M¨¢s de un bill¨®n de euros de deuda
Los presupuestos fijan el repunte del pasivo del Estado dos a?os antes de lo previsto La carga financiera de la deuda aumentar¨¢ de nuevo en 2014 Las pensiones, los intereses y el desempleo copan la mitad del gasto presupuestado
Al c¨ªrculo virtuoso ideado por el Gobierno por el que si reduc¨ªa el d¨¦ficit pondr¨ªa freno a la rampante deuda p¨²blica le ha salido aristas. El ministro de Hacienda y Administraciones P¨²blicas, Crist¨®bal Montoro, present¨® este lunes en el Congreso el proyecto de Presupuestos para 2014, unas cuentas en las que las pensiones, el desempleo y los intereses de la deuda consumen la mitad de los recursos y que suponen un nuevo hachazo a la inversi¨®n.
La gu¨ªa sobre la que se asentar¨¢ la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno revela adem¨¢s que la deuda p¨²blica, un indicador clave para evaluar la salud financiera de un pa¨ªs, estar¨¢ a punto de hollar la cima del 100% del PIB en 2014. La hipoteca total que tendr¨¢ Espa?a a finales del pr¨®ximo a?o alcanzar¨¢ el 99,8% del PIB, el mayor nivel desde 1909. Traducido: Espa?a deber¨¢ en 2014 m¨¢s de un bill¨®n de euros (con 12 ceros), el triple que antes de la crisis.
El plan de estabilidad preve¨ªa que tocase techo en el 99,8% en 2016 y empezase a bajar r¨¢pidamente. En junio, el Gobierno corrigi¨® esa senda y asumi¨® que se superar¨ªa ese list¨®n simb¨®lico, pero se guard¨® el secreto. Ahora da su brazo a torcer y admite p¨²blicamente por primera vez que la deuda superar¨¢ a la riqueza generada por Espa?a en un a?o, algo que ocurrir¨¢ previsiblemente en 2015. Adem¨¢s, el endeudamiento espa?ol ser¨¢ por primera vez superior a la media de la eurozona.
Al Gobierno se le atraganta la deuda p¨²blica, que act¨²a como un lastre para la recuperaci¨®n. No deja de alimentarla, con el d¨¦ficit anual, con los sucesivos planes a proveedores, fondo de rescate auton¨®mico y ayudas a la banca. En dos a?os de Gobierno de Rajoy, la deuda ha crecido m¨¢s que en toda la etapa de Zapatero. Montoro admite que le ¡°preocupa¡± este volumen, pero argumenta que ¡°el servicio de la deuda p¨²blica es cada vez m¨¢s asimilable¡±.
El ministro defiende que, pese a que crece el volumen del pasivo, la relajaci¨®n de la prima de riesgo ha permitido ahorrar 5.000 millones en costes financieros en 2013, el segundo mayor cap¨ªtulo en importancia de los Presupuestos solo tras las pensiones. Para 2014, Hacienda augura una rebaja en el gasto por intereses, hasta los 36.662 millones. Pero lo cierto es que la carga financiera crecer¨¢ cerca de un 10% sobre el gasto real de este a?o ya que la comparaci¨®n del Gobierno es sobre Presupuesto y no sobre gasto ejecutado. Adem¨¢s, por mucho que baje la prima de riesgo el aumento de la deuda [las emisiones brutas alcanzar¨¢n los 243.888 millones] dispara los costes financieros.
Los Presupuestos de 2014 estrenan, adem¨¢s, la reforma sobre las pensiones. La partida m¨¢s importante de los Presupuestos va destinada a pagar las jubilaciones, para lo que se destinan 127.484 millones, un alza del 4,9%. Esta evoluci¨®n se debe ¡°al incremento del colectivo de pensionistas, la variaci¨®n al alza de la pensi¨®n media y una revalorizaci¨®n del 0,25% [de acuerdo con la f¨®rmula prevista en la reforma de pensiones]¡±, seg¨²n el proyecto de Presupuestos. El ministro dej¨® entrever que a¨²n hay margen para negociar una subida algo mayor.
El gasto en prestaciones por desempleo es otro de los grandes apartados de las cuentas p¨²blicas. El Estado destinar¨¢ 29.727 millones a pagar a los desempleados, un 10,1% m¨¢s que lo presupuestado inicialmente para 2013, pese a que el Gobierno aprob¨® en 2012 medidas para reducir este gasto y, adem¨¢s, crece el n¨²mero de parados que agota la prestaci¨®n. Pero la comparaci¨®n tiene trampa. En realidad, la cuant¨ªa prevista para los desempleados se mantiene pr¨¢cticamente constante con respecto al gasto real ya que el Ejecutivo ha inyectado en 2013 un cr¨¦dito extraordinario de unos 5.000 millones. En realidad, el proyecto presentado este lunes por Montoro no es f¨¢cil de comparar con el de 2013 por las fuertes desviaciones en su ejecuci¨®n. El del a?o pasado se elabor¨® con una previsi¨®n de ca¨ªda de la econom¨ªa del 0,5%. Al final ha retrocedido en torno a un 1,3%, empeorando casi todas las partidas de gasto c¨ªclico (pensiones, desempleo...).
Las inversiones p¨²blicas han sido jibarizadas desde que estall¨® la crisis. Las del Presupuesto del Estado representan casi un tercio que en 2008. El a?o pr¨®ximo volver¨¢n a sufrir un buen tajo. ¡°No podemos realizar m¨¢s inversi¨®n p¨²blica. Tenemos que atender la prioridad de otros gastos, incluido el social. No hay m¨¢s dinero y hay que elegir¡±, espet¨® Montoro.
El Gobierno no tendr¨¢ que preocuparse por el aumento del gasto de personal, puesto que ha congelado por cuarto a?o consecutivo el sueldo a los funcionarios. Adem¨¢s, ha limitado la oferta p¨²blica de empleo y solo permite la sustituci¨®n de una de cada 10 bajas que se produzcan.
Con estos mimbres (el gasto no financiero del Estado escala hasta los 133.259 millones, un 2,7% m¨¢s) el Ejecutivo debe cuadrar las cuentas para no superar el tope de d¨¦ficit fijado por Bruselas en el 5,8% del PIB en 2014. Montoro ya ha descartado nuevas subidas de impuestos, as¨ª que por el lado de los ingresos no habr¨¢ margen de ajuste m¨¢s all¨¢ de la pl¨¦yade de subidas fiscales aprobadas desde 2012. El Gobierno f¨ªa el cumplimiento de su proyecto a los vientos favorables que empujan la econom¨ªa a crecer un 0,7% en 2014, seg¨²n su estimaci¨®n. As¨ª, espera que el crecimiento espolee la recaudaci¨®n (los ingresos fiscales suben un 2,4% hasta los 179.750 millones) y pueda cuadrar las cuentas. Aunque el ministro insiste en que los de 2014 son los Presupuestos de la recuperaci¨®n, lo cierto es que son los de la consolidaci¨®n de las pol¨ªticas de ajuste. Apenas hay pol¨ªticas de est¨ªmulo y el crecimiento ser¨¢ tan d¨¦bil que apenas se crear¨¢ empleo. Montoro dijo que la credibilidad de los Presupuestos est¨¢ en el ¡°escenario econ¨®mico. Nos quedamos cortos sobre lo que dicen los analistas¡±. Pero admiti¨®: ¡°Claro que seguiremos teniendo dudas. Pero no hay un plan B¡±, zanj¨®.
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