Traiciones de alcoba
Crecen los casos de uso de informaci¨®n privilegiada por las parejas de las directivas
¡°Cari?o, la comisi¨®n de valores me est¨¢ investigando¡±. Christie Hefner, ex consejera delegada de Playboy, se qued¨® de piedra al escuchar esta afirmaci¨®n. William Marovitz, con el que llevaba casada 15 a?os, la hab¨ªa traicionado. No era un l¨ªo de faldas, sino uso de informaci¨®n privilegiada. Aprovechaba las conversaciones con su mujer para ganar dinero en Bolsa. La confesi¨®n tuvo lugar en marzo de 2010, en su lujoso apartamento de Chicago con vistas al lago Michigan.
¡ª?Cu¨¢ndo fue consciente de que su pareja ten¨ªa acciones de Playboy?
¡ªEsa misma tarde.
Ha salido a la luz ahora el testimonio de Hefner durante el interrogatorio al que le someti¨® la CNMV estadounidense (SEC por sus siglas en ingl¨¦s). Este es solo uno de los 400 casos de insider trading investigados por el supervisor de Wall Street en los ¨²ltimos cinco a?os, pero forma parte de una tipolog¨ªa en aumento: las traiciones de alcoba, principalmente protagonizadas por los maridos de directivas.
Entre los a?os 1998 y 2009 Hefner llev¨® las riendas de Playboy, la revista de las famosas conejitas fundada por su padre en 1953. Durante su mandato, la compa?¨ªa creci¨® en el sector audiovisual, desarroll¨® su divisi¨®n digital y potenci¨® sus intereses en el negocio del juego. Marovitz parec¨ªa el marido ideal: exsenador procedente de una de las familias dem¨®cratas m¨¢s pujantes de Chicago, compart¨ªa con su mujer el inter¨¦s por diferentes causas progresistas. Despu¨¦s de abandonar su esca?o en 1993, Marovitz se convirti¨® en promotor inmobiliario.
Incluso antes de casarse, Hefner confiaba en ¨¦l a la hora de pedirle consejos para sus negocios. De hecho, siguiendo sus sugerencias Playboy abri¨® un casino en Grecia. Tras contraer matrimonio, Marovitz hizo algunos comentarios a su mujer sobre la posibilidad de comprar acciones de la compa?¨ªa. Hefner, seg¨²n su testimonio a la SEC, le advirti¨® de que eso no era posible. Incluso pidi¨® al director general de Playboy que alertara a su esposo sobre las consecuencias legales que tendr¨ªa operar con t¨ªtulos de la empresa. Marovitz nunca quiso hablar con este directivo.
Dos amantes y un bot¨ªn
Thomas Ammann, un alem¨¢n de 39 a?os que trabajaba para el banco de inversi¨®n Mizuho International en la City londinense, ha sido condenado a dos a?os y ocho meses de prisi¨®n por usar informaci¨®n privilegiada en su propio beneficio y de sus dos amantes. Ammann, seg¨²n el supervisor burs¨¢til brit¨¢nico (FSA), trabaj¨® entre 2008 y 2009 en el equipo de fusiones y adquisiciones de Mizuho que asesoraba a Cannon en la adquisici¨®n de Oc¨¦, una empresa holandesa de fotocopiadoras.
¡°Ten¨ªa informaci¨®n de primera mano, pero carec¨ªa de dinero¡±, describe el Financial Times. ?Qu¨¦ hizo para maximizar su soplo? Embauc¨® a sus dos novias, que no se conoc¨ªan entre s¨ª y desconoc¨ªan la existencia una de otra, para que comprasen acciones de Oc¨¦.
La primera de las amantes de Ammann era Christina Weckwerth, una divorciada de 44 a?os con residencia en Fr¨¢ncfort y que ten¨ªa la doble nacionalidad brit¨¢nica y chipriota. Se conocieron en abril de 2008 a trav¨¦s de una agencia de contactos por Internet. Su exmarido la hab¨ªa pagado 1,7 millones de euros por el acuerdo de divorcio y, tras la sugerencia de Ammann, invirti¨® un mill¨®n en acciones de Oc¨¦.
La segunda pareja del banquero era Jessica Mang, una masajista que hab¨ªa conocido en un club de alterne en julio de 2009. Mang us¨® sus tarjetas de cr¨¦dito y un pr¨¦stamo de sus padres para sacar partido del soplo de su novio.
Cuando Ammann fue arrestado en su apartamento en noviembre de 2010 estaba con una mujer japonesa. Desde entonces, ha tenido una relaci¨®n sentimental con una chica de origen chino que recientemente le abandon¨® para volver a su pa¨ªs, dej¨¢ndolo al cargo de un ni?o de solo seis semanas.
La avaricia de las parejas no solo produce un perjuicio econ¨®mico ¡ªlas multas son cuantiosas, adem¨¢s de tener que devolver las ganancias obtenidas de forma il¨ªcita¡ª, sino que erosiona la reputaci¨®n del afectado, quien en ocasiones pierde su trabajo. En el plano personal, llegan los divorcios. En muchos de estos casos se trata de profesionales con una situaci¨®n econ¨®mica desahogada, pero que no pueden evitar caer en la tentaci¨®n de usar la informaci¨®n de la persona con la que comparten almohada.
Hay conspiraciones en las que adem¨¢s del marido tambi¨¦n se benefician sus amigos. Nina Devlin trabajaba en la oficina de Nueva York de Bruswick Group, una consultora londinense especializada en fusiones y adquisiciones. Su esposo, Matthew, era br¨®ker del gigante desaparecido Lehman Brothers. Corr¨ªa el a?o 2004 y comparti¨® hasta en 14 ocasiones con su c¨ªrculo de conocidos informaciones sobre futuros movimientos corporativos que hab¨ªa obtenido tras entresacar datos a su mujer, a la que hab¨ªan bautizado con nombre clave: el ganso dorado. En total, obtuvieron 4,8 millones de d¨®lares en plusval¨ªas il¨ªcitas.
Tras el arresto de Matthew Devlin, Nina escribi¨® una carta al fiscal que llevaba el caso, seg¨²n informa la agencia Bloomberg: ¡°Me qued¨¦ paralizada cuando tuve conocimiento de las acciones de mi marido en 2008. Desde entonces, he sufrido severas consecuencias, incluida la p¨¦rdida de un trabajo que me gustaba y una erosi¨®n tremenda en mi reputaci¨®n profesional que me hab¨ªa costado 10 a?os construir¡±.
Otro de los casos de informaci¨®n privilegiada destapados por la SEC tiene como protagonista a Loren Hipp, quien trabajaba como secretaria de direcci¨®n en la aseguradora Safeco. Siguiendo instrucciones de su jefe, Loren firm¨® un acuerdo de confidencialidad, ya que la compa?¨ªa estaba a punto de ser vendida. En abril de 2008, su marido, Math J. Hipp, la pregunt¨® por qu¨¦, de repente, trabajaba horas extra, incluidos los fines de semana. Su mujer esquivaba las cuestiones. Tan solo le coment¨® que estaba ¡°preocupada¡± porque pod¨ªa haber despidos en su compa?¨ªa, pero no le pod¨ªa decir el motivo, de acuerdo con las investigaciones de la SEC.
Math, ingeniero de profesi¨®n, decidi¨® comprar 127 opciones tipo call de Sabeco. Con esta operaci¨®n apostaba porque las acciones de la aseguradora se disparar¨ªan. Y vaya si lo hicieron cuando se oficializ¨® la venta de la aseguradora a Liberty Mutual. Loren fue despedida a pesar de que la SEC prob¨® que nunca rompi¨® el pacto de silencio y su marido pag¨® una cuantiosa multa.
Entre la confianza traicionada y la imprudencia a veces hay una l¨ªnea roja demasiado fina. Neela Seenandan era ejecutiva de la aseguradora Aon. En julio de 2010 sab¨ªa que su compa?¨ªa iba a adquirir Hewitt Associates, una empresa de servicios de consultor¨ªa, y le coment¨® a su esposo, Jason Hanold, que el anuncio de la operaci¨®n iba a ser inminente. Inmediatamente tras esta confesi¨®n le mand¨® dos correos electr¨®nicos advirti¨¦ndole que no se le ocurriera irse de la lengua. ¡°Tranquila, no lo har¨¦¡± fue la respuesta tambi¨¦n por email. Tan solo tard¨® un d¨ªa en romper la promesa. Compr¨® numerosas acciones de Hewitt Associates, cuyo valor se multiplic¨® cuando se hizo p¨²blica la compra por parte de Aon.
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