El 'green', en la puerta de casa
El c¨¦sped artificial se ha convertido en el impulsor de los minicampos de golf dom¨¦sticos, cuya demanda crece entre los due?os de chal¨¦s
Cada vez son m¨¢s los aficionados al golf que deciden mejorar su swing sin salir de casa. Crece la construcci¨®n de mini campos de golf en las parcelas de los chal¨¦s. "El n¨²mero de presupuestos se ha incrementado un 60% en los ¨²ltimos tres a?os", dice Raya Moyano, de la compa?¨ªa NiceGolf, especialista en el dise?o de campos.
"A pesar de la crisis, nuestro negocio ha instalado un 50% m¨¢s de putting green para hogares con respecto al a?o pasado", se?ala Dimitris Tsalidis, gerente de la compa?¨ªa especializada OnlyGolf.
El n¨²mero de campos de golf federados en Espa?a es de 380, 21 m¨¢s que en 2008, pero siguen sin ser suficiente, sobre todo los de car¨¢cter p¨²blico. El aumento de aficionados (m¨¢s de 338.700 federados) ha provocado que haya muchos jugadores sin campo.
Los principales clientes del golf dom¨¦stico son amateurs que buscan mejorar la t¨¦cnica en el juego corto sin salir de casa, y tambi¨¦n jugadores de golf experimentados. La compa?¨ªa Southwest Greens Espa?a, empresa americana que comenz¨® a trabajar en nuestro pa¨ªs en 2003, ha realizado el golf de la casa de Sergio Garc¨ªa y comercializa una l¨ªnea exclusiva dise?ada por Jack Nicklaus.
El c¨¦sped artificial se ha convertido en el impulsor del golf en casa, al abaratar la instalaci¨®n y requerir escaso mantenimiento. De hecho, se est¨¢ extendiendo entre las comunidades de vecinos que disponen de una zona com¨²n, como en Monteclaro, en Las Rozas, explica Moyano.
Los hay que se lo instalan en las terrazas de los ¨¢ticos e incluso en el tejado, dicen en Southwest Greens. "?ltimamente se reconvierten las pistas de tenis en putting green de golf", prosiguen.
De momento, la demanda en comunidades de vecinos es minoritaria, aunque "es cuesti¨®n de tiempo que este segmento despierte y el golf de c¨¦sped artificial sea una alternativa al tenis, p¨¢del o las piscinas en las fincas", dice Tsalidis.
No hay requisitos para instalar un mini campo dom¨¦stico, ya que se pueden adaptar a cualquier tipo de superficie (tierra, solado, cemento) y ubicaci¨®n (interior o exterior), e incluso se pueden utilizar los elementos del jard¨ªn (¨¢rboles, piscinas o jardineras) como parte de la zona de juego.
El campo m¨¢s habitual suele tener 150 metros, con un green de 50 metros, aunque "hemos recibido encargos desde 5 hasta m¨¢s de 1.500 metros", se?alan en NiceGolf. La instalaci¨®n tipo consta de una zona de green rodeada por un anillo de rouge. El resto de elementos es opcional: bunkers, lago, varios tees de salida, ca¨ªdas, pendientes, lomas, etc¨¦tera.
Los hoyos
Para particulares se suele realizar un ¨²nico hoyo con unos cuatro agujeros con varias zonas de tee, y se incluye una red de pr¨¢cticas para perfeccionar el juego largo, dice Rafa Moyano. En algunos jardines se colocan hasta 12 hoyos, explica Tsalidis.
Las empresas especializadas en el dise?o de estos peque?os campos se encargan de la preparaci¨®n de los suelos, desbroce de la capa vegetal, modelado del terreno, preparaci¨®n de drenajes y evacuaci¨®n de las aguas. De la complejidad depende los d¨ªas de trabajo, que pueden ser de dos d¨ªas a dos semanas. Los precios tambi¨¦n var¨ªan mucho, pero se mueven entre los 100 y 180 euros por metro cuadrado de green.
La posibilidad de romper los cristales de la vivienda no es un problema, ya que los golpes son cortos y m¨¢s controlados. A m¨¢s tama?o, m¨¢s problemas; por eso hay que tenerlo en cuenta en el momento de dise?ar el golf. Y, de ser necesario, se pueden colocar redes de seguridad sin da?ar la est¨¦tica del paisajismo.
El mantenimiento de este tipo de c¨¦sped es m¨ªnimo. El coste est¨¢ entre los 200 y 300 euros anuales, una peque?a inversi¨®n si se compara con el coste de mantener un terreno natural. El consumo de agua se reduce en un 96%.
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