® mi visi¨®n de lo social". Ten¨ªa solo 13 a?os y muchas ganas de cambiar las injusticias que rodeaban su mundo. Regalaba a los pobres sus mejores vestidos.
La pensadora es una especialista en globalizaciones. En plural, porque "existen varias". "Son una serie de tendencias, de geograf¨ªas que se conectan. De ah¨ª surgen posibilidades tanto para el capital como para los que luchan por la justicia social". En sus libros y conferencias lanza duras cr¨ªticas contra la corrupci¨®n pol¨ªtica y el sistema bancario tradicional, a los que culpa de la crisis.
Por sus an¨¢lisis ha recibido amenazas de muerte en Twitter, donde alguien escribi¨®: "Matar a Saskia Sassen y pretender que parezca un accidente". "No me gusta nada, pero no me traumatiza porque es an¨®nimo, si alguien me da una carta en la mano, el asunto es grave", confiesa.
Hoy m¨¢s que nunca, asegura, la calle es espacio ideal para promover el cambio social. Los indignados en Espa?a, las protestas de Occupy Wall Street. "Los manifestantes est¨¢n dando informaci¨®n a una clase media invisible que, conservadora o no, comienza a cuestionar el sistema financiero". No se siente en grado de hacer pron¨®sticos, pero asegura que los movimientos callejeros "se han convertido en espacios para hacer pol¨ªtica y est¨¢n haciendo historia".
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