Algo va mal con la Uni¨®n Europea
Lo que estamos viviendo hoy en Europa rima demasiado con lo que ocurri¨® en los a?os treinta
La recesi¨®n ha tocado fondo, y las se?ales que llegan de las empresas y del empleo comienzan a ser alentadoras. Pero, lamentablemente, el futuro del crecimiento y el empleo en Europa no es nada halag¨¹e?o. El fantasma del desempleo, de la recuperaci¨®n lenta y de la deflaci¨®n sobrevuela sobre las sociedades europeas. La principal raz¨®n es que la pol¨ªtica econ¨®mica de la zona euro sigue bajo la influencia de malas ideas y de prioridades equivocadas. Veamos.
Primero. El desempleo es el principal problema social y econ¨®mico, pero no es un problema pol¨ªtico prioritario en Europa. En Estados Unidos s¨ª lo es. Ben Bernanke, el expresidente de la Reserva Federal, afirm¨® que har¨ªa todo lo necesario, durante todo el tiempo necesario, hasta que el desempleo bajase del 7,5%. Su sustituta, Janet Yellen, mantiene esta prioridad. En Europa, cuando el euro amenaz¨® con descarrilar, Mario Draghi afirm¨® que el Banco Central Europeo (BCE) har¨ªa todo lo necesario para ¡°salvar el euro¡±, pero no dijo nada de salvar el empleo y la econom¨ªa. Europa no tiene bien definidas sus prioridades, la estabilidad de la moneda domina sobre el empleo. Es una mala prioridad.
Segundo. En 2010, a la salida de la recesi¨®n de 2009, EE UU continu¨® con las pol¨ªticas de ayuda a la econom¨ªa. Esas pol¨ªticas han logrado crear empleo, mantener un moderado crecimiento y reducir la deuda. En Europa, por el contrario, se impuso el mantra de la austeridad como soluci¨®n a todos los problemas. El resultado ha sido una segunda recesi¨®n autoinfligida, que ha aumentado el paro, la desigualdad y la deuda. La austeridad no funciona. Punto. Es una mala idea.
Por qu¨¦ esta mala idea domina la pol¨ªtica econ¨®mica europea es intrigante. Keynes se?al¨® que, con frecuencia, los gobernantes son rehenes de viejas ideas que no funcionan. En todo caso, si alguno de ustedes est¨¢ interesado en este enigma, les recomiendo leer el sugestivo libro de Mark Blytz Austeridad. Historia de una idea peligrosa.
Un nuevo mantra sustituye a la austeridad, que no funciona: la devaluaci¨®n interna
Tercero. Como la austeridad no funciona y ha perdido todo cr¨¦dito intelectual, los responsables de la pol¨ªtica econ¨®mica europea la han sustituido por un nuevo mantra: la devaluaci¨®n interna. Es decir, por las reducciones salariales sistem¨¢ticas. Es tambi¨¦n una mala idea. Tampoco funcionar¨¢. Al contrario, complicar¨¢ la vida europea en todas sus dimensiones.
La moderaci¨®n de los salarios, y su vinculaci¨®n a las ganancias de productividad, es una buena cosa. Adem¨¢s, su contenci¨®n temporal tiene sentido en un momento en que se requiere fortalecer la competitividad externa. Aunque tiene que ir unida a otras pol¨ªticas que repartan la carga del esfuerzo de salida de la crisis de forma equitativa. Pero el discurso sobre la devaluaci¨®n salarial va m¨¢s all¨¢ y se est¨¢ convirtiendo un nuevo mantra europeo.
No est¨¢ de m¨¢s se?alar que los salarios no fueron los causantes de la crisis. Al contrario, los salarios reales, y su participaci¨®n en la renta nacional, han venido descendiendo desde los noventa. De hecho, la expansi¨®n del cr¨¦dito a familias que no podr¨ªan devolverlo ha sido interpretado por algunos economistas como un intento de darles la capacidad de compra que no ten¨ªan v¨ªa salarios. El resultado lo hemos visto y lo estamos padeciendo. Es mejor la soluci¨®n de Henry Ford I, cuando dec¨ªa que prefer¨ªa trabajadores bien pagados para que le pudiesen comprar sus coches. Era un capitalista coherente con sus intereses.
Cuarto. De la misma forma que la austeridad provoc¨® una segunda recesi¨®n, la devaluaci¨®n salarial sistem¨¢tica puede abocar a la econom¨ªa europea a una deflaci¨®n prolongada, que har¨¢ m¨¢s dif¨ªcil a¨²n el desendeudarse. La austeridad p¨²blica junto con la devaluaci¨®n salarial y el elevado endeudamiento es un bid¨®n de gasolina pura para la deflaci¨®n y el desempleo.
Europa no es un sue?o que se construye solo, es una batalla diaria entre intereses nacionales
Quinto. La austeridad y la devaluaci¨®n salarial asesinan a la econom¨ªa social del mercado europeo. Y arriesgan la democracia. El capitalismo de masas, el que est¨¢ asociado a la democracia, no puede funcionar sin que amplias capas de poblaci¨®n tengan capacidad de compra.
La historia no se repite, pero rima. Y la que estamos viviendo hoy en Europa rima demasiado con lo que ocurri¨® a principios de los a?os treinta. Algo va mal con la Uni¨®n Europea.
Si la austeridad y la devaluaci¨®n salarial no funcionan, ?de qu¨¦ depende el futuro del crecimiento y del empleo en Europa y Espa?a? Al menos, de dos cosas.
La primera, que el euro y el proyecto europeo sean capaces de ir m¨¢s all¨¢ de su actual l¨®gica, dominada, como acabo de decir, por una err¨®nea elecci¨®n de prioridades y por malas de ideas. Esto no vendr¨¢ de ninguna conversi¨®n a lo San Pablo de los pa¨ªses que hoy imponen esa l¨®gica. Requiere que los pa¨ªses mediterr¨¢neos est¨¦n m¨¢s presentes en el juego europeo. Europa no es un sue?o que se construye mientras dormimos, es una batalla diaria entre intereses nacionales. Y los intereses espa?oles est¨¢n a¨²n muy poco presentes en los organismos europeos y en los grupos de trabajo de la Comisi¨®n Europea, que es donde se construye de verdad Europa.
La segunda condici¨®n es que los espa?oles seamos capaces de articular un nuevo contrato social, un new deal, para fortalecer una econom¨ªa productiva, innovadora y con capacidad de crear empleo de calidad y buenos salarios. Para lograrlo necesitamos construir una santa alianza entre tres objetivos: fortalecer nuestra base industrial; fomentar el conocimiento ¨²til, aquel que pone en relaci¨®n la capacidad de crear conocimiento e investigaci¨®n que hoy tenemos con las necesidades de innovaci¨®n de la industria, y fortalecer la capacidad de empleo de calidad mediante una formaci¨®n profesional vinculada directamente a la industria. Sobre esta sant¨ªsima trinidad hablar¨¦ en mi pr¨®ximo art¨ªculo.
Ant¨®n Costas es catedr¨¢tico de Econom¨ªa de la Universidad de Barcelona
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.