El alto coste del lado oscuro
La corrupci¨®n frena la salida de la crisis, genera ineficiencias en la econom¨ªa y degrada la imagen de Espa?a en el extranjero
La corrupci¨®n es un viaje a la noche m¨¢s oscura del ser humano. All¨ª donde el escritor Francis Scott Fitzgerald narraba que son siempre las tres de la ma?ana. Es una traves¨ªa que tiene un peaje moral y ¨¦tico, pero tambi¨¦n un coste econ¨®mico. Y aunque no hay cifras precisas, los expertos nos acercan a algunos n¨²meros que revelan la magnitud de la herida. Friedrich Schneider, profesor de Econom¨ªa de la Universidad Johannes Kepler en Linz (Austria) y una referencia en estos temas, ha elaborado un c¨¢lculo para Espa?a. ¡°El 1% del PIB¡±, dice. O sea, unos 10.500 millones de euros anuales. Es el da?o de la corrupci¨®n en las cuentas espa?olas.
Pero hay otras cifras. El Banco Mundial estima que el coste oscila entre el 0,5% y el 2% de la riqueza nacional en los pa¨ªses de la OCDE. Mario Monti, ex primer ministro de Italia, quiso conocer tambi¨¦n ese precio y averigu¨® que el 3,8% (60.000 millones de euros) de los bienes y servicios producidos en su pa¨ªs desaguaba en las alcantarillas de la corrupci¨®n. Ahora bien, todos estos c¨¢lculos podr¨ªan quedarse cortos por razones como la negativa de las v¨ªctimas a denunciar las situaciones corruptas.
Sean o no exactos, ponerle n¨²meros a la corrupci¨®n ayuda a entender que este comportamiento tiene una repercusi¨®n directa en la econom¨ªa y en la vida de todos. ¡°No forma parte de una extra?a realidad ajena a temas cotidianos y vitales como la sanidad, la educaci¨®n o la cultura. Dinero que se llevan los corruptos, dinero que no llega a nuestras escuelas y hospitales. Adem¨¢s, compromete nuestro futuro¡±, apunta Enrique Alcat, profesor en el Instituto de Empresa (IE). ¡°La corrupci¨®n est¨¢ obstaculizando la salida de Espa?a de la crisis, genera inestabilidad pol¨ªtica, empeora la imagen del pa¨ªs, degrada la confianza del inversor y aumenta la incertidumbre financiera¡±, reflexiona Jos¨¦ Mar¨ªa Mella, catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, quien recalca que ¡°es un mecanismo depredador de los recursos de la sociedad¡±. ?Por qu¨¦? Porque desv¨ªa el dinero de una mayor¨ªa hacia una minor¨ªa que acapara la riqueza y que suele estar bien conectada con los centros de decisi¨®n. Y a la vez es una artima?a empobrecedora, ya que reduce el gasto p¨²blico social y merma el Estado del bienestar.
El pasado mes de junio, la ONG Transparencia Internacional reuni¨® en Lisboa a 150 activistas de todo el mundo para analizar hasta d¨®nde ha calado la corrupci¨®n. Los datos referidos a la Uni¨®n Europea fueron desoladores. Entre un 10% y un 20% de los contratos p¨²blicos se pierden por la corrupci¨®n, el 5% del presupuesto anual europeo no se justifica y se malogra cerca de un bill¨®n de euros en inversi¨®n al a?o. La Comisi¨®n Europea, en un borrador de trabajo fechado ese mismo mes, da precisi¨®n a esas cifras. Calcula Bruselas que la corrupci¨®n cuesta 120.000 millones de euros anuales, el 1,1% de la riqueza de la Europa de los Veintiocho. Sobre los pa¨ªses de la UE se extienden como un lodo oscuro, viscoso y pegadizo 20 millones de casos de corrupci¨®n a peque?a escala en el sector p¨²blico. Por si fuera poco, todo esto sucede dentro de unas fronteras donde operan, seg¨²n la Oficina Europea de Polic¨ªa (Europol), 3.600 organizaciones criminales.
Un profesor austriaco calcula un da?o equivalente al 1% del PIB
El anterior es un mapa que cartograf¨ªa la preocupaci¨®n. Sobre todo porque revela hasta qu¨¦ punto est¨¢ extendida y hasta qu¨¦ punto la toleramos. ¡°Espa?a siempre ha sido muy permisiva con la corrupci¨®n¡±, apunta Jes¨²s Lizcano, presidente de la ONG Transparencia Internacional Espa?a. ¡°Le doy un dato: el 70% de los pol¨ªticos que estaban imputados por corrupci¨®n han sido reelegidos en las ¨²ltimas elecciones locales¡±. Pese a todo, hay alg¨²n atisbo de cambio. El Bar¨®metro de Opini¨®n del CIS (Centro de Investigaciones Sociol¨®gicas) de julio pasado sit¨²a a la corrupci¨®n como el segundo problema (37,4%) que m¨¢s preocupa a los espa?oles despu¨¦s del paro (80,9%).
Es una buena noticia porque esa mayor preocupaci¨®n abre la puerta a luchar contra nuestros propios demonios. ¡°En Espa?a, hist¨®ricamente se ha convivido con la idea de que todo el mundo defrauda¡±, recuerda Carlos Cruzado, presidente de los T¨¦cnicos de Hacienda (Gestha).
Las grandes empresas y las todopoderosas fortunas (42.711 millones de euros al a?o) son los principales defraudadores en nuestro pa¨ªs. Le siguen, a bastante distancia, las pymes (10.150 millones) y los aut¨®nomos (5.111), rompiendo ese mito urbano de que es en la pregunta ¡°?con IVA o sin IVA?¡± donde reside el mayor fraude. Lo que s¨ª habr¨ªa que cuestionarse es qu¨¦ supone que en torno al 20% de la riqueza de Espa?a la genere la econom¨ªa sumergida.
Es evidente que la corrupci¨®n afecta a las arcas del Estado. No solo por la evasi¨®n fiscal, sino tambi¨¦n debido al aumento del gasto p¨²blico improductivo, ya que sube los costes de licitaciones que no son competitivas. Adem¨¢s disminuye la capacidad inversora de la Administraci¨®n y baja la calidad de los servicios p¨²blicos. Y en el lado de la iniciativa privada tambi¨¦n causa sus destrozos, pues elimina la competencia al promover regulaciones ineficientes y ama?adas para generar ingresos.
El dinero se desv¨ªa de una mayor¨ªa hacia una minor¨ªa bien conectada
Pero este viaje hacia la noche oscura no se detiene aqu¨ª. Va m¨¢s all¨¢. ¡°La corrupci¨®n supone que la actividad econ¨®mica se genere de manera ineficiente, ya que distorsiona el mercado e impide que determinadas actividades las desarrollen aquellas empresas que podr¨ªan hacerlo de una forma m¨¢s eficaz¡±, relata Be?at Bilbao-Osorio, director asociado y economista del Centro de Competitividad y Rendimiento Global (Foro Econ¨®mico Mundial). Y tambi¨¦n te lleva a lugares donde no quisieras estar. ¡°Los esc¨¢ndalos nos meten en la liga de Grecia, Italia, Chipre. En la que nosotros no est¨¢bamos. Jug¨¢bamos en la del d¨¦ficit, el paro, la ineficacia. Pero no en esa¡±, observa el economista Jos¨¦ Carlos D¨ªez.
Cada pa¨ªs tiene una forma de corrupci¨®n definida por su propio ADN. En el caso espa?ol est¨¢ vinculada a actividades relacionadas con el mundo inmobiliario (suelo, construcci¨®n y obras p¨²blicas). El escritor Rafael Chirbes, en su premonitoria novela Crematorio (2007), narr¨® los entresijos de ese submundo en el que se mezclaban corrupci¨®n, pol¨ªtica municipal y ladrillo. Aquellas p¨¢ginas eran ¡°un fuego que ard¨ªa deprisa¡±, como las ha calificado el propio autor. Y tambi¨¦n f¨¢cilmente, como se?ala Jos¨¦ Mar¨ªa Mella, de la Universidad Aut¨®noma de Madrid: ¡°En esos sectores es sencillo apoderarse de las rentas generadas a trav¨¦s de concesiones y relaciones privilegiadas con las Administraciones p¨²blicas, ya sean locales o auton¨®micas¡±.
Sin embargo, el ladrillo, y sus aleda?os no son la ¨²nica fuente de corrupci¨®n. Muchos expertos apuntan a la financiaci¨®n de los partidos. ¡°Ha bajado la virulencia de los esc¨¢ndalos inmobiliarios porque con la crisis la burbuja estall¨®, pero el problema de c¨®mo se financian los partidos permanece. Es un tema que no puede continuar siendo opaco¡±, razona Manuel Escudero, director general de Deusto Business School (Universidad de Deusto). Luz y taqu¨ªgrafos que los analistas transcriben en varias propuestas: limitar los mandatos de los cargos p¨²blicos, no incluir en las listas a encausados por corrupci¨®n, eliminar los privilegios de los aforados, que muchas veces les hace impunes al delito, y tener un Tribunal de Cuentas que sea eficaz. Y por extensi¨®n, como escrib¨ªa hace poco en EL PA?S el experto en derecho Segismundo ?lvarez Royo-Villanova, ¡°terminar con la impresentable pr¨¢ctica de que las grandes empresas de sectores regulados sean el retiro dorado de toda clase de ex¡±.
Hay quien, como el prestigioso jurista Antonio Garrigues Walker, mantiene el optimismo en esa mirada hacia nuestro pasado y nuestro porvenir. ¡°Un alto porcentaje de los esc¨¢ndalos guarda relaci¨®n con la ¨¦poca de la borrachera econ¨®mica. No por ello quiero decir que pierdan impacto, pero lo que est¨¢ claro es que al final todo se descubre, y que lo que est¨¢ ocurriendo es una lecci¨®n dura, pero muy positiva, para reducir la corrupci¨®n que ya sucede a todos los niveles. Vamos hacia una ¨¦poca mejor en este tema, y la Ley de Transparencia [que quiere abarcar desde la Casa del Rey hasta el poder ejecutivo] ayudar¨¢ mucho¡±, asegura Garrigues.
Caen la capacidad inversora del Estado y la calidad de los servicios
?Pero de verdad es as¨ª? ?Mejoramos? En los rankings internacionales de corrupci¨®n, como el que publica Transparencia Internacional, Espa?a ocupa el puesto 30? sobre un total de 176 naciones. En concreto, entre Botsuana y Estonia. Lejos de Italia (72?), que tiene un serio problema en este ¨¢mbito, pero tambi¨¦n de la pr¨ªstina Dinamarca (1?). En Espa?a, la corrupci¨®n en una d¨¦cada deja 800 casos y 2.000 detenidos, de acuerdo con fuentes policiales. Una alcuza que pesa mucho menos de lo que podr¨ªamos pensar, sobre todo en los insensibles mercados financieros, que se rigen por sus propias normas.
¡°Los casos de corrupci¨®n resultan indiferentes a los mercados de bonos¡±, observa Emilio Ontiveros, presidente de Analistas Financieros Internacionales (AFI). ¡°Es decir, piensan que no afecta a la solvencia de la deuda p¨²blica espa?ola y que, por tanto, su inversi¨®n no se encuentra en peligro¡±. De hecho, apunta Federico Steinberg, investigador principal de Econom¨ªa Internacional del Real Instituto Elcano, ¡°si no se ve una crisis pol¨ªtica de gran magnitud, los inversores van a lo suyo¡±.
Precisamente Cristina Manzano, directora de la publicaci¨®n online de an¨¢lisis pol¨ªtico Esglobal, citando un reciente trabajo del Instituto Elcano (Las agencias de rating y su influencia sobre la imagen de Espa?a), revela qu¨¦ significa ir a lo suyo: ¡°Las informaciones de las firmas de calificaci¨®n de riesgos s¨ª influyen en el mercado espa?ol y tambi¨¦n las que proceden de la Uni¨®n Europea. Sin embargo, el resto de instituciones que emiten informaci¨®n no afectan en nada a nuestros mercados de capitales¡±. Ya lo dice Daniel Pingarr¨®n, analista de IG Markets: ¡°Un dato de empleo de Estados Unidos tiene m¨¢s repercusi¨®n sobre la Bolsa espa?ola que uno de empleo de Espa?a. La globalizaci¨®n de los mercados as¨ª lo dicta¡±.
Keith Salmon, investigador experto en pol¨ªtica espa?ola del think tank Oxford Analytica, explica que en Reino Unido se percibe la corrupci¨®n en Espa?a como ¡°un asunto muy serio¡± que ¡°encuentra similitudes no solo con los pa¨ªses del sur de Europa, sino con algunos de Am¨¦rica Latina¡±. Adem¨¢s, avisa, existe un coste mayor en el que se repara poco, que ¡°es la p¨¦rdida de fe de una generaci¨®n de j¨®venes espa?oles en el Gobierno, en el sistema democr¨¢tico y en el entorno econ¨®mico. Lo cual empuja a que emigren trabajadores de enorme talento. Y esto tiene un importante coste econ¨®mico para el pa¨ªs, ahora y en el futuro¡±.
La losa de la inseguridad jur¨ªdica
A nuestros vecinos europeos no solo les preocupan los esc¨¢ndalos y la corrupci¨®n en Espa?a. Hay otros problemas que a?aden p¨®lvora al fuego, como los abruptos cambios normativos que el Gobierno ha impuesto a diferentes sectores y lo que podr¨ªamos llamar ¡°hiperinflaci¨®n legislativa¡±. En 2012, seg¨²n datos del Congreso de los Diputados, se dictaron 8 leyes org¨¢nicas, 17 leyes y la asombrosa cantidad de 29 reales decretos ley. Juan Ram¨®n Rallo, director del Instituto Juan de Mariana, calcula que el Estado (central y auton¨®mico) produce al a?o casi un mill¨®n de p¨¢ginas entre boletines y normas. Sometidos a este mundo que har¨ªa las delicias de Bartleby, el contumaz bur¨®crata que cre¨® el novelista Herman Melville, la reforma del sector el¨¦ctrico, que, entre otras consecuencias, encarece el autoconsumo a trav¨¦s de paneles solares y veta la posibilidad de verter la energ¨ªa a la red, ha puesto en pie de guerra a este sector. ¡°Es dar la puntilla a todo un sector tecnol¨®gico¡±, se queja Jos¨¦ Donoso, director general de la Uni¨®n Espa?ola Fotovoltaica (Unef), que representa al 85% de las firmas de esta industria. Los inversores alemanes, franceses, suizos o americanos que ¡°han aportado el 35% del capital de las centrales termosolares¡± con las nuevas medidas (en la pr¨¢ctica, las energ¨ªas renovables sufren un recorte de 1.350 millones de euros) ven c¨®mo ¡°se quiebra la seguridad jur¨ªdica del pa¨ªs¡±, incide Luis Crespo, secretario general de Protermosolar (Asociaci¨®n Espa?ola de la Industria Solar Termoel¨¦ctrica). Y hay quien incluso pinta un paisaje m¨¢s desolador. ¡°En inversiones en renovables, la confianza en Espa?a ha ca¨ªdo al m¨ªnimo¡±, asevera Juan Carlos Hernanz, socio del bufete Cuatrecasas.
Este es el intranquilizador retrato de un pa¨ªs que a veces pretende escribir recto con renglones torcidos. La eliminaci¨®n ¡ªtras la reciente sentencia del Supremo que las declara nulas si no se contrataron con las suficientes garant¨ªas de transparencia¡ª de las cl¨¢usulas suelo de las hipotecas le costar¨¢ este a?o al BBVA un 27% del beneficio de la filial espa?ola, seg¨²n la agencia de valores Norbolsa. Aunque no ser¨¢ la ¨²nica entidad en pagar el peaje. De aplicarse, tambi¨¦n afectar¨ªa negativamente a los resultados del Banco Popular (17%), Banco Sabadell (45%) y Caixabank (10%). El impacto es mayor en el BBVA porque tiene unos 40.000 millones de euros comprometidos con hipotecas que tienen este tipo de cl¨¢usulas frente a los 13.000 millones de media de Popular, Sabadell y Caixabank. Con esta sentencia, ¡°los bancos dejar¨¢n de ingresar entre 200 y 300 euros mensuales por cada cliente¡±, estima Rodrigo Garc¨ªa, analista del br¨®ker XTB.
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