Seguro de hogar: ?Cu¨¢l es la elecci¨®n correcta?
Cualquier ciudadano tiene que realizar un esfuerzo enorme para lograr dotarse del patrimonio que conforma su vivienda.
Ese esfuerzo puede resultar est¨¦ril si se materializan ciertos riesgos que comprometen gravemente la supervivencia de ese patrimonio. Asimismo otros eventos menos dram¨¢ticos pero indeseados e imprevistos sin duda tienen tambi¨¦n efectos sobre la econom¨ªa dom¨¦stica lo cual, en tiempos donde no sobra la liquidez y el ahorro, puede conllevar una clara p¨¦rdida de calidad de vida actual o futura o algo peor. Sumemos a todo ello los posibles da?os que podemos causar de forma involuntaria a otras personas o bienes, un hecho muy frecuente, que vendremos obligados a reparar con nuestros bienes actuales y futuros seg¨²n establecen los art¨ªculos 1.902 y 1.911 del C¨®digo Civil.
Dicho esto resulta sencillo comprender que es importante proteger no solo nuestros bienes, nuestro hogar, sino tambi¨¦n los efectos derivados de nuestras responsabilidades frente a terceros. La conclusi¨®n obvia es que necesitamos algo que nos aporte liquidez en caso de sufrir un da?o o una reclamaci¨®n que comprometa nuestra seguridad patrimonial y ese instrumento tiene un nombre: ¡°seguro¡±.
Por tanto, seamos propietarios, arrendadores, inquilinos o usufructuarios es conveniente contar con un seguro de hogar. Dir¨ªa que imprescindible.
Si recordamos lo ¨²ltimo en anuncios de seguros de hogar veremos que insisten en dos argumentos: cada cual lo ofrece m¨¢s barato que sus competidores llegando al punto de ofrecer tres seguros al precio de uno y otro leitmotiv consiste en decirnos que apostemos por su caballo ya que total todos los seguros son iguales. ?Es eso cierto?
Para el primer supuesto la inteligencia nos da la respuesta: en un mercado libre, regido por la ley de la oferta y la demanda, es innecesario ser el m¨¢s barato si la gente est¨¢ dispuesta a pagar por el valor que ofreces; eres el m¨¢s barato solo si tu seguro no lo comprar¨ªa nadie por su escasa calidad o fiabilidad. Para resolver el segundo supuesto hay que contar con alguna base t¨¦cnica en seguros, algo con lo que no cuenta el consumidor sino el experto: en la corredur¨ªa tenemos un seguro de hogar cuyo precio de salida es de 1.500 € y les garantizo que no tiene nada que ver con el producto m¨¢s sencillo que ofrecemos. Del mismo modo, el producto m¨¢s sencillo que ofrezco no tiene nada que ver con el que vende o endosa con las hipotecas un conocido banco. Ese seguro bancario no pagar¨¢ NADA del contenido incendiado si los da?os no superan el 85% del capital asegurado. Suponiendo un contenido asegurado de 40.000 € y que se producen da?os por valor de 30.000 € mi cliente cobrar¨¢ 30.000 € y el del banco 0€, as¨ª de sencillo. Trasladen ese gap a ahorro en diferencial del tipo de la hipoteca y decidan qu¨¦ riesgo correr.
Hace poco atend¨ªa una consulta donde el cliente de otro mediador, que viaja, se hab¨ªa encontrado con que la p¨®liza de hogar ten¨ªa la Responsabilidad Civil limitada a Espa?a y le exclu¨ªan un incidente ocurrido en el extranjero. Otras p¨®lizas (por ejemplo una comercializada por otro banco y v¨ªa internet) no cubren las tuber¨ªas enterradas o que discurren bajo el forjado lo cual las inhabilita para chalets con riego, piscina, acometida soterrada o que disponen de forjado sanitario. Si hablamos de joyas, arte, veh¨ªculos en reposo, etc. asoman grandes diferencias
Tambi¨¦n tenemos el caso de aseguradoras que cubren trasteros en el mismo edificio o en otros cercanos y otras que no los amparan en ninguna situaci¨®n.
La letra peque?a ya no existe, las limitaciones se destacan en negrita. Pero el ciudadano no lee antes de contratar y en muchos casos ni siquiera se le entrega su p¨®liza en clara violaci¨®n de la Ley 50/1980 de Contrato de Seguro. Por ello no llama la atenci¨®n que haya quien acepta seguros en que los da?os por agua se excluyen si nos vamos de vacaciones m¨¢s de 72 horas o nos cubren la reclamaci¨®n de un hotel vietnamita siempre que reclame ante los Tribunales espa?oles. Llama la atenci¨®n la mala uva de quien en estos tiempos cubre ¡°eL ordenador, el videocasete y el televisor¡±; simplemente porque en muchos de nuestros hogares el videocasete es un DVD o un Blue-Ray, y no tenemos ¡°EL televisor¡± sino ¡°LOS televisores¡±, al igual que ¡°LOS ordenadores¡±. A tabletas, Smartphone, router, impresora, etc ni siquiera los menciona as¨ª que carecen de toda cobertura.
Otra cuesti¨®n relevante son los criterios de valoraci¨®n. No es lo mismo que nos paguen el valor de nuevo (ir a la tienda y reponer lo da?ado) que a valor real (descontando la antig¨¹edad). Las diferencias de valoraci¨®n es f¨¢cil que en una casa normal alcancen las cinco cifras. Otro modo de aplicar esto es excluir elementos de cierta edad. Hay contratos donde si nuestra nevera tiene m¨¢s de cinco o de ocho a?os vale 0€
En muchos seguros se disimula la baja calidad colocando enormes listas de servicios que carecen de riesgo para el asegurador. As¨ª tenemos manitas, emergencias inform¨¢ticas, conexi¨®n con reparadores, asistencia jur¨ªdica telef¨®nica, etc que aportan una nula cobertura de riesgos , pero decoran el escaso bizcocho mejorando la apariencia del pastel.
?Factores a tener en cuenta en un hogar? Cr¨¦anme, son muchos. Hablamos de algo importante para la seguridad patrimonial familiar y no es para tomarlo a cachondeo ni para tratarlo como un commodity. Adem¨¢s, el acierto en la decisi¨®n solo se percibe cuando no hay vuelta atr¨¢s: el siniestro.
Recurrir a un experto, un corredor de seguros de confianza, que es quien est¨¢ capacitado para analizar, diagnosticar, asesorar y ofrecer soluciones adaptadas a sus necesidades con independencia es mi consejo. Lo dem¨¢s es compra a ciegas. ?A qui¨¦n beneficia? Estar solo, sin conocimiento especializado, ante una m¨¢quina financiera como es un asegurador, tampoco es una t¨¢ctica desprovista de riesgos.
Imagine la compra de un seguro como si fuera un zapato: piense en el uso, piense en el tama?o, piense en que debe combinar con su estilo de vida, piense en que no debe dejarle tirado cuando m¨¢s lo necesita y piense en que qu¨¦ puede pagar para cumplir el objetivo que es la protecci¨®n no rapi?ar unos pocos euros. Si se equivoca, saldr¨¢ caro.
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