Situaci¨®n y perspectivas de la uni¨®n bancaria
El ¨¢rea euro no posee una pol¨ªtica fiscal ¨²nica, como Estados Unidos o Canad¨¢, para hacer frente a los llamados choques asim¨¦tricos que afectan solo a unos Estados miembros y no a otros, como les ocurre ahora a los del sur de Europa. Existe una pol¨ªtica monetaria ¨²nica, y aunque sus efectos suelen ser sim¨¦tricos, esta no se transmite al sur. Por esa raz¨®n, el BCE est¨¢ utilizando pol¨ªticas monetarias no est¨¢ndar y asim¨¦tricas para ayudar a los bancos del sur a obtener liquidez.
Adem¨¢s, el sistema bancario del ¨¢rea euro est¨¢ fragmentado, ya que los bancos del norte no prestan a los del sur, aplicando un ring-fencing apoyado por sus supervisores. En el sur, los cr¨¦ditos a pymes y a familias son dos puntos porcentuales m¨¢s caros, y sus garant¨ªas, m¨¢s duras que en el norte. Siendo el cr¨¦dito un factor fundamental para la recuperaci¨®n y el crecimiento, ahora que se ha tocado fondo, y siendo los bancos el 80% del sistema financiero, la ¨²nica soluci¨®n alternativa viable es intentar una uni¨®n bancaria.
La uni¨®n bancaria consistir¨ªa en cuatro pilares: un Sistema ?nico de Regulaci¨®n (SUR o SRB, Single Rule Book), del que se encarga la Autoridad Bancaria Europea (ABE o EBA, en ingl¨¦s) y tres mecanismos: un Mecanismo ?nico de Supervisi¨®n (MUS o SSM), un Mecanismo ?nico de Resoluci¨®n (MUR o SRM) y un potencial Esquema Com¨²n (no ¨²nico) de Protecci¨®n de Dep¨®sitos (ECPD o CDPS).
Un Reglamento del Consejo, aprobado por el Parlamento Europeo el 12 de septiembre y que entrar¨¢ en vigor en octubre de 2014, ha creado el MUS dentro del BCE, que asumir¨¢ toda la supervisi¨®n de las instituciones de cr¨¦dito que tomen dep¨®sitos y den pr¨¦stamos de todos los Estados miembros. Sin embargo, el BCE solo tendr¨¢ poderes supervisores directos sobre las entidades de cr¨¦dito m¨¢s grandes. Es decir, aquellas que superen los 30.000 millones de activos en balance, o que representen m¨¢s del 20% del PIB del Estado miembro (a menos que sus activos sean menores de 5.000 millones), o que est¨¦n entre las tres mayores entidades del Estado miembro. Pero el BCE podr¨¢ tambi¨¦n controlar la supervisi¨®n del resto de los supervisores nacionales.
Todav¨ªa nos queda el BCE, que tiene sus incentivos correctamente alineados y que, a pesar de fuertes cr¨ªticas, ha logrado salvar el euro. Confiemos en ¨¦l.
Su segundo pilar, el Mecanismo ?nico de Resoluci¨®n (MUR), ser¨¢ aprobado en 2015, y el tercero, el Esquema Com¨²n de Protecci¨®n de Dep¨®sitos (ECPD), no tiene todav¨ªa fecha.
El MUS solo supervisar¨¢ las 130 entidades m¨¢s grandes y m¨¢s transfronterizas del ¨¢rea euro, con m¨¢s de 30.000 millones de balance, que pueden llegar a representar hasta el 80%-85% del balance total de las existentes, pero que solo representan el 2,2% del total de las 5.925 entidades existentes en los 18 Estados miembros del ¨¢rea euro, seg¨²n la estad¨ªstica anual publicada por el BCE en agosto de 2013.
De las 5.925 entidades, Espa?a tiene 298 (5% del total); Francia, 630 (10,6%); Italia, 697 (11,8%), y Alemania, 1.847 (31,2%). Otros Estados miembros tienen tambi¨¦n un elevado n¨²mero de entidades, como Austria, 739 (12,5%); Irlanda, 465 (7,8%); Finlandia, 310 (5,2%); Holanda, 251 (4,2%); Portugal, 152 (2,6%), y B¨¦lgica, 100 (1,7%).
Por esta raz¨®n, el MUS solo supervisar¨¢ el 50% del sistema bancario de Alemania, frente al 90% de los de Espa?a y Francia. Espa?a tendr¨¢ m¨¢s bancos que Alemania supervisados por el MUS, dada la profunda consolidaci¨®n de nuestro sistema.
Hasta la entrada en vigor del MUS, el BCE tendr¨¢ un a?o para concretar su organizaci¨®n y determinar c¨®mo interact¨²a con los supervisores nacionales (SN o NS, en ingl¨¦s). Asimismo, en el primer trimestre de 2014 evaluar¨¢ los balances de aquellos bancos que supervisar¨¢ directamente, mediante una Revisi¨®n de la Calidad de sus Activos (RCA o AQR, en ingl¨¦s), para determinar si necesitan m¨¢s capital. A continuaci¨®n, la EBA coordinar¨¢ una nueva ronda de stress tests de los bancos de la UE, cuyos resultados dar¨¢ a conocer en el segundo semestre de 2014.
El MUR est¨¢ regulado por la Directiva de Recuperaci¨®n y Resoluci¨®n Bancaria (DRRB o BRRD), que entrar¨¢ en vigor en 2015, pero, antes, los bancos tendr¨¢n que definir sus planes de recuperaci¨®n y de resoluci¨®n (living wills) y los Estados miembros tendr¨¢n que establecer autoridades nacionales de resoluci¨®n (de no existir) para poder vender parte de su negocio; establecer una instituci¨®n puente, o banco bueno; hacer una separaci¨®n de sus activos, y establecer un orden de prelaci¨®n del bail-in de los accionistas y acreedores, que ser¨¢n los primeros en enjugar sus p¨¦rdidas.
Dicha directiva establece ya el orden de prelaci¨®n de los acreedores, antes de que el MUR intervenga en ¨²ltima instancia: accionistas, acreedores subordinados, tenedores de bonos s¨¦nior no asegurados, grupos de depositantes no cubiertos por los Sistemas Nacionales de Garant¨ªa de Dep¨®sitos (SNGD o DGS) y otros depositantes no cubiertos, as¨ª como cualquier exceso sobre lo asegurado. Adem¨¢s, los accionistas y acreedores subordinados tendr¨¢n que perder todo antes de recibir ayuda alguna de los Fondos de Resoluci¨®n Nacionales (FRN o NRF).
Los depositantes cubiertos por los SNGD estar¨¢n exentos, as¨ª como las c¨¦dulas hipotecarias, los pasivos ante el BEI, los salarios y los beneficios de pensiones, los suministradores esenciales para el funcionamiento y la seguridad de los bancos. Tambi¨¦n los fondos en sistemas de pagos con menos de 7 d¨ªas de plazo. Adem¨¢s, los bancos ser¨¢n obligados a mantener pasivos m¨ªnimos exigibles (PME o MREL) disponibles, para evitar lo ocurrido en Chipre.
Asimismo, los Estados miembros tendr¨¢n que establecer Fondos de Resoluci¨®n Nacionales (FRN), de no existir, adem¨¢s de sus Fondos de Garant¨ªa de Dep¨®sitos (FGD o DGF), aceptando que ambos puedan fusionarse. Estos tendr¨¢n que alcanzar, como m¨ªnimo, el 0,8% de los dep¨®sitos cubiertos, pero tendr¨¢n un m¨¢ximo de 10 a?os para hacerlo. Ser¨¢n financiados mediante impuestos a los bancos, basados en sus pasivos ajustados por riesgo.
Adem¨¢s, solo podr¨¢ accederse a dichos FNR si al menos el 8% de sus pasivos han participado ya en el bail-in, y su acceso se limitar¨¢ a un m¨¢ximo del 5% de los pasivos de los bancos. Por ¨²ltimo, la directiva deja abierta la posibilidad de que las autoridades nacionales puedan evitar el bail-in de ciertos subgrupos de acreedores, bien por no poder hacerlo en tiempo razonable, bien para asegurar la continuidad de sus funciones cr¨ªticas y evitar el contagio o la destrucci¨®n de valor.
Por ¨²ltimo, la directiva acepta la posibilidad de que el MEDE (ESM) pudiera utilizarse como un freno fiscal (backstop) para la resoluci¨®n bancaria, pero solo por un m¨¢ximo de 60.000 millones. Si interviene, podr¨¢ cambiar tanto la direcci¨®n del banco como su modelo de negocio, pero nunca intervendr¨¢ antes de que la directiva sobre un Esquema de Garant¨ªa de Dep¨®sitos (EGD, o DGS) est¨¦ aprobada, lo que llevar¨¢ mucho tiempo. Est¨¢n excluidos los bancos que est¨¦n ya bajo un programa MEDE, como los espa?oles.
En resumen, la nueva Uni¨®n Bancaria est¨¢ basada en principios similares a los del MEDE. Primero: minimizar costes, compartir el m¨ªnimo riesgo y, mientras tanto, que cada Estado miembro se las arregle como pueda. Segundo: utilizar nombres m¨ªnimos (esquema, mecanismo) cuando est¨¢n cre¨¢ndose importantes instituciones europeas. Finalmente, evitar que el MEDE pudiera ser el futuro embri¨®n de una Agencia Europea de Deuda y de un Tesoro Europeo, que pudiese emitir euroletras y, en ¨²ltima instancia, eurobonos, evitando as¨ª crisis sist¨¦micas.
Pero todav¨ªa nos queda el BCE, que tiene sus incentivos correctamente alineados y que, a pesar de fuertes cr¨ªticas, ha logrado salvar el euro. Confiemos en ¨¦l.
Guillermo de la Dehesa es presidente del Centre for Economic Policy Research (CEPR).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.