Perder tiempo
En vez de acelerar la elaboraci¨®n de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) de este a?o para reducir incertidumbres, el Gobierno ha mantenido la fecha prevista de finales de este mes. No ha cambiado de opini¨®n ni ante el agravamiento de la coyuntura (profundidad de la recesi¨®n), ni ante los datos del d¨¦ficit que se le iban apareciendo, ni ante la negrura de las expectativas, ni ante la antipat¨ªa e irritaci¨®n que su actitud ha generado en las instituciones europeas a las que con una mano se les suplicaba flexibilidad y con la otra se le negaban los datos que ped¨ªan. Hay escasas dudas de que en este caso han primado los intereses partidistas (celebrar las elecciones andaluzas y asturianas antes de anunciar nuevos sacrificios a la poblaci¨®n) sobre los intereses generales.
Sea cual sea el objetivo de d¨¦ficit p¨²blico que determine finalmente Bruselas para la econom¨ªa espa?ola, no hay duda de que supondr¨¢ la en¨¦sima tanda de ajustes en medio de una econom¨ªa recesiva. Las inc¨®gnitas sobre la misma son la mixtura que habr¨¢ de hacerse entre incremento de ingresos (subida de impuestos) y reducci¨®n del gasto p¨²blico, y a qu¨¦ figuras y partidas de los PGE afectar¨¢n.
A partir de ese momento, el Gobierno solo dispondr¨¢ de tres trimestres para hacer el ajuste adicional, ya que el primero de 2012 ya se habr¨¢ consumido. Habr¨¢ de concentrar el esfuerzo en menos tiempo, por lo que ser¨¢ m¨¢s doloroso. Y ello solo para cubrir el objetivo de este ejercicio, ya que tendr¨¢ la obligaci¨®n de continuar con la consolidaci¨®n fiscal al menos durante todo 2013. Los tiempos, que ahora pueden haber jugado a favor de los intereses electorales andaluces y asturianos del PP, tendr¨¢n el signo contrario m¨¢s adelante.
Los plazos siempre tienen su coste en econom¨ªa. Ello tambi¨¦n se ver¨¢, por ejemplo, en relaci¨®n con las subastas de dinero que el Banco Central Europeo (BCE) ha ofrecido a centenares de entidades financieras europeas, entre ellas todas las espa?olas. En las dos tandas habidas hasta ahora ¡ªen diciembre y la semana pasada¡ª, los bancos espa?oles han obtenido m¨¢s de 200.000 millones de euros, que tendr¨¢n distintas funciones: cubrir los vencimientos de las obligaciones a corto plazo (entre ellas, las que ten¨ªan con el propio BCE de anteriores subastas a un plazo muy corto), mejorar su margen de negocio al obtener pr¨¦stamos al 1% y comprar con ellos deuda soberana al 3% o al 4% y, en ¨²ltima instancia, favorecer la llegada del cr¨¦dito a unas empresas y familias angustiadas por la falta de circulante.
La cuesti¨®n es qu¨¦ ocurrir¨¢ dentro de tres a?os, cuando hayan de pagar lo ahora obtenido. Se supone que para entonces las ca?er¨ªas del cr¨¦dito se habr¨¢n normalizado, los bancos se prestar¨¢n unos a otros y las dificultades ser¨¢n menores. ?Y si no es as¨ª? Por ejemplo, las pr¨®ximas elecciones generales se celebrar¨ªan sin que el saneamiento financiero hubiese acabado. Pero como dijo Keynes, a largo plazo, todos muertos.
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