Hacer dinero de la nada
En que se parece el pueblo oscense de Gra?¨¦n y el californiano Menlo Park? En que a los dos les ha tocado el gordo. Al espa?ol, por suerte; al otro, por ingenio.
La salida a Bolsa de Facebook va a suponer una lluvia de dinero en su pueblo y en todo Silicon Valley. A diferencia de Gra?¨¦n, es una fortuna anunciada. De entrada se calcula que brotar¨¢n 1.000 millonarios m¨¢s en el pueblo, la mayor¨ªa ingenieros de la red social que cobran pluses en forma de acciones. A partir de ah¨ª, los beneficios se ramifican hacia el fisco local y estatal (California), que recaudar¨¢ unos 500 millones de d¨®lares (la salida a Bolsa de Google report¨® 150 millones, y esta es cinco veces mayor). Pero, sobre todo, los ingresos ir¨¢n al sector inmobiliario de la zona, que solo por el acontecimiento ha modificado al alza las previsiones de venta de casas para este a?o y el pr¨®ximo.
El negocio de Facebook, como el de Google o Twitter, no est¨¢ en vender algo, sino en regalarlo
Facebook es otro ¨¦xito de la econom¨ªa de Internet, donde el dinero no llega por el servicio que se da, sino por una v¨ªa indirecta, aparentemente extra?a. El negocio no consiste en vender, por ejemplo, un disco, sino en regalarlo, y a cuanta m¨¢s gente, mejor. Aqu¨ª es donde entra el ingenio. ?C¨®mo sacar beneficios de algo que se regala o que se piratea? Quiz¨¢ con publicidad o, cada vez m¨¢s, con servicios complementarios de pago. El negocio no es por cobrar la llamada o el mensaje o escuchar m¨²sica, sino por servicios paralelos mejorados, como Skype o WhatsApp.
La semana pasada, un tal Mikael Ek daba una lecci¨®n magistral a la industria discogr¨¢fica reunida en Cannes. Ek, director general de Angry birds, un juego gratuito y simple, conmin¨® a los reunidos a sacar fruto de la pirater¨ªa. "A tu consumidor no le puedes perseguir, hay que tratarlo como un fan, pues cuantos m¨¢s fans, m¨¢s negocio habr¨¢ al final". Operadoras, fabricantes de televisores y hasta Hollywood pagan por incluir los Angry birds en sus m¨®viles, sus televisores o sus pel¨ªculas (y, probablemente, no hay mu?ecos m¨¢s pirateados que esos p¨¢jaros cabezones).
Para los acostumbrados a la econom¨ªa de la compraventa, choca que los ingresos lleguen a trav¨¦s de un servicio gratuito o a trav¨¦s de algo que se hab¨ªa despreciado (el buscador). Fue el caso, hace ocho a?os, del buscador Google, y ahora se repetir¨¢ con la red social Facebook, ma?ana con los micromensajes de Twitter y pasado con Pinterest. Bien es cierto que abundan los intentos ruinosos. Basta recordar la crecida y ca¨ªda de MySpace, la red social m¨¢s poderosa hasta que puso sus manos encima Rupert Murdoch, que la convirti¨® en una red plagada de vallas y obst¨¢culos mientras a su lado crec¨ªa libre Facebook. Al magnate ex australiano le entraron las prisas por recuperar su dinero mientras que Mark Zuckerberg resist¨ªa jugosas ofertas de compra y prefer¨ªa crecer y crecer sin buscar el beneficio inmediato.
Ni Google ni Facebook fueron los primeros en su campo, rompiendo la teor¨ªa de que llegar antes es fundamental en Internet. Quiz¨¢ solo en el caso de que se haga bien. Antes de Google, la b¨²squeda de p¨¢ginas en Internet no interesaba a la industria. Yahoo, que era el l¨ªder, clasificaba las p¨¢ginas manualmente, pero no sab¨ªa c¨®mo obtener ingresos de ello. Larry Page y Sergey Brin, fundadores de Google, anduvieron meses y meses buscando dinero. Ofrecieron su f¨®rmula de b¨²squedas autom¨¢ticas a Yahoo, que la despreci¨®. Doce a?os despu¨¦s, Google ingresa 38.000 millones de d¨®lares, y sin cobrar un centavo a ninguno de sus clientes. Todo gracias a un sistema publicitario que lanza ofertas de hoteles si se buscan vuelos a Mallorca o de naranjas si se pregunta por tiendas de fruta.
Facebook es otra maravilla, se mire como se mire. Socialmente, permite que se conecten 845 millones de personas, que se intercambian saludos, fotos, v¨ªdeos, est¨¦n donde est¨¦n y cuando quieran. Para tener un negocio floreciente o para ser presidente de Estados Unidos hay que pasar por Facebook, Twitter y Youtube (Google). Ya, por todos a la vez.
Facebook a¨²n es, econ¨®micamente, mejor negocio que cuando Google salt¨® a Bolsa. Si el buscador depende al 95% de la publicidad, la red social no tanto (85% y bajando). Los 400 millones de personas que entran diariamente en Facebook forman una masa de consumidores cautivos inestimable para cualquier comercial. El primero que lo entendi¨® fue Zynga con sus juegos inocentes y facilones, como Farmville, donde compras con dinero de verdad semillas de zanahoria virtuales para tu huerto imaginario. Al a?o se lanzan miles y miles de nuevos juegos, pero solo a Zynga se le ocurri¨® ofrecerlos en Facebook y, c¨®mo no, gratuitamente. Una vez m¨¢s, no se cobra por jugar, sino por servicios a?adidos. El 90% de sus ingresos le llegan desde Facebook.
Creada en 2007, Zynga sali¨® a Bolsa en diciembre pasado. El mercado valor¨® la empresa en 1.000 millones de d¨®lares, m¨¢s que el gigante del sector Electronic Arts, que hasta hace poco se dedicaba exclusivamente a vender juegos en cajas y le empieza a ver las orejas al lobo. De rebote, con la salida a Bolsa de la red social se ha disparado la cotizaci¨®n de Zynga.
Similar t¨¢ctica ha seguido Spotify para extender globalmente su servicio musical, tambi¨¦n gratuito. Todos ellos, cierto es, a medida que van reclutando m¨¢s usuarios, reducen o hacen m¨¢s inc¨®modos sus servicios gratuitos. Abierto el camino, esa fuente de ingresos para Facebook no ha hecho m¨¢s que comenzar. ?Qu¨¦ pasar¨¢ si, como se dej¨® caer hace unas semanas, Facebook entra en el negocio del juego online, cuando se levante la prohibici¨®n? Pues ya hay apuestas: en lugar de ingresar 4.000 millones ingresar¨ªa 100.000. Todav¨ªa, hoy por hoy, Facebook es un monstruo dormido.
Nos podemos re¨ªr todo lo que queramos de que Beast, el perro de Mark Zuckerberg, tenga su propia p¨¢gina; m¨¢s a¨²n, de que la sigan 133.000 personas o animales; de que este joven de 27 a?os solo se coma lo que mata, de que vaya por el mundo con un vetusto coche japon¨¦s o que done a los necesitados la mitad de toda su fortuna de por vida; pero gente como ¨¦l, como Jack Darsey (Twitter), Page y Brin (Google), Jerry Yang y David Filo (Yahoo!) Niklas Zennstr?m y Janus Friis (Kazaa y Skype) o Pierre Omydiar (eBay) han cambiado las reglas de la econom¨ªa. Todos ellos son supermillonarios, y sus pueblos tambi¨¦n, por haber ingeniado servicios gratuitos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.