Hace falta una gran reforma
Al fin nos hemos convencido de que nuestro mercado el¨¦ctrico necesita una profunda reforma. Ha sido necesario que el resultado de una subasta para fijar el precio de los consumidores dom¨¦sticos est¨¦ por las nubes para que se disparen todas las alarmas
La realidad es que las semanas anteriores a la misma, los precios del mercado han estado anormalmente altos por la coincidencia de algunos grupos nucleares en recarga de combustible o mantenimiento, la falta de viento y un precio del gas natural cercano a los 8-9 centavos de d¨®lar por mill¨®n de Btu. Aunque estos factores coyunturales no justifican el elevado precio para los meses siguientes, donde por cierto, no es probable que concurran esas circunstancias extremas. Adem¨¢s, los ciclos combinados afectados por el precio de gas no son la tecnolog¨ªa marginal en todas las horas del trimestre. Pero, ello es dif¨ªcil de explicar para el com¨²n de los mortales, que lo que entiende es que en un mercado, si hay una menor demanda, originada por la crisis econ¨®mica que padecemos, los precios bajan. No entra, pues, en las disquisiciones t¨¦cnicas de que tecnolog¨ªa est¨¢ conformando la oferta en cada momento. De manera que pretender que el consumidor admita el resultado de una subasta en esta situaci¨®n, sobre todo cuando se experimenta una subida de 26%, es cuanto menos muy aventurado.
Pero las reglas de este mercado nos llevan a situaciones como la habida en la subasta. En un mercado marginal el coste variable de la tecnolog¨ªa que ha sido necesaria para satisfacer la ¨²ltima unidad de demanda es el que marca el coste marginal para todas las tecnolog¨ªas. As¨ª, si el ciclo combinado la tecnolog¨ªa marginal, a los costes variables del ciclo se paga toda la generaci¨®n, aunque ¨¦sta se haya producido con centrales cuyo coste variable es muy peque?o. El margen que existe entre el precio recibido y el verdadero coste incurrido va destinado a cubrir los costes fijos de las instalaciones de generaci¨®n. En t¨¦rminos te¨®ricos el esquema puede funcionar, pero en la pr¨¢ctica una buena parte de los costes fijos de dos tecnolog¨ªas, la hidr¨¢ulica y nuclear, se hallan en un avanzado proceso de amortizaci¨®n. Tambi¨¦n es cierto que una parte de los costes fijos de las centrales (ciclos combinados), que por estar cerca del marginal no han tenido m¨¢rgenes suficientes, tienen verdaderos problemas para recuperar las inversiones y para ello se utilizan los m¨¢rgenes del agua y la nuclear.
El mercado, cuando hay abundante generaci¨®n renovable con coste variable muy peque?o, no manda se?ales econ¨®micas adecuadas para las nuevas inversiones. Y es posible que se deba a que, cuando se inici¨® el mercado, la estructura de generaci¨®n era totalmente diferente de la actual, pues m¨¢s de mitad de la potencia que tenemos en la actualidad no estaba cuando se dise?¨® el mercado, correspondiendo a los ciclos combinados y casi toda la potencia con fuentes de energ¨ªa renovable, que, como hemos indicado, tiene unas consecuencias reductoras sobre los precios. Es decir, es necesario que exista una adecuaci¨®n del modelo de mercado al mix de generaci¨®n existente en cada momento, y con el mix que tenemos en la actualidad, las distorsiones que se introducen en el mercado hacen a este inservible, tanto para la fijaci¨®n de los precios como para mandar las se?ales econ¨®micas a los potenciales inversores. Es precisa una reflexi¨®n, a la vista de nuestro mix de generaci¨®n, para ver qu¨¦ modificaciones se deben introducir en el marco regulatorio. A este respecto, cuanta m¨¢s sea la transparencia de las reflexiones y puedan incorporarse a las mismas m¨¢s puntos de vista dispares, m¨¢s robusta saldr¨¢ la regulaci¨®n y m¨¢s estable resultar¨¢ en el tiempo.
A menudo se ha dicho que la energ¨ªa es cara porque el mix de generaci¨®n que tenemos es un mix caro, y esto es cierto por haber apostado, quiz¨¢s, por tecnolog¨ªas no lo suficientemente maduras y por lo tanto con costes altos, aunque con curvas de reducci¨®n de costes verdaderamente espectaculares. Pero esto nada tiene que ver con el precio del mercado, pues el encarecimiento de la electricidad derivado de lo anterior se refleja en los peajes, que es donde se sit¨²an las primas a la generaci¨®n renovable.
Por lo tanto, nos encontramos pillados en el dilema de que la ortodoxia apunta a una subida de tarifas pero eso ser¨ªa un acto pol¨ªticamente inasumible y socialmente inaceptable.
Alberto Carbajo es experto independiente en el sector energ¨¦tico.
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