M¨¢s vigilancia sobre las finanzas

Ya se ha cumpli¨® el primer aniversario de la petici¨®n de rescate bancario por el Gobierno espa?ol. Fue una decisi¨®n traum¨¢tica por lo que supuso de p¨¦rdida de soberan¨ªa y de admisi¨®n de un problema irresoluble: el Estado no pod¨ªa pagar la factura de la reestructuraci¨®n bancaria. Desde aquel 9 de junio se ha seguido todo lo ordenado por el Memor¨¢ndum de entendimiento y se han inyectado 41.300 millones a las entidades sin suficiente capital. Pero esto ha conllevado que la troika (Comisi¨®n Europea, FMI y BCE) vigile de cerca a los bancos: la semana pasada manifest¨® la necesidad de escrutar el efecto de la crisis en la banca.

El mensaje se ha entendido con claridad en el Banco de Espa?a, que prepara nuevas herramientas de supervisi¨®n para tener un conocimiento m¨¢s actualizado y preciso de las entidades, seg¨²n fuentes del mercado. El organismo dirigido por Luis Linde est¨¢ convencido de que es necesario aumentar la intensidad supervisora, es decir, estar m¨¢s encima de la gesti¨®n y de los movimientos de las entidades para evitar sorpresas. Europa y los mercados castigar¨ªan cualquier bomba inesperada, aunque en el Banco de Espa?a se es consciente de que el entorno macroecon¨®mico puede da?ar los balances.

No se trata de realizar pruebas de estr¨¦s al sector ni preparar otro decreto de provisiones. Esto ¨²ltimo se descarta porque se considera proc¨ªclico, es decir, que provocar¨ªa un mayor cierre del grifo del cr¨¦dito, con el consiguiente empeoramiento de la econom¨ªa.

El 30 de septiembre se conocer¨¢n las necesidades de provisi¨®n de cr¨¦ditos mal refinanciados, una cifra asumible por el sector, seg¨²n varias fuentes bancarias. Otras no lo tienen claro. Pero el supervisor es partidario de buscar soluciones dentro del sector antes que pedir m¨¢s dinero a Europa. Es decir, no le temblar¨¢ el pulso si tiene que ¡°recomendar¡± la supresi¨®n del dividendo o la venta de activos para reforzar el capital de las entidades m¨¢s necesitadas. Llegan tiempos de jarabe de palo y eso tambi¨¦n se traducir¨¢ en limitar los sueldos y pensiones de los banqueros. ¡°El peligro es que la reestructuraci¨®n bancaria se convierta en el cuento de nunca acabar: se tapan los agujeros y aparecen otros. Eso es lo que hay que evitar¡±, apunta un banquero.