Libro de familia

Poes¨ªa. Con la publicaci¨®n no hace siquiera un a?o de La cabellera de la Sho¨¢, poema-libro integrado en Biograf¨ªa con el que F¨¦lix Grande (M¨¦rida, 1937) volv¨ªa a la poes¨ªa tras permanecer mudo desde Las rub¨¢iy¨¢tas de Horacio Mart¨ªn (1978), parec¨ªa que su obra quedaba clausurada. Inopinadamente, el poeta ofrece ahora Libro de familia, donde convoca los dones de la vida, familiares (madre, esposa, hija, padre, suegro) y culturales (el cholo C¨¦sar Vallejo, Antonio Machado, el flamenco, Bach). Los poemas, en general extensos y con numerosos puntos de inflexi¨®n de forma y de tono, mezclan la prosa l¨ªrica y en ocasiones narrativa con versos que se disponen a su vez de mil maneras: desde las retah¨ªlas anaf¨®ricas hasta las series empaquetadas de serventesios y cuartetos alejandrinos, pareados endecas¨ªlabos, versos con rima interna, eneas¨ªlabos blancos..., incluidos alg¨²n romance y soneto convencionales. Si se deja a un lado 'La letra peque?a', ap¨¦ndice de prolijas notas de intencionalidad did¨¢ctica pero de alto rendimiento l¨ªrico, la obra se abre y se cierra con dos composiciones coincidentes en el desdoblamiento del yo: el poeta anciano se dirige a aquel ni?o que fue y del que procede, "hijopaterno de m¨ª" o "hijopaterno de mi t¨²": pues si, seg¨²n Wordsworth, el ni?o es el padre del hombre, lo es en la medida en que una natural piety ensambla todos los d¨ªas de su existencia. Esta idea de continuidad compasiva y arm¨®nica confiere unidad al libro, donde las desgracias de la infancia (guerra, represi¨®n, miseria, miedo) abonan el arrabal de senectud. Es dif¨ªcil destacar unos poemas sobre otros; pero hay alguno especialmente tremendo, como 'El madrigal del odio muerto', evocaci¨®n de la madre para superar el aborrecimiento y el horror asociados a ella, y a fin de cuentas el sentimiento de culpa, "excremento que engrud¨® mi vida". La composici¨®n se acuna con los balanceos de las letan¨ªas marianas: "Oh madre alucinada, o madre medio loca, princesilla / del martirio, emperatriz del p¨¢nico, sacerdotisa / de la calamidad, hormiguita cargada con la piedra / del miedo universal del mundo". Tambi¨¦n es excepcional 'Criatura de dolor', apolog¨ªa del flamenco llena de anfractuosidades, cuya intensidad est¨¦tica solo afloja en los tramos m¨¢s reivindicativos o moralizantes. Por lo dem¨¢s, el volumen compendia los rasgos que hacen de F¨¦lix Grande un poeta singular movido por la indignaci¨®n y la misericordia; pues habiendo pocos con su efusividad descoyuntada y su pl¨¦tora expresionista, ninguno emite tan decantadamente como ¨¦l no las mostrencas palabras de la tribu, sino el gemido de la horda: ese gemido terebrante que atraviesa la historia desde los abrigos troglod¨ªticos hasta llegar, todav¨ªa audible, al reducto familiar al que el autor dedica con empecinamiento estos poemas de consolaci¨®n.