Lo que dicen de nosotros
De vez en cuando es interesante consultar lo que dicen las principales organizaciones internacionales de nuestra econom¨ªa y de la del resto de Europa para hacernos una idea m¨¢s cabal de d¨®nde estamos y cu¨¢les son las perspectivas a corto y medio plazo para los agentes econ¨®micos.
?Concluida la ronda de primavera de proyecciones de los tres principales centros de predicci¨®n y an¨¢lisis (OCDE, Fondo Monetario Internacional y Comisi¨®n Europea), es interesante constatar las diferencias de sus diagn¨®sticos sobre la evoluci¨®n de la eurozona en general y de la de Espa?a en particular. Hasta la reciente puesta al d¨ªa de las previsiones del FMI, la m¨¢s pesimista era la OCDE, que pronosticaba para la eurozona una ca¨ªda del 0,6% este a?o y un crecimiento del 1,1% el que viene. El FMI coincide ahora con la OCDE para 2013, pero rebaja hasta el 0,9% la previsi¨®n para el a?o pr¨®ximo. Hay que constatar que cuanto m¨¢s recientes son las previsiones mayor es el pesimismo.
Por lo que se refiere a la evoluci¨®n de la econom¨ªa espa?ola este a?o, la ca¨ªda prevista del PIB se mueve en una horquilla comprendida entre el 1,5% y el 1,7%. Para el a?o 2014, la nueva previsi¨®n del FMI es la m¨¢s pesimista, pues augura el estancamiento puro y simple, lo que contrasta con el 0,9% de crecimiento previsto por la Comisi¨®n Europea. Las diferencias proceden de la estimaci¨®n de la ca¨ªda de la demanda interna y tienen que ver esencialmente con la correcci¨®n del d¨¦ficit presupuestario, con el fin del ajuste (o no) del sector de la construcci¨®n y con el comportamiento de consumo (y ahorro) de las familias.
Como era de esperar, la ca¨ªda de la demanda interna prevista por la OCDE deber¨ªa influir en el volumen de las importaciones y de las exportaciones, por lo que el excedente previsto de la balanza por cuenta corriente alcanzar¨ªa el 3,5% del PIB, frente al 2,9% de la Comisi¨®n Europea. Por ¨²ltimo, el impacto de las previsiones de la OCDE sobre el empleo llevar¨ªa a una tasa de paro media en 2014 del 28% (frente al 26,4% de la Comisi¨®n Europea), si bien en el ¨²ltimo trimestre se reducir¨ªa un par de d¨¦cimas.
En el caso de Espa?a, la financiaci¨®n a empresas ha ca¨ªdo m¨¢s que en los otros grandes pa¨ªses europeos
La Comisi¨®n Europea se plantea en sus previsiones para el conjunto de la Uni¨®n cu¨¢l ha sido la influencia de la crisis en el potencial productivo del conjunto de los pa¨ªses que la forman. Estima que se ha perdido un 5% de producci¨®n para el conjunto de la zona, pero, y esto es fundamental, piensa que no se ha producido un da?o estructural irreparable que podr¨ªa reducir el potencial de crecimiento de la econom¨ªa de manera duradera, lo cual es relativamente tranquilizador incluso si se considera el bajo crecimiento en los a?os que precedieron a la crisis actual.
De vuelta a nuestro pa¨ªs, es interesante constatar, como hace la OCDE, el perfil que ha tenido la recesi¨®n hasta ahora. Hay una diferencia fundamental entre la evoluci¨®n de pa¨ªses como Alemania o Francia, en los cuales la recesi¨®n tiene una forma de uve aunque esta tienda a deformarse y parecerse cada vez m¨¢s a una ele, y lo sucedido en Italia y Espa?a, en donde la recesi¨®n ha adquirido una clara forma de uve doble, en la que a¨²n no hemos entrado en el tramo ascendente de la misma.
La ca¨ªda de la actividad ha sido bastante m¨¢s acusada en Italia que en Espa?a a pesar de la burbuja inmobiliaria que hemos padecido. La raz¨®n se encuentra, probablemente, en el menor impacto antic¨ªclico de la pol¨ªtica presupuestaria en Italia al principio de la crisis, lo que ha colocado a la econom¨ªa de este pa¨ªs en una mejor posici¨®n de salida ya que se prev¨¦ que el d¨¦ficit de sus Administraciones p¨²blicas baje del 3% este mismo a?o. Es cierto que al ser la deuda del sector p¨²blico italiano bastante mayor que la espa?ola, la fuerte ca¨ªda de los tipos de inter¨¦s les ha ayudado considerablemente a reequilibrar sus cuentas p¨²blicas y que, en cualquier caso, sus Administraciones son m¨¢s vulnerables que las nuestras ante una eventual subida de tipos de inter¨¦s. Tienen sin embargo a su favor el que una parte considerable de su deuda p¨²blica est¨¢ en manos italianas.
En nuestro caso, hay que dejar constancia de lo sucedido en 2007-2009 cuando el sector p¨²blico pas¨® de un excedente del 1,9% del PIB a un d¨¦ficit del 11,2%, es decir, un total de 13,1 puntos de PIB en tan solo dos a?os. Ning¨²n otro pa¨ªs experiment¨® un deterioro de esta envergadura. Este desmesurado impacto antic¨ªclico ayud¨® entonces, pero la incidencia fue transitoria y la calidad del gasto en su vertiente discrecional fue m¨¢s que discutible cuando al fin se reconoci¨®, precipitadamente, que hab¨ªa una crisis y que hab¨ªa que hacer algo para luchar contra ella.
Queda por ¨²ltimo el problema de la financiaci¨®n de la econom¨ªa, abordado tanto por la OCDE como por la Comisi¨®n Europea. La constataci¨®n de ambos organismos es que las inyecciones de liquidez y la ca¨ªda de los tipos de inter¨¦s promovida por el Banco Central Europeo no han conseguido abrirse camino de hasta las empresas y las familias.
En el caso de Espa?a, la financiaci¨®n a empresas ha ca¨ªdo m¨¢s que en los otros grandes pa¨ªses europeos. Ello se debe al esfuerzo de saneamiento del sector financiero, cuyo balance se ha visto muy da?ado por la crisis inmobiliaria. Tambi¨¦n en este caso, la diferencia entre Alemania y Francia por un lado e Italia y Espa?a por el otro es notable.
En aquellos pa¨ªses, los cr¨¦ditos a empresas y particulares en el primer trimestre de este a?o, aumentaron ligeramente, mientras que en pa¨ªses como Espa?a e Italia disminuyeron, m¨¢s en nuestro pa¨ªs que en Italia. Es uno de los graves problemas de la pol¨ªtica monetaria de la eurozona: el mecanismo de transmisi¨®n de los impulsos monetarios est¨¢, por el momento, roto, lo que hace que los beneficios de una pol¨ªtica monetaria expansiva lleguen considerablemente atenuados a las empresas del sur de Europa que son, precisamente, las que m¨¢s necesitan el cr¨¦dito.
En lo que todos parecen coincidir es en que la salida de la crisis ser¨¢ lenta. La creaci¨®n neta de puestos de trabajo tardar¨¢ en producirse si bien es de esperar que las reformas que se est¨¢n llevando a cabo reduzcan significativamente el umbral a partir del cual el crecimiento de la actividad se refleja en un aumento del empleo.
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