Eng¨¢?anos, Rajoy, pero con cifras
Contra lo que asegura el presidente del Gobierno, ha violado todos los a?os el tope de d¨¦ficit pactado con Bruselas
Gobernados y gobernantes jugamos en econom¨ªa al rat¨®n y al gato. Pero para que el juego sea algo respetuoso, debe cumplir al menos una regla: el enga?o debe argumentarse con cifras, aunque sean cogidas por los pelos.
En la pol¨¦mica Madrid-Bruselas-oposici¨®n sobre el presupuesto para 2016, la frase espetada el martes por el presidente, Mariano Rajoy, hiela la calculadora: ¡°Desde que asumimos la responsabilidad de gobernar hemos cumplido siempre el d¨¦ficit¡±, dijo desde Nueva York. Eso es falso. Y de toda falsedad: falso para todos y cada uno de los a?os de su mandato.
Para 2012, el compromiso de d¨¦ficit presupuestario del Gobierno era del 5,8%; en julio logr¨® pactar con Bruselas una suavizaci¨®n, al 6,3%; al cierre, se situ¨® en el 6,70%, incumpliendo tanto el guarismo inicial (por casi un punto) como el revisado (por casi medio).
Para 2013, el d¨¦ficit previsto en el presupuesto era del 4,5%; se pact¨® con la Comisi¨®n un enorme margen adicional, hasta el 6,5%; que tambi¨¦n se incumpli¨®, al alcanzarse el 6,58% (dos puntos largos sobre el presupuesto, una d¨¦cima sobre el objetivo revisado).
Para 2014, la Comisi¨®n ofreci¨® m¨¢s flexibilidad, hasta un tope de d¨¦ficit del 5,8%; el Gobierno se puso jabato y se comprometi¨® al 5,5%; acab¨® tambi¨¦n incumpliendo, al llegar al 5,78% (5,9% con el rescate bancario).
Para este 2015, el Gobierno presume que acabar¨¢ en el acordado 4,2%; Bruselas calcula que tambi¨¦n incumplir¨¢, prev¨¦ un 4,5% (y el FMI, un 4,4%). Y para 2016 la discrepancia es a¨²n mayor. Y por si acaso, el Gobierno pretendidamente de la naci¨®n inculpa a las autonom¨ªas nacionales de los posibles desv¨ªos, como si estas no hubiesen afrontado el 56% del ajuste fiscal 2010-2013, por solo un 12,4% la Administraci¨®n central y la SS (Catalu?a no es culpable, 2 de octubre de 2014).
Al cabo, lo decisivo ahora mismo no es la diferencia de unas d¨¦cimas/10.000 millones. Lo importante ser¨¢ c¨®mo se cubran, c¨®mo las cubra el pr¨®ximo Gobierno, si con nuevos recortes (como los hasta ahora centrifugados a las autonom¨ªas) o con mayores ingresos.
Lo peor es la p¨¦rdida de credibilidad
Pero lo m¨¢s grave es que esta pelea ha destruido credibilidad. Es cierto que la Comisi¨®n, como alega el Gobierno, puede equivocarse en sus previsiones, y ha ocurrido. Pero dudas leg¨ªtimas, las hay, de entrada para este a?o: la devoluci¨®n de la paga extra de los funcionarios o la preocupante evoluci¨®n de los ingresos de la Seguridad Social amenazan los juramentos gubernamentales de que se cumplir¨¢ el presupuesto. Aunque entre el error europeo posible sobre las proyecciones hacia el futuro y la falsedad espa?ola certificable sobre las cifras del pasado media un oc¨¦ano.
Ocurre que el Gobierno juega en este envite al electoralismo. Atribuye al comisario Moscovici sesgo partidista ¡°por su filiaci¨®n socialista¡± (Rafael Hernando) en su dictamen ¡ªaunque ha sido ¨ªntegramente aprobado por la entera Comisi¨®n¡ª. Acaba el mandato como empez¨®, usando el presupuesto como arma para las urnas: en 2012, esperando a anunciar los recortes (auton¨®micos) hasta las elecciones andaluzas; ahora, prometiendo holguras y propinas antes del 20-D. Y deja en herencia un presupuesto que su sucesor ¡ªsea ¨¦l mismo u otro¡ª deber¨¢ ¡°actualizar¡±, como prescribe la Comisi¨®n. Y prescribe bastante, aunque a veces le tiemblen las piernas.
Si el Gobierno quer¨ªa demostrar que su verdad era mejor que la de Bruselas ten¨ªa m¨¢s armas que el reiterado ¡°Espa?a va a cumplir¡± o el altivo ¡°no vamos a modificar los presupuestos¡± (Luis de Guindos). Pod¨ªa haber exigido que la Comisi¨®n Europea presentase y defendiese su dictamen ante las Cortes, en aplicaci¨®n del reglamento europeo 473/20913, de 21 de mayo (pre¨¢mbulo, 21, y art¨ªculo 7).
Una sesi¨®n as¨ª aclarar¨ªa al ciudadano mucho m¨¢s que las invectivas institucionales sin posible respuesta, mera propaganda para corderos. Un debate Moscovici-Guindos, por ejemplo, har¨ªa m¨¢s por incrementar el control democr¨¢tico en toda la eurozona que mil tomas de alcachofa radiof¨®nica. Pero para imaginar algo as¨ª, primero hay que leer los reglamentos y luego quitarse la costra del provincianismo rampante, tan propio de los Estados-naci¨®n cursis y en declive.
As¨ª que estamos prestos a ser enga?ados, si lo hacen con soltura, elegancia, h¨¢bil manejo de datos y contraste democr¨¢tico. Todo lo que le falta a otra leyenda-basura pero exitosa, seg¨²n la cual Espa?a ser¨ªa la l¨ªder del crecimiento econ¨®mico europeo. Falso en 2014: el 1,4% espa?ol fue superado por el 1,5% b¨²lgaro; el 2% checo; el 2,3% sueco; el 2,8% rumano y let¨®n; el 2,9% brit¨¢nico; el 3% lituano y esloveno; el 3,4% polaco; el 3,5% malt¨¦s; el 3,7% h¨²ngaro y el 5,6% luxemburgu¨¦s (Eurostat).
Y prospectivamente falso en 2015: Irlanda (4,8%), Luxemburgo (4,4%), Chequia (4,8%) y Eslovaquia (3,2%) superar¨ªan este a?o el 3,1% de mayor PIB que el FMI atribuye a Espa?a.
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