Repsol: las tres K

Dicen que Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner (la primera K) se ha rodeado de un grupo de j¨®venes peronistas de La C¨¢mpora que han desplazado a los viejos peronistas antes influyentes en la Casa Rosada. Entre ellos, el hombre de moda (en Argentina y ahora tambi¨¦n en Espa?a) es Axel Kicillof (segunda K en esta historia), n¨²mero dos del Ministerio de Econom¨ªa e ide¨®logo de la expropiaci¨®n de Repsol, a la que defendi¨® en el Senado con vehemencia no exenta de insultos y descalificaciones.

Kicillof, que entre otras materias de la historia del pensamiento ense?¨® econom¨ªa marxista en la Universidad de Buenos Aires, es una autoridad en Keynes (la tercera K). Hace m¨¢s de un lustro public¨® en Buenos Aires el resultado de una gigantesca investigaci¨®n acad¨¦mica sobre la obra del genial economista de Cambridge, que ahora aparecer¨¢ en Espa?a (editorial Capital Intelectual) convenientemente editada y titulada Volver a Keynes. El libro estaba programado desde hace muchos meses.

Kicillof puede ser un doctrinario pero no ese indocumentado que han presentado algunos medios de comunicaci¨®n

De la lectura de Volver a Keynes se desprende que Kicillof es un doctrinario, pero de ninguna manera ese petimetre indocumentado que ha sido presentado como tal en algunos medios de comunicaci¨®n espa?oles (estos s¨ª, en esta ocasi¨®n, indocumentados).

La operaci¨®n de nacionalizaci¨®n de Repsol se podr¨ªa sustentar ideol¨®gicamente, de alguna manera, en la forma de entender el keynesianismo por Kicillof. Por ejemplo, cuando escribe: ¡°Para Keynes (¡­) la renovada capacidad del Estado para intervenir en la econom¨ªa no debe tomarse como una malformaci¨®n ni como una desgracia, sino que es uno de los productos genuinos e irreversibles del proceso de transformaci¨®n econ¨®mica (¡­). No serv¨ªa de nada lamentarse o pretender rebelarse contra sus manifestaciones y sus efectos. Los instrumentos y el poder que hab¨ªan reca¨ªdo en el Estado eran parte del remedio y no la causa de la enfermedad. Oponerse a los cambios inevitables, como intentaba hacer la ortodoxia, no solo era inconducente o, peor a¨²n, una peligrosa muestra de conservadurismo, sino que imped¨ªa adem¨¢s concebir soluciones m¨¢s adecuadas a los nuevos tiempos¡±.

Kicillof entiende que las teor¨ªas genuinas de Keynes (no las que algunos de sus seguidores desvirtuaron y han constituido en ocasiones la corriente principal del keynesianismo) tienen mucho que aportar en la segunda d¨¦cada del siglo XXI. Ser¨ªa oportuno que los ejecutivos de las multinacionales que operan en Argentina conociesen a fondo la filosof¨ªa econ¨®mica de quien en estos momentos es un hombre fuerte de la presidenta del pa¨ªs. En el pr¨®logo a la edici¨®n espa?ola del libro, el autor opina que la crisis est¨¢ teniendo efectos devastadores en nuestro pa¨ªs, pero no se manifiesta sobre la coyuntura argentina. Convendr¨ªa tambi¨¦n que ¨¦l reflexionase, como hemos tenido que hacer en Espa?a al pasar del milagro a la recesi¨®n, sobre la m¨¢xima de Julio C¨¦sar: ¡°Estoy en la cumbre, bordeando ya el abismo¡±.