Las cuentas se ti?en de rojo
El resultado conjunto de las empresas cotizadas arroja p¨¦rdidas por primera vez en la historia
Entre 2002 y 2007 las empresas espa?olas vivieron d¨ªas de vino y rosas. A?o a a?o, durante un lustro, batieron su r¨¦cord hist¨®rico de ganancias. La euforia era tal que el presidente del Banco Santander, en la presentaci¨®n de las cuentas de 2006, pronunci¨® la famosa frase ¡°the sky is the limit¡± (el cielo es el l¨ªmite) para expresar su total confianza en el potencial de la entidad. Lo que Bot¨ªn verbaliz¨® lo pensaban muchos de los directivos espa?oles en aquella ¨¦poca.
Nadie pod¨ªa imaginar entonces el tsunami que se avecinaba en forma de la mayor crisis econ¨®mica desde la Gran Recesi¨®n. En 2008 los beneficios sufrieron una peque?a ca¨ªda. Fue un toque de atenci¨®n. A partir de ese momento, con el par¨¦ntesis de 2010, las cifras corporativas emprendieron una cuesta abajo en la que todav¨ªa est¨¢n. Y el desnivel de esa pendiente se agudiza. La recesi¨®n ha tenido su reflejo m¨¢s descarnado en los resultados de 2012. El pasado a?o, y por primera vez en la historia, el saldo conjunto de todos los grupos cotizados arroja p¨¦rdidas: nada menos que 12.831 millones de euros.
Los n¨²meros rojos se deben principalmente a un sector, el financiero, y dentro de este sobre todo a una entidad, Bankia (perdi¨® 19.056 millones). Los saneamientos que han tenido que hacer los bancos para poner al d¨ªa el valor de sus activos inmobiliarios, como exig¨ªan las dos modificaciones legislativas aprobadas por el Gobierno del Partido Popular, han supuesto un lastre demasiado pesado.
Pero las dotaciones de las entidades financieras no bastan para explicar las dimensiones del agujero en las cifras corporativas. El tejido empresarial sigue purgando el exceso del ladrillo varios a?os despu¨¦s del estallido de la burbuja. En la Bolsa espa?ola hay 14 sociedades inmobiliarias cotizadas y en 2012 registraron unas p¨¦rdidas conjuntas de 3.382 millones.
El pago de impuestos por beneficios cay¨® un 69%
Otro factor que explica la ca¨ªda en barrena de los beneficios es que las cuentas de resultados, como ocurre con el mar, acaban devolviendo todo aquello que se les lanza y que consideran ajeno. La crisis ha puesto en entredicho determinadas decisiones empresariales basadas en crecer, a veces en otros sectores diferentes del propio, con pol¨ªticas basadas en el endeudamiento. Este a?o algunas compa?¨ªas han tenido que afrontar la realidad, con dotaciones y saneamientos que les han llevado a incurrir en p¨¦rdidas jam¨¢s vistas. ACS, por ejemplo, lastrada por las minusval¨ªas de su aventura en Iberdrola, ha registrado n¨²meros rojos por valor de 1.926 millones. Otro tanto ocurre con FCC. El nuevo consejero delegado, Juan B¨¦jar, ha decidio poner el contador a cero, sanear y volver a los negocios tradicionales del grupo. El resultado son unas p¨¦rdidas de 1.028 millones en 2012. Algo parecido ocurre en Sacyr Vallehermoso, donde la entrada en Repsol sigue suponiendo un via crucis. Sacyr se apunt¨® p¨¦rdidas de 977 millones debido principalmente a las provisiones por su participaci¨®n del 9,7% en la petrolera.
La debilidad de los resultados de las cotizadas tambi¨¦n tiene su explicaci¨®n en el hecho de que la econom¨ªa mundial no acaba de recuperar el vigor previo a la crisis. Esta circunstancia queda reflejada en las cuentas de los grupos con un negocio m¨¢s ligado al ciclo econ¨®mico, como, por ejemplo, las empresas sider¨²rgicas. ArcelorMittal, el mayor productor de acero del mundo, not¨® la ca¨ªda de la demanda de sus productos con unas p¨¦rdidas de 2.899 millones que contrastan con los beneficios de 1.627 millones de un a?o antes. Acerinox tambi¨¦n entr¨® en n¨²meros rojos (18,3 millones).
La recesi¨®n fue especialmente aguda en Espa?a, y eso tuvo su reflejo en las cifras dom¨¦sticas de las sociedades. Telef¨®nica, por ejemplo, vio como sus ingresos en Espa?a cayeron un 13,2%. Otra muestra de la anemia de la actividad es que tanto Banco Santander como Banesto tuvieron p¨¦rdidas en su negocio dom¨¦stico. La debilidad de los resultados en Espa?a pudo ser copensada por el tir¨®n en otras ¨¢reas geogr¨¢ficas donde est¨¢n presentes las compa?¨ªas como Latinoam¨¦rica, EE UU, Asia o algunos pa¨ªses de Europa.
ArcelorMittal fue l¨ªder en ventas y Telef¨®nica por ganancias
Si el an¨¢lisis de los resultados se circunscribe al Ibex 35, el beneficio agregado de los mayores grupos cotizados fue de 14.080 millones, un 57,67% menos que en 2011. Esta cifra supone que las ganancias de los miembros del selectivo retrocedieron una d¨¦cada. La cifra de negocio del Ibex mejor¨® un 6% en 2012 gracias al negocio exterior, mientras que el resultado de explotaci¨®n ¡ªpartida que refleja la evoluci¨®n del negocio org¨¢nico¡ª cay¨® un 35,8%.
El varapalo de los beneficios no solo tiene un impacto en los accionistas ¡ªalgunas empresas, como Endesa, han suspendido el pago del dividendo con cargo al pasado ejercicio¡ª, sino tambi¨¦n en las cuentas p¨²blicas. Las empresas del Ibex pagaron solo 2.203 millones en concepto de impuestos sobre beneficios en 2012, seg¨²n la informaci¨®n remitida a la CNMV. Esta cantidad supone solo el 17% de las ganancias obtenidas el pasado a?o y supone una ca¨ªda del 69% con los 7.321 millones que tuvieron que pagar al fisco en 2011 (el 22% de las ganancias).
La compa?¨ªa que m¨¢s ingresos obtuvo en 2012 fue ArcelorMittal (65.533 millones), seguida por Telef¨®nica y el Banco Santander. En el cap¨ªtulo de beneficios el liderazgo fue para Telef¨®nica. La operadora gan¨® 3.928 millones. Tras ella se situ¨® Iberdrola, que aprovech¨® el mal a?o de los bancos para situarse segunda por beneficios, y el Banco Santander.
Volviendo a Bot¨ªn y su famosa frase, queda claro que a las cuentas empresariales todav¨ªa les resta un enorme trecho para apuntar otra vez al cielo. La pregunta ahora ser¨ªa d¨®nde est¨¢ el suelo. Parece dif¨ªcil que en 2013 las cuentas corporativas sean tan malas como en 2012. Los bancos han hecho la gran mayor¨ªa del ajuste y empresas de otros sectores han acometido buena parte de los saneamientos por los excesos cometidos en el pasado. Ahora bien, si algo ha ense?ado esta crisis es que no se puede descartar nada.
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