Paro y modernidad
El Fondo Monetario Internacional, la Comisi¨®n Europea, Fitch y The Economist han desmitificado en los ¨²ltimos d¨ªas, entre otros, la recuperaci¨®n econ¨®mica de Espa?a. Alaban el progreso en t¨¦rminos de crecimiento econ¨®mico pero se?alan como desolador el nivel de desempleo. Consideran que es imposible hablar de salida de la crisis con casi el 24% de la poblaci¨®n activa sin trabajo. El mantenimiento de niveles de desempleo reducidos es una obligaci¨®n de primer orden en la mayor parte de las democracias punteras modernas. Alcanzar o aproximarse a la plena ocupaci¨®n y hacerlo con tasas de paro estructuralmente bajas debe ser una prioridad, pero este pa¨ªs parece haberse rendido a este reto. Se desea, desde luego, bajar el desempleo pero se habla de la plena ocupaci¨®n casi como algo inalcanzable y est¨¢ fuera del debate p¨²blico. De hecho, en Reino Unido o Estados Unidos la crisis elev¨® esa tasa de forma considerable pero hoy en d¨ªa se ha reducido hasta niveles en torno al 5%. En la Europa continental a¨²n queda trabajo por hacer en algunos destacados estados miembros como Francia o Italia pero Espa?a es la rara avis desconcertante. En las ¨¦pocas de crecimiento se crea empleo en nuestro pa¨ªs de forma m¨¢s o menos consistente pero el nivel estructural de paro es mucho m¨¢s elevado que en otras econom¨ªas. La estructura falla.
En esa transici¨®n repleta de transformaciones innegables que es la Espa?a de los ¨²ltimos cuarenta a?os, el mercado de trabajo no ha conseguido configurarse en una clave moderna y responsable. Desde luego, no todo es achacable a las cuestiones propias de la configuraci¨®n de las instituciones laborales sino a la falta de reformas transversales en aspectos cruciales para el empleo como la educaci¨®n o la innovaci¨®n. En otros pa¨ªses no les cuadra lo que pasa en Espa?a. Si en Estados Unidos la tasa fuera del 24%, el caos social podr¨ªa ser inmanejable. No querer ver que el desempleo est¨¢ destrozando a buena parte de una generaci¨®n y media de espa?oles es negar la realidad. Deber¨ªa ser una emergencia nacional. Y eso que el car¨¢cter de urgencia no implica que se pueda lograr un milagro pero s¨ª que cualquier esfuerzo es poco por lograr reducir el n¨²mero de a?os para llegar a un paro m¨ªnimamente aceptable. En la ¨²ltima gran crisis bancaria en Espa?a, la de 1977, el desempleo aument¨® en m¨¢s de doce puntos porcentuales e hicieron falta casi ocho a?os para volver a los niveles anteriores a la crisis que no eran precisamente envidiables.
Hacen falta muchas m¨¢s reformas que se preocupen tanto por generar puestos de trabajo como por su calidad
El debate sobre el desempleo en Espa?a est¨¢ oscilando desde los que aseguran tener una llave al milagro r¨¢pido hasta los que sugieren que con lo ya realizado s¨®lo es cuesti¨®n de tiempo. Hacen falta muchas m¨¢s reformas que se preocupen tanto por generar puestos de trabajo como por su calidad. Por ejemplo, acabando con la dualidad entre temporales y fijos. Y con cambios en educaci¨®n y en universidad y en incentivos p¨²blicos y privados. De poco r¨¦dito pol¨ªtico a corto plazo todos ellos pero as¨ª es como se progresa, a la alemana, reformando en ¨¦pocas de crecimiento.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.