60 millones de trabajadores dom¨¦sticos, sin protecci¨®n social en el mundo
Casi el 90% de empelados dom¨¦sticos en todo el mundo no tienen cobertura de Seguridad Social. La mayor¨ªa son mujeres
Nueve de cada diez empleados que trabajan en el sector dom¨¦stico en todo el mundo carecen de las m¨ªnima cobertura de Seguridad Social. La OIT calcula que este colectivo asciende a unos 60 millones de personas. La situaci¨®n afecta, principalmente, a las mujeres, ya que el 80% de trabajadores dom¨¦sticos son mujeres. Estos ¨ªndices de precariedad se explican porque todav¨ªa hay muchos pa¨ªses en los que no es obligada la cobertura social para los trabajadores del sector y por las dificultades que encuentra la inspecci¨®n de trabajo, el dominio de los contratos orales y la falta de quejas de los propios afectados.
La precariedad m¨¢xima, la que implica que un trabajador no tiene cobertura de sistema alguno de Seguridad Social, es la que impera en el sector dom¨¦stico en todo el mundo. El 90% de trabajadoras que se dedican profesionalmente a las tareas del hogar carece de protecci¨®n social. Son 60 millones de los 67 millones que hay en todo el mundo, seg¨²n la estimaci¨®n que ha divulgado la Organizaci¨®n Internacional de Trabajo (OIT). Esta ¨²ltima cifra implica que los trabajadores que se dedican al sector dom¨¦stico suponen el 4% de toda la mano de obra.
Las malas condiciones laborales de las empleadas de hogar no se quedan solo en la falta de Seguridad Social. Apunta la OIT en su estudio Protecci¨®n social del trabajo dom¨¦stico que es habitual que estas trabajadoras tengan m¨¢s de un empleador. Tambi¨¦n es frecuente que cobren el salario en especie, que los ingresos que perciben sean irregulares y que la relaci¨®n laboral sea tan informal que no hay ni un contrato de trabajo que recoja condiciones y obligaciones.
Las mujeres, las grandes afectadas
El plural femenino a la hora de hablar de este sector tiene una explicaci¨®n f¨¢cil de entender el 80% de quienes trabajan en este sector son mujeres, en torno a 54 millones. El porcentaje ser¨ªa incluso mayor si no se tuviera cuenta a los pa¨ªses ¨¢rabes, donde el porcentaje de empleados dom¨¦sticos masculinos asciende al 43%. Tambi¨¦n supera la media de presencia masculina otras ¨¢reas geogr¨¢ficas como Europa del este, Asia y ?frica. Esto, l¨®gicamente, y dado el alto nivel de precariedad en el sector supone un factor m¨¢s desigualdad de g¨¦nero.
Uno de los motivos que explica la extensi¨®n de la precariedad en los hogares es la dificultad que se encuentra la inspecci¨®n de trabajo en casi todos los pa¨ªses para poder desempe?ar su trabajo en este sector. ¡°Este es el principal problema¡±, se?ala el organismo con sede en Ginebra, dependiente de la ONU e integrado por Gobiernos, sindicatos y patronales. ¡°El acceso a los domicilios privados para la inspecci¨®n laboral generalmente est¨¢ prohibido por las legislaciones, debido a que entra en conflicto con el principio del respeto a la vida privada y familiar¡±, contin¨²a, se?alando en la mayor¨ªa de casos el acceso a un domicilio requiere de la aprobaci¨®n de un tribunal.
No obstante, no es esta la ¨²nica causa de que la falta de protecci¨®n social impere en este sector. Hay otros motivos comunes en la mayor parte de pa¨ªses: las dificultades para recopilar informaci¨®n por ¡°el elevado nivel de informalidad¡± y ¡°la falta de quejas presentadas por los trabajadores¡±.
Donde se dan los mayores agujeros de falta de cobertura social, apunta el organismo internacional, es en los pa¨ªses en desarrollo, ¡°donde solo una reducida cantidad de casos incluyen la cobertura legal en este sector¡±. En total, de los 163 pa¨ªses analizados, solo 70 tienen alg¨²n tipo de protecci¨®n, y entre ellos no est¨¢ China. Si esto se combina con el hecho de que el 82% de la mano de obra dom¨¦stica se concentra en pa¨ªses de Asia (solo China tiene m¨¢s de 13 millones de empleados en este sector), Latinoam¨¦rica y ?frica, se puede concluir que es en estas ¨¢reas geogr¨¢ficas donde se dan los mayores niveles de precariedad.
M¨¢s protecci¨®n en los pa¨ªses desarrollados
En cambio, es en pa¨ªses desarrollados, donde los niveles de informalidad y cobertura son m¨¢s altos. Entre los pa¨ªses que detalla la OIT con mayores niveles de protecci¨®n, est¨¢ Francia o Espa?a, donde el porcentaje se sit¨²a en torno al 70%.
La situaci¨®n para los pa¨ªses en desarrollo se agrava si a esto se a?aden la extensi¨®n de la jornada laboral. As¨ª en pa¨ªses como Espa?a, Nueva Zelanda o Noruega, se trabaja una media de 25,9 horas a la semana, 21,8 o 14, respectivamente. En cambio, en Filipinas la media se sit¨²a en 53,3 horas; en Indonesia, en 51; en Bolivia, en 47,2; y en Brasil, en 36,8.
Esto supone que el objetivo de la OIT de lograr la extensi¨®n de derechos laborales y cobertura de la Seguridad Social a esta actividad est¨¢ todav¨ªa muy lejos de cumplirse, como ella misma admite en su documento. Y esto es as¨ª a pesar de la existencia de Convenio de trabajadores y trabajadoras dom¨¦sticas de 2011 y su Recomendaci¨®n, del mismo a?o.
Diferencias con los inmigrantes
La mano de obra inmigrante tiene mucho protagonismo entre los empleados dom¨¦sticos. La OIT no da una cifra ni un porcentaje concreto, pero s¨ª apunta alguno de los problemas que se encuentran los extranjeros que trabajan en este sector, que en pa¨ªses como Espa?a o Italia supera a los trabajadores nacionales. Se?ala el organismo internacional que en Europa Occidental los salarios son un 24% m¨¢s bajos.
No obstante, la OIT destaca otro problema. En bastantes pa¨ªses la regulaci¨®n de la protecci¨®n social cambia seg¨²n el trabajador sea inmigrante o no. Para empezar hay pa¨ªses que no contemplan la cobertura en este sector para la mano de obra extranjera. Y luego hay otro grupo en que los niveles de protecci¨®n son diferentes. Son los casos de Singapur, donde si el empleado es nacional tiene cobertura obligatoria y si no, es voluntaria, o Israel, donde el extranjero solo disfruta de protecci¨®n sanitaria y no del resto de prestaciones.
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