Simple Minds en 25 canciones
Las consecuencias que tuvo el punk en la ciudad de Glasgow fueron de lo m¨¢s concretas. Tras la revoluci¨®n musical y creativa de 1977, la ciudad acabar¨ªa destacando al convertirse en cuna del llamado sonido indie, con sellos como Postcard y grupos como Orange Juice, Aztec Camera y Josef K. Pero Glasgow tambi¨¦n fue la cuna de Simple Minds, una formaci¨®n que poco ten¨ªa que ver con la escena que reinar¨ªa en la ciudad. En 1978, y dado el car¨¢cter de su m¨²sica, cab¨ªa pensar que m¨¢s bien proven¨ªan de los sombr¨ªos paisajes de Manchester, de la urbe industrial de Sheffield o incluso del Liverpool que estaba propiciando la aparici¨®n de bandas de rock como Echo & The Bunnymen y Teardrop Explodes. Simple Minds ocupaba un espacio propio y su estilo, que en un principio se parec¨ªa demasiado al de otros contempor¨¢neos sin aportar muchas ideas propias, pronto evolucion¨®, preparando el camino para la fusi¨®n entre el rock y la electr¨®nica anal¨®gica.
"Fue una etapa en la que la motivaci¨®n era nuestro motor, nos apasionaba lo que hac¨ªamos"
"Tocaremos cinco canciones de cada ¨¢lbum. Incluiremos alguna rareza y hasta alg¨²n tema in¨¦dito. Habr¨¢ sorpresas"
Tambi¨¦n es cierto que la imagen que suele ir hoy asociada a los Simple Minds no es precisamente la de grupo arriesgado abriendo nuevas v¨ªas para el rock. El quinteto liderado por Jim Kerr fue uno de los grupos clave de la era del Live Aid, es decir, del cap¨ªtulo de los ochenta en que estos a?os llegaron a su apogeo y de ah¨ª pasaron inmediatamente a la saturaci¨®n. Los Simple Minds de Don't You Forget About Me, su primer ¨¦xito global, llenaban estadios y compet¨ªan con U2 en cuanto a manierismos rockeros. Pero no hay que olvidar que, al igual que muchos otros de sus compa?eros de generaci¨®n, U2 inclusive, en sus or¨ªgenes los Simple Minds hab¨ªan aceptado el reto que impon¨ªa el momento, el de romper moldes y atreverse con otras ideas. "En nuestros comienzos", explica Jim Kerr, por tel¨¦fono, "m¨¢s que intentar inventar un estilo lo que busc¨¢bamos era inventarnos a nosotros mismos, ver qui¨¦nes ¨¦ramos realmente y hasta d¨®nde ¨¦ramos capaces de llegar. Cuando empiezas en esto no hay un libro de instrucciones al que puedas acogerte, no hay un curso al que apuntarse ni una escuela a la que ir. Y lo ¨²nico que uno tiene, m¨¢s all¨¢ del talento y del deseo de triunfar, es la imaginaci¨®n".
Tras haber realizado el pasado a?o una gira en la que interpretaban sus grandes ¨¦xitos, Simple Minds (de cuya formaci¨®n original solamente quedan Kerr y el guitarra Charlie Burchill) regresan a los escenarios con un nuevo tour. El planteamiento de 5¡Á5 huye de lo evidente y propone una recuperaci¨®n, tanto en directo como con la edici¨®n de un box set, de las canciones de los cinco primeros ¨¢lbumes del grupo, los discos que les pusieron en el mapa del pospunk y les dieron prestigio, que no ¨¦xitos. "Las viejas canciones son siempre muy especiales pero con el tiempo, inevitablemente, se van quedando atr¨¢s. Tienen un lugar muy especial en tu coraz¨®n. Siguen formando parte de ti y de lo que haces. Nos pareci¨® que hab¨ªa llegado el momento apropiado para recuperar ese material. Pusimos en marcha el proyecto de recopilar esos cinco discos en una caja y eso a su vez nos proporcion¨® la oportunidad de volver a tocar esas canciones en directo". Las cinco primeras obras de Simple Minds trazan la m¨¢s que interesante evoluci¨®n del grupo. Fueron grabadas en una ¨¦poca extremadamente prol¨ªfica del entonces quinteto, ("Hicimos cinco ¨¢lbumes en tres a?os, tres de ellos en 18 meses", apostilla Kerr); cada nueva visita al estudio supon¨ªa un nuevo paso en una evoluci¨®n constante. "Est¨¢bamos poniendo a prueba nuestra imaginaci¨®n en cada uno de esos ¨¢lbumes. Todos ellos reflejan una b¨²squeda que finalmente nos llev¨® a cobrar la forma musical que dio a conocer a los Simple Minds a nivel masivo", sentencia el cantante.
Lo cierto es que su debut, Life In A Day (1979), es un trabajo m¨¢s bien anodino que, m¨¢s que otra cosa, recuerda al sonido de otros grupos del momento como Magazine (hasta el punto de que el propio grupo lleg¨® a renegar de ¨¦l, detalle que Kerr elude discutir en la entrevista alegando problemas con la conexi¨®n telef¨®nica), y salvo t¨ªtulos como Chelsea Girl apenas posee canciones memorables. A¨²n no hab¨ªa cristalizado el grupo que Kerr retrata en la siguiente declaraci¨®n: "Ten¨ªamos un coraz¨®n orientado hacia el rock, nos gustaban The Velvet Underground, The Doors y Peter Gabriel, pero tambi¨¦n los grupos de rock alem¨¢n como Kraftwerk, Can y Neu! Y, por supuesto, Eno. Sin olvidar la admiraci¨®n que nos despertaban contempor¨¢neos como Joy Division y Echo & The Bunnymen, que se esforzaban por conseguir que el rock volviera a ser de nuevo algo peligroso y hermoso a la vez". Por aquella ¨¦poca tuvieron una epifan¨ªa con nombre y apellidos. "Fuimos a grabar a Rockfield, un complejo de estudios de grabaci¨®n en plena campi?a de Gales. Cuando llegamos, preguntamos qui¨¦n estaba en el estudio de al lado y nos dijeron: 'Iggy Pop'. ?No pod¨ªamos creer que alguien como Iggy estuviera en medio del campo! Como su tour manager era gal¨¦s, no tardamos en conocerlo. Simpatizar con ¨¦l no fue dif¨ªcil: ten¨ªamos mucha hierba y un mont¨®n de jovencitas a nuestro alrededor, as¨ª que le ca¨ªmos muy bien . A los pocos d¨ªas, Iggy nos anunci¨® que David Bowie iba a pasar por all¨ª para verle y, una vez m¨¢s, no pod¨ªamos creerlo. Bowie lleg¨®, estuvieron bebiendo y trabajando en algunas canciones. De repente, un d¨ªa se abre la puerta de nuestro estudio y nos dicen que necesitan algunas voces para grabar un coro potente. Por desgracia, no conservo ninguna foto de aquel momento tan incre¨ªble, pero al menos tengo una copia de Soldier, el disco con la canci¨®n
en la que hacemos coros con Bowie para Iggy".
El disco que Simple Minds estaba grabando en Rockfield Studios sali¨® a la venta como Real To Real Cacophony (1979), y se revel¨® como un trabajo mucho m¨¢s personal y arriesgado que su predecesor. Esta vez, la propuesta era la fusi¨®n entre el rock pospunk y la incipiente electr¨®nica que por aquel entonces en Inglaterra practicaban solo grupos como Fad Gadget y los Ultravox! de John Foxx y, por supuesto, pioneros de la electr¨®nica pop como Orchestral Maneouvres In The Dark y Human League. Es un disco de sonido claustrof¨®bico y apocal¨ªptico, de tono a veces orwelliano, un ¨¢lbum que poco tiene que ver con el grupo de estadios que el mundo conoci¨® despu¨¦s, pero que en su momento fue innovador y diferente. "Trabaj¨¢bamos sin parar. Cuando termin¨¢bamos de grabar los discos and¨¢bamos continuamente de gira. Fue una etapa en la que la motivaci¨®n era nuestro motor, nos apasionaba lo que hac¨ªamos. Todos los miembros del grupo ten¨ªan ideas que aportaban a las composiciones, incluso el bater¨ªa. Puede que esos cinco ¨¢lbumes no sean perfectos, pero la energ¨ªa de la cual proceden s¨ª que lo era". En 1980 iniciaban otra nueva etapa con Empires And Dances, un ¨¢lbum que invoca un esp¨ªritu europeo en una ¨¦poca en la que los j¨®venes grupos brit¨¢nicos, obnubilados tanto por Kraftwerk como por el Bowie de Low, as¨ª como por la decadencia berlinesa, el futurismo italiano y las vanguardias art¨ªsticas de principios de siglo, descubr¨ªan el viejo continente. En el caso de Simple Minds, esto se tradujo en un sonido mucho m¨¢s electr¨®nico guiado por la celebraci¨®n del viaje como acto inici¨¢tico. "En aquella ¨¦poca todav¨ªa vend¨ªamos pocos discos pero actu¨¢bamos mucho, sobre todo en Alemania, Holanda, B¨¦lgica, Francia. Incluso estuvimos en Espa?a [en Badalona, octubre de 1980] teloneando a Peter Gabriel. ?ramos una especie de entidad continental".
Arista, la discogr¨¢fica en la que estaban, se cans¨® de invertir sin ver beneficios y los vendi¨® a Virgin junto con Japan, que tampoco acababan de despegar comercialmente. "Nos reunimos con el nuevo director art¨ªstico y nos hizo escuchar un tema de un grupo llamado Cowboys International. La producci¨®n era magistral. Nos dijo, '?os gustar¨ªa tener a este productor?'. Y nosotros preguntamos, '?qui¨¦n es?'. No contest¨®. Insistimos. Tampoco contest¨®, solo dec¨ªa, '?quer¨¦is que os produzca s¨ª o no?'. Al final aceptamos y fue cuando nos dijo que se trataba del guitarra Steve Hillage". Hillage ven¨ªa del rock progresivo de la escena de Canterbury, un campo tab¨² para cualquier hijo del punk. "Cuando quedamos con ¨¦l hab¨ªa sufrido una transformaci¨®n similar a la que hab¨ªa tenido Fripp. Llevaba un traje muy cool y se hab¨ªa cortado el pelo. Compart¨ªamos el inter¨¦s por la electr¨®nica y grabamos The American con ¨¦l. Nos convenci¨® completamente".
Con Hillage registraron dos ¨¢lbumes en 1981, Sons And Fascination, que tuvo una especie de gemelo llamado Sisters Feeling Call. El segundo era el complemento del primero, pero en realidad se trata de un ¨¢lbum doble que reforz¨® la potencia del sonido de la banda y lo elev¨® hacia la modernidad europe¨ªsta que los new romantics y los grupos de tecnopop predicaban entonces. "Ah¨ª estaba Love Song, que m¨¢s que nuestro primer ¨¦xito fue la canci¨®n que hizo que son¨¢ramos en las radios. Recuerdo actuar en Rockola a finales de ese a?o y cuando la tocamos, todo el mundo la conoc¨ªa". Con New Gold Dream (81,82,83,84) (1982) volvieron a probar nuevos elementos, esta vez ritmos funky y bases de baile. Pero canciones como Someone Somewhere (In Summertime) ya dejan aflorar la ¨¦pica que acabar¨ªa por inmortalizar al grupo. "Con ese ¨¢lbum todo funcion¨® muy bien. Ten¨ªa mucha emoci¨®n, era m¨¢s po¨¦tico. Despu¨¦s de haber grabado discos que tend¨ªan a ser oscuros, aqu¨ª empezamos a cobrar nuestra forma definitiva. En cierto modo es como la calma que llega despu¨¦s de la tormenta". Tambi¨¦n fue la ¨²ltima vez que el grupo se aventurar¨ªa en nuevos terrenos. A partir de entonces, con productores como Steve Lillywhite, su m¨²sica abraz¨® lo grandioso.
As¨ª fue como qued¨® cerrada una etapa que ahora se reabre moment¨¢neamente gracias a la reedici¨®n de esos discos (en versiones que incluyen caras B y material perdido) y la gira que los har¨¢ revivir en el escenario en una selecta gira europea. "Tocaremos 25 canciones por noche, cinco de cada ¨¢lbum. Incluiremos alguna rareza y hasta alg¨²n tema in¨¦dito. Habr¨¢ sorpresas". Sobre todo para aquellos que, en su d¨ªa, vibraron con aquellos experimentos que acercaban el rock a lo que entonces llam¨¢bamos futuro.
Simple Minds actuar¨¢ en Madrid el 15 de febrero, en La Riviera, y en Barcelona el 16 de febrero, en Razzmatazz. 5x5 (Emi) se edita el 20 de febrero. www.simpleminds.com.
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