Brotes verdes en muy pocas manos
Los primeros frutos de la incipiente recuperaci¨®n laboral llegan a Espa?a de forma muy desigual
Las noticias parecen pelearse entre s¨ª estos d¨ªas en los peri¨®dicos: Espa?a es uno de los mayores objetivos de los fondos soberanos, el capital extranjero redobla su apuesta, las firmas del Ibex reducen su deuda a un ritmo r¨¦cord... Y, mientras, la devaluaci¨®n salarial todav¨ªa no se traduce en creaci¨®n de empleo, la OCDE alerta de los efectos de los recortes sanitarios, C¨¢ritas alerta sobre el aumento de la pobreza severa¡
Todos los enunciados tienen un andamio de n¨²meros para sostenerse. No es esquizofrenia, por muy recurrente que sea la met¨¢fora, solo es desigualdad. Esos tan tra¨ªdos y llevados brotes verdes de la recuperaci¨®n econ¨®mica est¨¢n llegando a Espa?a de forma muy desequilibrada. El proceso de reestructuraci¨®n y salvamento de la banca no deja de recibir elogios, y los est¨ªmulos monetarios del Banco Central Europeo est¨¢n suponiendo un jugoso negocio para el sector, pero el cr¨¦dito sigue cayendo paras las pymes y las familias. Los beneficios de las empresas que configuran el Ibex 35 de la Bolsa han crecido un 13% en los tres primeros trimestres de 2013, despu¨¦s de dos a?os de fuertes ca¨ªdas, y el propio ¨ªndice del mercado de valores lleva un avance del 27% desde los m¨ªnimos que toc¨® el pasado junio.
Las grandes compa?¨ªas despiertan hoy por hoy tal confianza a los inversores que est¨¢n vendiendo bonos a un coste m¨¢s bajo que el propio Tesoro P¨²blico, y este, a su vez, ha reducido lo que paga en intereses a niveles de 2010 porque los mercados piden menos por prestarle dinero. Y el club de millonarios espa?oles ha ganado miembros en la primera mitad del a?o: hay 47.000 personas m¨¢s con un patrimonio superior al mill¨®n de d¨®lares (unos 738.000 euros), seg¨²n los n¨²meros que recopila cada a?o Credit Suisse, lo que significa un aumento del 13%, el octavo mayor registrado en el mundo.
¡°Es un momento fant¨¢stico porque a Espa?a le est¨¢ llegando dinero para todo, para la Bolsa, la deuda p¨²blica y las inversiones directas¡±, dijo Emilio Bot¨ªn el mes pasado en Nueva York. Y sus palabras causaron estupor en las redes sociales, en los caf¨¦s, los mercados¡, en eso que suele resumirse como la calle. Porque all¨ª, en la calle, el momento ¡°fant¨¢stico¡± que vive el mundo financiero ¡ªver¨ªdico, comprobable¡ª est¨¢ lejos de hacer acto de presencia. Los n¨²meros son conocidos: m¨¢s de un 25% de paro, y la previsi¨®n de que siga en niveles similares al menos tres a?os; la renta de las familias segu¨ªa menguando en el segundo trimestre del a?o, hasta los niveles m¨¢s bajos de la crisis, debido a unas rebajas salariales del 5%, seg¨²n el INE, y la tasa de personas en ¡°extrema pobreza¡±, seg¨²n C¨¢ritas, se ha duplicado desde 2007.
No es que los brotes verdes de los que hablaba Bot¨ªn resulten invisibles ¡ªresultan comprobables¡ª, sino que est¨¢n concentrados en muy pocas manos. El debate est¨¢ servido en Estados Unidos, por ejemplo, donde los fenomenales est¨ªmulos econ¨®micos de la Reserva Federal, advierten algunos expertos, est¨¢n sirviendo para aumentar la riqueza del sector m¨¢s favorecido de la poblaci¨®n y agravando las diferencias sociales. Es lo que, a la postre, puede ocurrir tambi¨¦n en Europa, especialmente Espa?a: las diferencias entre ricos y pobres se dispara por la crisis, pero en este inicio de reactivaci¨®n es tan desigual que no invierte la tendencia.
La gran subida de la Bolsa contrasta con una actividad real a¨²n bajista
Stephen S. Roach, expresidente de Morgan Stanley Asia y economista jefe de la firma, alertaba en septiembre de que el 10% de los m¨¢s ricos de Estados Unidos eran los m¨¢s beneficiados de las inyecciones de liquidez de la Fed y los estrechos efectos de transmisi¨®n. Y el Nobel Paul Krugman lamentaba tambi¨¦n que ¡°mientras que la gran mayor¨ªa de estadounidenses vive a¨²n en una econom¨ªa deprimida, los ricos han recuperado casi todas sus p¨¦rdidas y siguen avanzando posiciones¡±. Seg¨²n datos recopilados por los economistas Thomas Piketty y Emmanuel S¨¢ez, el 95% de los ingresos de la recuperaci¨®n econ¨®mica desde 2009 est¨¢n en manos del 1% m¨¢s rico.
¡°Espa?a est¨¢ en una fase de transici¨®n, pero el ciudadano no la va a oler. Puedes decirle: esto se est¨¢ recuperando, pero es imposible que lo note hasta al menos dentro de dos a?os. La mejora de la banca es una condici¨®n necesaria, pero no suficiente¡±, explica David Cano, socio de Analistas Financieros Internacionales (AFI).
En todas las crisis, la llamada econom¨ªa financiera suele recuperarse antes que la productiva, la de las empresas y las familias, esa a la que curiosamente ¡ªo significativamente¡ª los expertos llaman econom¨ªa real. Lo malo de esta es que el descuelgue entre una y otra tiene visos de dilatarse: el grueso de los expertos coincide en que a Espa?a, reci¨¦n salida de la recesi¨®n, le queda al menos un lustro para recuperar toda la riqueza destruida en cinco a?os de declive.
Las inyecciones monetarias no consiguen abrir el grifo del cr¨¦dito
Hace casi veinte a?os, con un avance del PIB del 2,3% en el tercer trimestre de 1994, la OCDE alert¨® de que la recuperaci¨®n en Espa?a no se reflejar¨ªa en la disminuci¨®n de paro, como citaba un art¨ªculo de Joaqu¨ªn Estefan¨ªa, de enero de 1995, que se titulaba La recuperaci¨®n invisible y advert¨ªa de lo ¡°tibia¡± y ¡°selectiva¡± que esa mejora estaba resultando.
Hoy, la operaci¨®n salida del t¨²nel se presume m¨¢s larga porque el elevado endeudamiento p¨²blico y privado corta las alas. ¡°Ahora no podemos contar dos palancas de crecimiento habituales [el tir¨®n del cr¨¦dito y el Estado], pero, como elemento positivo, ahora contamos con unos mercados emergentes que pueden comprar y una econom¨ªa propia mucho m¨¢s exportadora y muchas m¨¢s empresas internacionalizadas¡±, apunta Cano.
El cr¨¦dito, uno de esos motores, no llega a las familias y pymes, y el Estado, en medio de un duro proceso de ajuste de cuentas p¨²blicas, apenas tiene margen de maniobra fiscal para estimular el crecimiento o compensar a los m¨¢s castigados por la crisis.
La banca, pese a haber pasado por el estigma del rescate, encarna uno de los grandes s¨ªmbolos de la recuperaci¨®n. Pero ni el dinero p¨²blico ni los est¨ªmulos del BCE, de los que las entidades espa?olas se han beneficiado, han servido para evitar que el cr¨¦dito siga cayendo (un 11% solo en lo que va de a?o, respecto a un 2012 ya de declive). Porque las empresas y familias a¨²n est¨¢n en fase de desapalancamiento y el horizonte econ¨®mico est¨¢ plagado de incertidumbre, con lo que no abunda lo que se considera en el sector ¡°demanda solvente¡±. Pero, adem¨¢s, las entidades est¨¢n aprovechando la liquidez para el jugoso negocio del carry trade: logran pr¨¦stamos a un 0,25% del BCE (0,50% hasta hace muy poco) y los invierten en bonos p¨²blicos a 10 a?os que dan una rentabilidad (por ejemplo, en el caso de Espa?a) superior al 4%.
¡°Mientras en el corto plazo la compra de deuda p¨²blica se ha convertido en una importante fuente de ingresos que ha sido de gran ayuda para los bancos, a largo plazo afecta negativamente al cr¨¦dito al sector privado y tiene impacto sobre la recuperaci¨®n¡±, reconoci¨® esta misma semana la troika (Comisi¨®n Europea, BCE y FMI) en su informe de evaluaci¨®n del programa financiero de Espa?a.
Pero tambi¨¦n hay una desigualdad creciente entre empresas en la facilidad de cr¨¦dito: no hay en toda la zona euro un pa¨ªs en el que la brecha del coste de los cr¨¦ditos entre las grandes empresas y las pymes, que suponen el grueso del tejido productivo, sea mayor. Los pr¨¦stamos de hasta un mill¨®n de euros, los que suelen pedir las pymes, son 2,69 puntos porcentuales m¨¢s caros que los pr¨¦stamos superiores a ese mill¨®n (de un 4,98% a un 2,29%), seg¨²n los ¨²ltimos datos del BCE, de septiembre.
El n¨²mero de millonarios ha crecido un 13% en el ¨²ltimo a?o
¡°Una gran compa?¨ªa siempre pagar¨¢ m¨¢s baratos los pr¨¦stamos porque tiene m¨¢s poder de negociaci¨®n, su diversificaci¨®n geogr¨¢fica la hace m¨¢s segura y tiene el valor a?adido de tener unas cuentas auditadas¡±, se?ala el catedr¨¢tico Joaqu¨ªn Maudos, experto en el sector financiero, ¡°pero la diferencia en el caso espa?ol es del ciento por ciento¡±. El pa¨ªs siguiente a Espa?a en esta desigualdad es Eslovaquia, pero a distancia, con 2,06 puntos porcentuales de diferencial, mientras que la media de la eurozona es de 1,61 puntos y en Alemania son solo 1,17% puntos.
¡°Este alto precio de los pr¨¦stamos est¨¢ impidiendo inversiones¡±, lamenta Maudos. ¡°El 90% de las empresas en Espa?a son pymes a las que el cr¨¦dito no llega ni en cantidad ni en condiciones suficientes¡±, abunda Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Campuzano, estratega de Citi.
Mientras, las grandes compa?¨ªas logran financiarse en los mercados con facilidad mediante la venta de t¨ªtulos de deuda. Abertis, por ejemplo, coloc¨® el pasado junio 600 millones en bonos a 10 a?os a un 3,75%, los intereses m¨¢s bajos de su historia, y por debajo de los que ofrecen los bonos p¨²blicos. ¡°No hay que infravalorar esto, el crecimiento de las multinacionales tiene un efecto arrastre en el resto de empresas. Adem¨¢s, no se trata solo del bajo coste que pagan, sino que ahora se est¨¢n colocando t¨ªtulos m¨¢s arriesgados¡±, apunta Cano. Por ejemplo, Telef¨®nica ha colocado dos grandes emisiones de deuda perpetua y Caixabank otra de bonos convertibles con muy fuerte demanda.
¡°El dinero fruto de esta recuperaci¨®n de los mercados financieros se est¨¢n moviendo en un circuito cerrado que va de los bancos centrales a los comerciales y de ah¨ª a los t¨ªtulos de deuda o a la Bolsa, por eso no llega nada a los ciudadanos¡± apunta Jos¨¦ Francisco Bellod, investigador de la Universidad Polit¨¦cnica de Cartagena. Eso explica, a?ade Bellod, que la subida de la Bolsa no refleje lo que ocurre en la econom¨ªa del pa¨ªs: cuando la econom¨ªa real crece, la Bolsa sube porque las empresas ganan dinero y pagan dividendos, as¨ª que las acciones atraen compradores. Sin embargo, no siempre que la Bolsa sube significa que la econom¨ªa productiva va bien. Eso est¨¢ ocurriendo en Espa?a. Mientras la Bolsa se ha disparado este a?o, la producci¨®n industrial sigue a la baja (ver cuadro). El bajo precio del dinero (en un m¨ªnimo hist¨®rico) y el bajo precio de los activos espa?oles est¨¢ atrayendo a inversores con ganas de rentabilidad y una mayor confianza en la estabilidad econ¨®mica de Espa?a, ya lejos del fantasma de la intervenci¨®n.
La fiebre inversora tardar¨¢ en trasladarse a la econom¨ªa real
?No hay un signo de alivio para empresas y familias? Algunos indicadores de la econom¨ªa productiva han logrado dejar los n¨²meros rojos. Siempre es significativo el mercado automovil¨ªstico, uno de esos bar¨®metros del consumo privado, y las ventas han crecido un 1,1% en los 10 primeros meses de este a?o, aunque fueron empujadas b¨¢sicamente por las ayudas p¨²blicas y despu¨¦s de tres a?os sin un solo resultado positivo. Y la producci¨®n industrial logr¨® avanzar, por primera vez en dos a?os, un 1,4% hasta septiembre, aunque llevaba una p¨¦rdida acumulada del 30% desde 2007. Y el consumo ha logrado estancarse, con un m¨ªnimo avance del 0,1% en el tercer trimestre del a?o, el primero desde comienzos de 2012, pero lleva una ca¨ªda acumulada del 12% desde su m¨¢ximo, tambi¨¦n en 2007.
Algo empieza a cambiar, s¨ª. El problema de estos avances macroecon¨®micos es que resultan an¨¦micos para recuperar el terreno perdido. El Gobierno calcula un crecimiento del PIB del 0,7% para 2014, pero Espa?a ha necesitado tradicionalmente avances del 2% para crear empleo. El Gobierno recalca que ya no hacen falta esos progresos para lograr reducciones de paro, pero el ministro Luis de Guindos reconoci¨® en octubre en Washington, en el marco de la asamblea del FMI, que ¡°un impacto real¡±, rese?able, s¨ª requer¨ªa crecimientos del 2% al 3%. Y no hay una fecha prevista para lograr esa velocidad de crucero.
Las exportaciones, junto con el turismo, son uno de esos elementos que han ayudado a Espa?a a salvar los muebles. Han mejorado un 8,3% entre enero y septiembre, pese a que el a?o pasado ya se bati¨® un r¨¦cord hist¨®rico en ventas internacionales y pese a la ralentizaci¨®n de la actividad europea de los ¨²ltimos meses.
Las nuevas cifras no se han traducido en creaci¨®n de empleo, pero, tal y como apunta Jos¨¦ Luis Mart¨ªnez Campuzano, estratega de Citi, ¡°la aportaci¨®n del sector exterior no hay que valorarla tanto en base a los que han construido, sino en cu¨¢nto empleo se hubiese destruido sin estas exportaciones¡±. En una l¨ªnea similar, Antonio Garc¨ªa Pascual, de Barclays Capital, resalta desde Londres que ¡°estas empresas en alg¨²n momento, si siguen creciendo, tendr¨¢n que generar nuevos puestos de trabajo¡±.
Garc¨ªa Pascual admite que el tir¨®n exportador se apoya todav¨ªa b¨¢sicamente en las grandes firmas, pero resalta tambi¨¦n la entrada en juego de nuevas compa?¨ªas que con las crisis se han visto forzadas a abrir nuevos mercados. ¡°Por eso es tan importante que el cr¨¦dito llegue a las pymes¡±.
Las pymes pagan casi el doble que las grandes empresas por un pr¨¦stamo
Ha habido operaciones de relumbr¨®n, como la entrada de un fondo de Bill Gates en el capital de la constructora FCC, y la deuda p¨²blica se ha reconciliado con el inversor extranjero, pero la inversi¨®n extranjera productiva total (excluyendo las sociedades de tenencias de valores) se mantiene hasta junio a un nivel similar al del mismo semestre de 2012 (unos 6.800 millones), un periodo en el que hab¨ªa ca¨ªdo el 56%, si bien el Gobierno asegura que la evoluci¨®n de la segunda mitad de 2013 ser¨¢ mucho mejor.
Hay algunos datos que abonan esta previsi¨®n de una evoluci¨®n mejor. La patronal automovil¨ªstica, Anfac, dijo esta misma semana que las factor¨ªas espa?olas recibir¨¢n inversiones por valor de unos 1.500 millones de euros en los pr¨®ximos 12 meses para producir nuevos modelos. La actividad de las grandes f¨¢bricas de coches alimenta tambi¨¦n la carga de trabajadores de centenares de medianas empresas proveedoras y la inversi¨®n en bienes de equipo ha mejorado desde mediados de a?o.
Que el sistema transmisi¨®n funcione y la mejora llegue a la econom¨ªa real ¡°es cuesti¨®n de tiempo, pero el debate es cu¨¢nto tiempo¡±, apunta Campuzano.
Espa?a no supo aprovechar su ¨¦poca de bonanza para reducir de forma rese?able sus niveles de desigualdad entre ingresos, y esta brecha se dispar¨® durante la crisis hasta situarse en el segundo peor nivel de la zona euro (35 sobre 100), solo superada por Letonia, seg¨²n los ¨²ltimos datos del coeficiente Gini, de 2012.
Por haber, en Espa?a, hay incluso una formidable desigualdad entre ricos. Amancio Ortega, el due?o del imperio Zara y firme candidato a arrebatar el primer puesto del mundo a Carlos Slim, tiene un patrimonio mayor que los 15 multimillonarios espa?oles siguientes juntos, seg¨²n la lista elaborada por Forbes.
Al margen de las grandes fortunas, un modelo de reactivaci¨®n desequilibrado puede agravar las distancias. El economista del Banco Mundial Branko Milanovic, especializado en equidad y distribuci¨®n, advierte de que ¡°no se puede hablar si quiera de recuperaci¨®n en el caso de Espa?a. La reactivaci¨®n es muy d¨¦bil, y si la salida de la crisis se demora mucho, las bolsas de pobreza pueden crecer¡±, se?ala, ya que, seg¨²n explica, ¡°a una persona en paro le cuesta m¨¢s encontrar empleo cuantos m¨¢s a?os lleve desocupada¡±. Es decir, que cuando la recuperaci¨®n sea completa, si tarda muchos a?os, una parte de la poblaci¨®n puede haberse quedado ya descolgada del sistema.
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