La econom¨ªa ha echado a andar, ?pero a qu¨¦ ritmo?
?Estamos traspasando contabilizaci¨®n del gasto para intentar lograr la meta de d¨¦ficit del 6,5%?
El detalle de la contabilidad nacional del cuarto trimestre de 2013 nos depar¨® una sorpresa relativa: el PIB no creci¨® tres d¨¦cimas, como el INE hab¨ªa avanzado en enero, sino dos escasas (0,7% en tasa anualizada, frente a 0,3% en el trimestre anterior). La sorpresa es relativa, en primer lugar, porque la diferencia no es significativa estad¨ªsticamente (el margen de error de la estimaci¨®n es superior a una d¨¦cima) y, en segundo lugar, porque casi toda la informaci¨®n conocida recientemente ya indicaba que el cuarto trimestre hab¨ªa sido m¨¢s flojo de lo estimado. Es m¨¢s, los indicadores de coyuntura muestran un repunte del PIB m¨¢s fuerte del calculado por el INE en el tercer trimestre y un debilitamiento en el cuarto. Sabemos que la contabilidad nacional trimestral suaviza mucho la evoluci¨®n del PIB (aunque la volatilidad de sus componentes es muy elevada y dif¨ªcil de argumentar estad¨ªstica y econ¨®micamente), lo que debe llevarnos a considerar dicha evoluci¨®n como una se?al tendencial y no tanto como una contabilidad en sentido estricto. Qued¨¦monos con que la econom¨ªa inici¨® en el segundo semestre una modesta recuperaci¨®n, aunque apenas sepamos los detalles.
Una novedad que habr¨¢ conocido el INE despu¨¦s de la primera estimaci¨®n es el comportamiento del consumo p¨²blico, cuya elaboraci¨®n corresponde al Ministerio de Hacienda (IGAE). Este agregado, que supone casi el 20% del PIB, ha registrado una ca¨ªda en el cuarto trimestre del 19,1% en tasa anualizada a precios corrientes, bastante superior a la que se produjo en el mismo trimestre de 2012 cuando se elimin¨® la paga extra a los funcionarios (las remuneraciones de los funcionarios son el 55% del valor del consumo p¨²blico). Para suavizar la ca¨ªda a precios constantes y, por tanto, el impacto en el crecimiento real del PIB, el INE estima un descenso, bastante dif¨ªcil de explicar, del deflactor de este agregado del 5,3% anualizado. Aun as¨ª, la ca¨ªda real del mismo es del 14,6% y su contribuci¨®n al crecimiento trimestral anualizado del PIB de -3 puntos porcentuales.
En el ¨²ltimo trimestre de 2013 ya se cre¨® empleo, aunque a un ritmo de apenas el 0,3%
Dos observaciones. En primer lugar, para que el PIB no descendiera como consecuencia de esta aportaci¨®n tan negativa del consumo p¨²blico, el INE ha tenido que hacer milagros con los otros agregados. Los crecimientos del consumo privado, de la inversi¨®n y de las exportaciones parecen exagerados a tenor de los indicadores disponibles para los mismos. En segundo lugar, cabe preguntarse a qu¨¦ obedece ese ajuste tan fuerte del gasto p¨²blico, que ha debido concentrarse en diciembre (no conocemos a¨²n los datos de Hacienda) y en las compras de bienes y servicios necesarios para producir los servicios p¨²blicos, que solo representa el 28% del consumo p¨²blico. ?Es una ca¨ªda real del gasto o estamos traspasando la contabilizaci¨®n del mismo al siguiente ejercicio para intentar acercarse al objetivo de d¨¦ficit del 6,5% del PIB?
Un agregado al que el INE le saca rendimiento de donde no lo hay son las exportaciones de bienes. Seg¨²n el Ministerio de Econom¨ªa, llevan dos trimestres cayendo a ritmos muy importantes, mientras que crecen en la contabilidad nacional. Como consecuencia, la subida real de las mismas en el a?o es del 7,2%, seg¨²n el INE, y del 5,4% para el Ministerio. Tambi¨¦n las importaciones anuales crecen un 1,5%, seg¨²n el INE, y el 3,1%, seg¨²n el Ministerio. Estas diferencias aportan ocho d¨¦cimas porcentuales al incremento medio anual del PIB. La experiencia nos dice que cuando el INE revisa sus cifras se acerca a las del Ministerio.
Lo m¨¢s positivo que ha confirmado la contabilidad nacional es que en el ¨²ltimo trimestre la econom¨ªa ya cre¨® empleo, aunque muy modestamente, un 0,3% en tasa trimestral anualizada. Los salarios volvieron a bajar. El alza del que habla el INE es en tasa interanual, debido a que en el mismo periodo de 2012 se produjo la eliminaci¨®n de la paga extra de los funcionarios.
En el conjunto del a?o, el PIB real disminuy¨® un 1,2% y el empleo, un 3,4%, con lo que la productividad aparente por ocupado aument¨® un 2,3%. Muy por debajo de la productividad avanzaron de nuevo los salarios reales, un 0,1% al deflactarlos por el aumento de los precios del PIB. Como consecuencia, el peso de los salarios en el PIB, a tasa de salarizaci¨®n constante, baj¨® del 46,5% al 45,5%. La mitad fue a parar a los impuestos y la otra mitad al excedente bruto de explotaci¨®n y rentas mixtas.
?ngel Laborda es director de coyuntura de la Fundaci¨®n de las Cajas de Ahorros (Funcas).
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