General Motors despide a 15 empleados por el esc¨¢ndalo de las revisiones
La investigaci¨®n interna revela un patr¨®n de incompetencia y descuido en el fabricante de Detroit al gestionar un defecto t¨¦cnico con el sistema de encendido
Tras cuatro meses de investigaci¨®n, la multinacional automovil¨ªstica estadounidense General Motors (GM) ha hecho p¨²blico el resultado del examen interno de los fallos de sus autom¨®viles, unas incidencias en el sistema de arranque que provocaron que tardara 11 a?os en llamar a revisi¨®n a varios modelos. El problema t¨¦cnico que provoc¨® 13 muertes en 47 accidentes. El lenguaje del informe es muy cr¨ªtico y duro, al hablar de un ¡°patr¨®n de incompetencia y negligencia¡±. Por eso procede al despido de una quincena de empleados que eran responsables directos de estas revisiones.
General Motors evita dar nuevas cifras de v¨ªctimas, pese a que los abogados que representan a las familias de los fallecidos calculan unas 60 muertes. Esa discrepancia est¨¢ clara en el caso de Natasha Weigel y Amy Rademaker. Fallecieron por un accidente en octubre de 2006, cuando el coche en el que viajaban se estrell¨® contra un ¨¢rbol. GM solo cont¨® a Amy porque no se despleg¨® el airbag en el asiento del copiloto. Natasha se sent¨® atr¨¢s, donde no hab¨ªa ese sistema.
Mary Barra, la consejera delegada de GM, volvi¨® a disculparse. ¡°No hay palabras que alivien su pena y dolor¡±, afirm¨®, a la vez que garantiz¨® una compensaci¨®n justa. A partir de ah¨ª dijo que ser¨¢ agresiva, rigurosa y disciplinada en cuestiones de seguridad. El informe final, admiti¨®, fue muy ¡°triste de leer¡±. Lo calific¨® de ¡°brutalmente duro¡±. La investigaci¨®n pone de relieve que numerosos empleados no asumieron su responsabilidad de proteger al cliente. ¡°Es inaceptable¡±, insisti¨®.
La compa?¨ªa dice que asumir¨¢ compensaciones justas a los afectados
Barra sale exonerada de la investigaci¨®n. El problema sucedi¨® a?os antes de la suspensi¨®n de pagos, hace cinco a?os, con Rick Wagoner al frente de la gesti¨®n del grupo automotriz. Sin embargo, para poder marcar el inicio de la nueva General Motors necesita adoptar una serie de acciones, en ocho grandes ¨¢reas. ¡°Esta experiencia dolorosa debe quedar en nuestra memoria de manera permanente, no debemos olvidar¡±, repiti¨®.
Al frente de la investigaci¨®n estuvo el exfiscal Anton Valukas. Para empezar a cumplir con sus recomendaciones, la direcci¨®n de GM procede a despedir a una quincena de empleados. Entre ellos est¨¢n los ingenieros Ray DeGiorgio y Gary Altman, que ya fueron apartados de sus responsabilidades en abril, como respuesta a la presi¨®n del Congreso. Tambi¨¦n aplica la disciplina a otros cinco, pero la purga no toca la alta direcci¨®n.
EE UU impuso a la empresa una multa de 35 millones de d¨®lares por el fallo
El hecho de que se libren desde los vicepresidentes hacia arriba, as¨ª como el Consejo de Administraci¨®n y su predecesor Dan Akerson, muestra que la c¨²pula de GM viv¨ªa completamente aislada, en silos. Eso impidi¨® trazar una conexi¨®n entre el problema t¨¦cnico y los accidentes. Para romper con estas barreras y evitar una situaci¨®n similar se anuncian cambios en la estructura.
Los modelos afectados son los Saturn Ion y Sky, los Chevrolet Cobalt y HHR y los Pontiac G5 y Solstice. No se comercializan desde hace a?os. GM admite que sus ingenieros empezaron a saber del problema con el encendido ya en 2001. Se dieron cuenta entonces de que el coche pod¨ªa apagarse en marcha si iba a gran velocidad o por un terreno irregular, por el peso del llavero. Solucionar el problema habr¨ªa costado cerca de un d¨®lar.
Cuando la llave pasa de la posici¨®n de encendido a la de apagado, se pierde la direcci¨®n asistida, los frenos y el sistema de airbag. El problema se hizo evidente en 2004 y dos a?os despu¨¦s se modific¨® el dise?o del sistema, pero no actu¨® para proteger a los conductores de estos modelos. Barra fue informada a las pocas semanas de anunciarse su ascenso a consejera delegada y empez¨® a emprender medidas al asumir la gesti¨®n en enero.
La compa?¨ªa acaba de pactar con el regulador del Transporte en EE UU una sanci¨®n de 35 millones, la m¨¢xima autorizada. Lo que est¨¢ por ver ahora es si el Departamento de Justicia decide tambi¨¦n imponer una multa a GM, como ya hizo con Toyota por el problema de la aceleraci¨®n involuntaria del Prius. En ese caso, no hay l¨ªmites y puede exigir responsabilidades penales por las muertes. A lo que se suman las demandas de los afectados.
GM se aferra a las 13 v¨ªctimas porque hace una interpretaci¨®n legal muy estricta de la causa de las muertes. Sin embargo, el programa de compensaci¨®n puede cubrir a m¨¢s fallecidos. Las familias tendr¨¢n que decidir, por tanto, si exigen responsabilidades en los tribunales o aceptan negociar con Kenneth Feinberg, el abogado que gestion¨® la compensaci¨®n a las v¨ªctimas del 11-S, del atentado de Boston y a los afectados por el vertido de BP.
Pese al esc¨¢ndalo, el negocio de GM no parece verse afectado. Las ventas en mayo crecieron un 13%, en su mejor mes desde agosto de 2008. Lo que los inversores siguen de cerca es lo que va a costar todo esto. De momento hay anunciadas cargas por 1.700 millones de d¨®lares, y se ha realizado una treintena de llamadas a revisi¨®n que afectan a 14 millones de veh¨ªculos en EE?UU, de las que 2,6 millones corresponden al problema del encendido.
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