Las claves de un cambio necesario
La sustituci¨®n de Rodrigo Rato por Jos¨¦ Ignacio Goirigolzarri es el triste final de una historia que empez¨® mal y ha acabado peor
![??igo de Barr¨®n](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F7ee4b5d1-5f2f-4d9a-9dfe-3e08652573f9.jpg?auth=417b0a1fc244b47f21774e0bfb7c3fc56fc0687a32a4bf59c3329a6698e40539&width=100&height=100&smart=true)
![Rodrigo Rato, en 2003, cuando era vicepresidente segundo del Gobierno, charlando con el entonces presidente de Caja Madrid, Miguel Blesa](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/GR6QAOMAN4JYGMTP5XKBOTWZLU.jpg?auth=ea5a0c6b1e3168f0847d7d6f0cc1c7caa5c8c7d02705ca18bf0b76fb5f1265c3&width=414)
La sustituci¨®n de Rodrigo Rato (Madrid, 1949) por Jos¨¦ Ignacio Goirigolzarri (Bilbao, 1954) es el triste final de una historia que empez¨® mal y ha acabado peor. Los dos grandes partidos PSOE y PP, tomaron las cajas de ahorros como entes de su propiedad, lo que se ha demostrado como uno de sus mayores males. Cuando todo iba bien, las cajas aguantaron los problemas que suponen estar a las ¨®rdenes de pol¨ªticos, cuyos intereses no coinciden con los de los gestores. La intensa guerra de Esperanza Aguirre, presidenta de Madrid, contra Miguel Blesa, entonces presidente de Caja Madrid, acab¨® con la llegada de Rodrigo Rato en 2010, cuando la crisis ya golpeaba duro.
La herencia que recibi¨® fue mala: fallidas inversiones inmobiliarias, excesivo negocio con inmigrantes y un negocio con muy poco margen financiero. Es decir, una caja que ganaba poco dinero y ten¨ªa muchos problemas. Los insuficientes ingresos para provisionar todo lo que se le ven¨ªa encima complicaron su futuro. El exvicepresidente econ¨®mico ten¨ªa un perfil pol¨ªtico y de responsable internacional en el FMI, pero no era un financiero. Y menos, un financiero capaz de lidiar con el toro que se ven¨ªa encima. Lo peor que le pod¨ªa pasar era unirse a otra entidad que tuviera m¨¢s activos t¨®xicos en el ladrillo. Fue eso exactamente lo que hizo Rato, fusionarse con Bancaja. Con el enorme empuje del PP (que resolv¨ªa la situaci¨®n personal de Jos¨¦ Luis Olivas), el visto bueno del Banco de Espa?a y la complacencia del Gobierno socialista, se aprob¨® la uni¨®n a Bancaja que incluy¨® la absorci¨®n de cinco cajas m¨¢s del PP, peque?as, pero capaces de complicar enormemente la integraci¨®n y no traer beneficios significativos.
El resultado es que se cre¨® la mayor inmobiliaria de Espa?a, con una cartera de cr¨¦ditos problem¨¢ticos y activos adjudicados por valor de 31.800 millones. Rato mantuvo un consejo dominado por los pol¨ªticos y nombr¨® un equipo gestor de bajo perfil, sus mayores errores. Su primer ejecutivo, Francisco Verd¨², consejero delegado, hab¨ªa llevado una entidad veinte veces m¨¢s peque?a que Bankia, la Banca March.
Rato se afan¨® en reducir costes, y lo hizo con ¨¦xito, pero hubiera necesitado tener m¨¢s tiempo, m¨¢s ingresos, mejores colaboradores y pol¨ªticos menos torpes. Para llegar hasta el desastre actual, ha contado con la colaboraci¨®n de la crisis ¨Cque ha durado m¨¢s de lo nadie pod¨ªa anticipar-, los errores de Bruselas con el sector bancario y las dubitativas reformas financieras del PSOE y del PP, que han sido duros de digerir. La crueldad del destino ha hecho que sea el FMI, su antigua casa, el ¨²ltimo empuje para su final cuando le se?al¨® en su ¨²ltimo informe como una entidad sist¨¦mica con enormes problemas. La soluci¨®n ha sido nombrar al mejor gestor que no est¨¢ trabajando, Goirigolzarri, solo que con dos a?os y medio de retraso. Demasiado tiempo perdido lo que hace que el reto para Goirigolzarri sea descomunal.
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