El origen
La semana pasada, despu¨¦s de la entrega del Bal¨®n de Oro, le¨ªa las cr¨®nicas en Internet cuando, inesperadamente, me encontr¨¦ con un foro de fans; cientos de comentarios se suced¨ªan sin formar un di¨¢logo. Uno de ellos, que discut¨ªa sobre la insuficiencia de los adjetivos, tra¨ªa este enlace: https://mimesis/24.6.87/tempus.est.quaedam.pars.aeterniatem/#!/. Al abrirlo, despu¨¦s de unas im¨¢genes, apareci¨® un escrito. Lo reproduzco textualmente.
-?No cree que el f¨²tbol se ha vuelto m¨¢s previsible, m¨¢s estructurado? Temo que, en el futuro, defraude las expectativas..., que la gente deserte por el tedio.
-Entiendo tu desasosiego, solo hay una cosa m¨¢s desalentadora que el aburrimiento: la anticipaci¨®n del aburrimiento.
Algunos ignoran que la raz¨®n por la que existe este juego fue la de introducir, simb¨®licamente, la arbitrariedad
-Quiz¨¢ los responsables sean los entrenadores... Siempre especulando. Han perfeccionado tanto el m¨¦todo para repeler ataques que alg¨²n d¨ªa los resultados se van a saber antes de que comiencen los partidos.
-?Ah, s¨ª! Los expertos en la mecanizaci¨®n. Conozco algunos, est¨¢n empe?ados en evitar lo inevitable. Repiten, porque creen que la repetici¨®n los hace libres, que de esa forma escapan de los designios del azar. Ignoran que la raz¨®n por la que existe este juego fue la de introducir, simb¨®licamente, la arbitrariedad. Para que se apasionen, que r¨ªan y lloren, que aviven esperanzas y sufran desilusiones, que recorran todas las emociones humanas y que, a la vez, les sirva de espejo.
-Pero si los entrenadores siguen avanzando, si todo el tiempo se repiten y perfeccionan los mismos mecanismos y un d¨ªa logran desentra?ar los valores absolutos de todas las variables, regir¨¢ el orden. Nos quedar¨ªamos sin esa par¨¢bola, tendr¨ªamos que inventar otra.
-Eso no suceder¨¢ nunca. Siempre habr¨¢ victorias del m¨¢s d¨¦bil, derrotas del m¨¢s fuerte e injustos empates sobre la hora. Siempre habr¨¢ goles imposibles, m¨¢gicos e inmerecidos y otros, justos y v¨¢lidos, ser¨¢n anulados. Recuerda que el pesta?eo de un juez de l¨ªnea en Corea puede desatar un hurac¨¢n en Espa?a.
-S¨ª... pero... mientras tanto, caminan convencidos en su cruzada contra lo indeterminado, resueltos en poner orden a la incertidumbre. De lograrlo, alguien podr¨ªa comparar la precisa organizaci¨®n de los sistemas con el movimiento perfecto de los astros. Se podr¨ªa preguntar: "Si un entrenador es capaz de conocer todas las leyes naturales que gobiernan un 4-4-2 ser¨ªa capaz de prever todas las eventualidades... ?C¨®mo afirmar luego que una inteligencia divina rige un orden superior en el universo?". Su existencia ser¨ªa superflua.
-Quiz¨¢ tengas raz¨®n, pero no por todo eso que dices, quiz¨¢ se necesite un cambio para que no se me aburra el personal... La introducci¨®n de un factor de desequilibrio, por ejemplo. Un elemento de distorsi¨®n que convierta a los mejores estrategas en ajedrecistas sin dama; una pieza que represente lo inasible, que sea el error de c¨¢lculo del atrevido y, a la vez, el macetazo en la cabeza del prudente. En fin, algo que vuelva a humanizarlos...
-?Un futbolista!
-?Otro? ?Y qu¨¦ pas¨® con el ¨²ltimo que pediste? Recuerdo haberle dado el don de la gracia y la plasticidad, para que fuera ¨²nico... y despu¨¦s, claro, esa gambeta...
-S¨ª, lo s¨¦, estuviste inspirado pero acaba de delatar p¨²blicamente tu ayuda, la mano de Dios, dijo. Adem¨¢s, la habilidad y la plasticidad no ser¨¢n suficientes... En veinte a?os necesitaremos algo diferente. El f¨²tbol est¨¢ cambiando demasiado y todo ser¨¢ cada vez m¨¢s f¨ªsico, m¨¢s r¨¢pido.
-?M¨¢s f¨ªsico y m¨¢s r¨¢pido dices...? Deja que me ponga creativo... A ver, cada vez que este jugador toque el bal¨®n el tiempo atenuar¨¢ su flujo. El universo suceder¨¢ ligeramente m¨¢s despacio, excepto para ¨¦l, que se mover¨¢ dentro del tiempo como si este tuviera propiedades el¨¢sticas. Sus segundos ser¨¢n m¨¢s largos que los segundos del resto o, mejor dicho, contar¨¢ con mayor tiempo dentro de un segundo que lo que dura ese mismo segundo para los dem¨¢s mortales. ?Nos divertiremos mucho! ?Has entendido?
-Bueno, m¨¢s o menos... ?Y el nombre? ?C¨®mo se llamar¨¢?
-No s¨¦, de eso enc¨¢rgate t¨². Pero que nazca en Argentina, as¨ª no levanta sospechas.
-Un mes¨ªas de Argentina, ok, algo se me va a ocurrir. Ya mismo me encargo.
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