De local a piso, o lo que haga falta con tal de vender

Otra cosa es la inspecci¨®n, que los usuarios s¨ª conocen. A m¨¢s de uno le han precintado la caldera alguna vez. Las instalaciones de gas canalizado son inspeccionadas peri¨®dicamente por la compa?¨ªa distribuidora cada cinco a?os (cuatro en el Pa¨ªs Vasco). Se revisa el funcionamiento y estanqueidad del contador, tuber¨ªas, llaves, gomas y estado de conservaci¨®n. El precio lo establece cada autonom¨ªa. Ronda los 50 euros, pero puede oscilar entre 34 y 70, seg¨²n la comunidad, una diferencia llamativa. Se cobra con la factura, seg¨²n la OCU.

Si se detectan anomal¨ªas que no pueden corregirse en el momento, se interrumpe el suministro y se precinta la parte de la instalaci¨®n o el aparato. Deber¨¢n ser corregidas por un instalador de gas o por el servicio t¨¦cnico, que dar¨¢ al usuario un justificante.

¡°En el mercado inmobiliario, el paradigma de todo se vende ha cambiado y la oferta se tiene que adecuar a la demanda¡±, se?ala ?ngel Serrano, director general de Negocio de Aguirre Newman.

Al cambio de uso est¨¢n recurriendo tanto los grandes grupos inmobiliarios como el propietario de una peque?a oficina o de un local comercial. El due?o de uno de 81 metros cuadrados, situado en un bajo de un edificio de viviendas en la avenida de Valladolid, en el distrito de Moncloa en Madrid, ha optado por transformarlo en una vivienda, con dos dormitorios y un ba?o y, aprovechando que est¨¢ en un residencial con jard¨ªn y piscina, lo ha puesto a la venta por 320.000 euros.

En la calle de Antonio L¨®pez, en el distrito madrile?o de Carabanchel, otro propietario ha cambiado el uso a vivienda de su antigua oficina de 80 metros cuadrados, situada en el primer piso. Pide 85.000 euros, tiene ya concedida la licencia y lo vende sin reformar.

Paloma Garc¨ªa Romero, concejala presidenta del distrito de Tetu¨¢n, en el norte de la capital, asegura que la petici¨®n de licencias de cambio de uso de locales comerciales a vivienda es bastante com¨²n en su distrito. ¡°Es l¨®gico porque en barrios como La Ventilla no es razonable que haya tanto local¡±, opina. ¡°Mientras se cumpla la normativa y la solicitud de licencia venga acompa?ada con un proyecto visado por un t¨¦cnico, no existe problema¡±. La normativa est¨¢ recogida en el Plan General de Ordenaci¨®n Urbana y hace referencia a aspectos como iluminaci¨®n, ventilaci¨®n, fachada, que tenga o se puedan construir cuartos de ba?o y cocina, y como m¨ªnimo 25 metros.

El coste de la licencia es un 4% del presupuesto de ejecuci¨®n de la obra, al que hay que a?adir tasas como la de recogida de escombros, que var¨ªan tambi¨¦n en funci¨®n del importe del proyecto.

En Remax han intermediado en la venta de peque?os locales comerciales reconvertidos en vivienda. ¡°Hemos hecho alguna operaci¨®n de este tipo, pero en la periferia. Si la morfolog¨ªa del local es buena, pero la zona no es comercial, el cambio de uso tiene sentido. En el centro, donde los locales s¨ª tienen valor comercial, debe ser menos frecuente¡±, opina Jorge del R¨ªo, director de Remax Rosales.

?ngel Serrano s¨ª ha detectado, en cambio, la creaci¨®n de ¡°escuelas, centros de negocios... espacios de multifunci¨®n donde se pueden encontrar ofertas de espacio por horas. Lo estamos viendo en garajes en Madrid y s¨ª detectamos una tendencia. La zona es clave¡±, concluye.

Mucho tiempo antes de que fuera tendencia, ya hab¨ªa promotores trabajando en la renovaci¨®n y cambio de uso de naves y locales, sobre todo dentro de la almendra central de la M-30. En distritos como el de Salamanca, Chamart¨ªn o Chamber¨ª, Loftspain ha convertido espacios industriales o comerciales en lofts para uso residencial o de oficina. Para ellos, como explica el arquitecto Luis Labrandero, ¡°lo dif¨ªcil, al margen de la zona, es encontrar un local industrial con cerchas y lucernarios para permitir la luz cenital y con la altura suficiente, unos siete metros, para sacar una entreplanta, algo permitido siempre que no est¨¦ agotada la edificabilidad. Y conseguir el cambio de uso¡±. En Loftspain mantienen fachadas y huecos. No es f¨¢cil, pero s¨ª es posible.