El iPad pinta en la Royal Academy
Londres acoge la obra m¨¢s reciente de David Hockney: cincuenta paisajes de Yorkshire en los que las aplicaciones de una tableta sustituyen a los pinceles
Pronto acaba el gran Leonardo pero llega David Hockney. La Royal Academy acoger¨¢ desde el 21 de enero y hasta el 9 de abril el testigo de la National Gallery en la carrera por batir records de p¨²blico. Presentado desde la muerte de Lucian Freud en julio pasado como "el mayor artista brit¨¢nico vivo", Hockney abarrota de color los vastos salones de la academia en una muestra de m¨¢s de 150 obras, algunas de ellas de inmenso tama?o, que no constituye una retrospectiva porque muchas son recientes, realizadas en los ¨²ltimos cinco o seis a?os. Titulada David Hockney: El gran cuadro, la muestra viajar¨¢ luego al Guggenheim de Bilbao (entre el 15 de mayo y el 30 de septiembre).
Y hay que hablar de obras, no de pinturas, porque el artista, con 74 a?os cumplidos, ha echado mano no solo de los pinceles, sino del iPad, ese instrumento que le ha hechizado desde que se topara con ¨¦l nada m¨¢s nacer y con el que ha producido 50 de las obras, dibujos que probablemente cautivar¨¢n al p¨²blico y llevar¨¢n a m¨¢s de uno por el camino de las artes, pero que han dejado muy fr¨ªos a los cr¨ªticos.
Las nuevas piezas han dejado muy fr¨ªos a los cr¨ªticos
"La exposici¨®n es acerca del placer visual", se?ala uno de los comisarios
Hockney se ha echado tambi¨¦n la c¨¢mara al hombro, mejor dicho, al todoterreno. Ha colocado nueve c¨¢maras formando una rejilla de tres por tres con la que capta distintas porciones de un paisaje mientras el veh¨ªculo avanza lentamente. Quiz¨¢ para los cr¨ªticos ese ejercicio no alcance el nivel de arte, pero el espectador de a pie se queda encandilado viendo un paisaje formado por la uni¨®n de 18 pantallas, nueve de ellas reflejando un angosto camino en verano y las otras nueve mostrando el mismo paisaje cubierto de nieve, sin hojas en los ¨¢rboles, con un horizonte que no exist¨ªa en verano porque lo tapaba el follaje.
Son paisajes rurales del Yorkshire que se asoma a la costa Este de Inglaterra. Hockney naci¨® en el otro lado de Yorkshire, al Oeste, en el m¨¢s bien l¨²gubre Bradford, pero conoci¨® muy bien la zona en sus veranos infantiles y all¨ª, en Bridlington, tiene una casa que en su d¨ªa compr¨® para su madre y su hermana.
El autor se march¨® de Bradford y de Inglaterra en cuanto pudo: a los 24 a?os se instal¨® en California, atra¨ªdo por los inmensos paisajes de Estados Unidos, por el calor permanente del sur californiano... tambi¨¦n, por la hermosura de sus hombres. En aquellos a?os se convirti¨® en uno de los mitos del arte pop, una etiqueta que siempre quiso esquivar, de la mano de sus famosas piscinas en d¨ªas de sol radiantes, con escasas figuras humanas como no fuera alg¨²n muchacho nadando o tomando una ducha al aire libre.
La muestra de la Royal Academy no es una retrospectiva pero las primeras salas est¨¢n dedicadas a viejas obras que van a permitir al espectador hacer el viaje que el propio Hockney emprendi¨® en su d¨ªa y que ahora le ha permitido de forma fren¨¦tica crear decenas de obras para esta exposici¨®n, que la academia le encarg¨® en 2007, "antes de que existiera el iPad", como ¨¦l mismo puntualiza.
Su obra antigua desvela ya su tendencia a pintar paisajes de caminos que toman a menudo la forma de t¨²neles. Collages formados por decenas de fotograf¨ªas del mismo lugar desde multitud de puntos de vista; en ocasiones, como en su famosa reproducci¨®n del ca?¨®n del Colorado, porque esa era a su juicio la ¨²nica forma de fotografiar un paisaje que era mucho m¨¢s amplio que el angular de la c¨¢mara. O el mismo paisaje, desde el mismo punto de vista, en distintas ¨¦pocas del a?o.
Hockney volv¨ªa cada a?o a Inglaterra por breves periodos. Pero la enfermedad de un amigo y colega a finales de los a?os 90 le hizo quedarse meses. Aquello le hizo redescubrir algo que hab¨ªa olvidado en Los ?ngeles: las estaciones, la evoluci¨®n del paisaje a trav¨¦s de los largos inviernos y veranos y los cortos oto?os y primaveras.
Y eso es lo que ha creado para la Royal Academy: decenas de pinturas y de dibujos de iPad que reflejan la evoluci¨®n a lo largo del a?o de los paisajes rurales de Yorkshire en las cuatro estaciones, hasta estallar en el inmenso Llegada de la primavera a Woldgate, East Yorkshire en 2011 (veinte once), formado por 52 ¨®leos que se juntan para crear el paisaje primaveral.
"La exposici¨®n es acerca del placer, acerca del placer visual, conectando con la naturaleza. Es una exhibici¨®n muy generosa con el espectador", explica Marco Livingstone, uno de los comisarios de la exposici¨®n. Pero ese placer no parece alcanzar a cr¨ªticos como Alastair Sooke, del Telegraph, que considera estas obras de Hockney "demasiado educadas e impensablemente felices" para su "gusto". A su juicio, "parecen ese tipo de paisajes que esperamos de pintores domingueros aficionados". ?Y los dibujos de iPad? "Competentes, f¨¢ciles para el ojo, como arte para la portada de una revista, pero planos. [...] Quedar¨ªan estupendos en las paredes de un hospital", escribe.
El artista 'collage'
- Nacido en 1937, Hockney se instal¨® en 1960 en EE UU, donde -m¨¢s all¨¢ de la pintura- se inici¨® en el grabado y la fotograf¨ªa.
- Adem¨¢s de sus c¨¦lebres piscinas de Los ?ngeles, entre los 70 y los 90 elabora sus collages con Polaroids. Tambi¨¦n se sumerge en la escenograf¨ªa. En 2001 publica El conocimiento secreto, estudio sobre c¨®mo las distorsiones de vista
influyeron en los cl¨¢sicos.
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