Un golpe r¨¢pido y letal
Cuando Satori ya va por un tercio de su recorrido, la voz del narrador suelta: "Okatesan le hab¨ªa ense?ado que, con gran frecuencia, no correr un riesgo es m¨¢s peligroso que intentarlo". Entonces, el lector, sobre todo si la comparte, intuye que esa frase puede aplicarse perfectamente al ejercicio que Don Winslow efect¨²a en esa novela.
Winslow sab¨ªa que corr¨ªa un riesgo al escribir esta obra, abandonando as¨ª temporalmente el rinc¨®n del universo negro en el que se ha tallado un hueco prominente en los ¨²ltimos a?os: el de la extrema violencia generada por el narcotr¨¢fico en la frontera actual entre Estados Unidos y M¨¦xico. En Satori, Winslow viaja al pasado y a Oriente, y, m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa, lo hace caminando sobre las huellas de un best seller.
Satori
Don Winslow
Traducci¨®n de Margarita Cav¨¢ndoli
Roca Editorial. Barcelona, 2012
496 p¨¢ginas. 21 euros
En 1979, Trevanian, un seud¨®nimo bajo el que se ocultaba el acad¨¦mico norteamericano Rodney William Whitaker, alumbr¨® el personaje del mestizo Nicholai Hel en su novela de espionaje Shibumi. Europeo de ascendencia pero japon¨¦s de cultura, Hel era pol¨ªglota, un amante refinad¨ªsimo y un sicario especializado en el secreto y mort¨ªfero arte marcial del hoda korosu. Shibumi fue un ¨¦xito mundial de ventas, pero Trevanian nunca quiso escribir una nueva entrega de las aventuras de Hel.
Esta nueva entrega es ahora abordada por Winslow, autor de alguna de las novelas negras m¨¢s impactantes de los ¨²ltimos tiempos, entre otras, El poder del perro. Lo que ha hecho Winslow es eso que en ingl¨¦s se llama prequel: contar una historia del personaje de Trevanian anterior a la de Shibumi. Satori nos presenta a un joven Hel en los comienzos de su carrera de asesino a sueldo. La norteamericana CIA le ha encargado una misi¨®n suicida: asesinar al comisionado de Stalin en la reci¨¦n nacida China comunista de Mao, y hacerlo, ni m¨¢s ni menos, en el mism¨ªsimo Pek¨ªn. Estamos en 1951, es el comienzo de la guerra fr¨ªa y las armas rugen en Corea y Vietnam.
Uno prefiere a Winslow escribiendo sobre narcos, polis y golfos mexicanos y gringos m¨¢s que sobre misticismo orientaloide. Y sin embargo, debe reconocer que en Satori consigue su objetivo de recrear Shibumi, y hacerlo de modo muy personal. El trabajo de documentaci¨®n es impresionante; la recreaci¨®n del momento pol¨ªtico, inmejorable; las escenas de acci¨®n, muy bien escritas, como siempre en Winslow; los di¨¢logos, potentes, y el conjunto, entretenido. Y por supuesto, Winslow es m¨¢s expl¨ªcito que Trevanian tanto a la hora de describir los polvazos como los asesinatos.
En el camino uno va aprendiendo cosas. Por ejemplo, que el hoda korosu es una disciplina que utiliza objetos cotidianos como armas letales. O que la principal diferencia entre las artes marciales chinas y las japonesas es que las primeras emplean "numerosos movimientos circulares y complejos", mientras las segundas dan m¨¢s importancia a "un golpe r¨¢pido y mortal". De modo que Nicholai Hel recomienda las chinas "por su belleza" y las japonesas "por su capacidad mort¨ªfera".
Esta novela ya tiene contratada una adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica, en la que Leonardo DiCaprio ser¨ªa el protagonista. Y es que la voz del narrador de Satori vuelve a tener raz¨®n cuando proclama: "Los chapuceros suponen que caminar despacio equivale a caminar suavemente, mientras que los profesionales saben que lo cierto es todo lo contrario, por lo que son veloces y ligeros".
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