La pasi¨®n por Astroboy
Pal Robotics, fundada en 2004, compite en el mercado de humanoides m¨¢s avanzados
Quien no se acuerda de Deep Blue, el ordenador de IBM que, en el a?o 1997, venci¨® al ajedrecista ruso y por entonces campe¨®n del mundo, Gary Kasparov. Aquella partida fue el nacimiento de Pal Robotics, la empresa constructora de humanoides con sede en Barcelona y dirigida por Francesco Ferro. Sucedi¨® que, en 2004, dos ingenieros catalanes y dos italianos recibieron el encargo de construir un robot que pudiera jugar al ajedrez con humanos... pero que fuera 10 veces m¨¢s potente que Big Blue.
Ferro explica que "el encargo lo recibieron de Royal Group, una empresa de Emiratos ?rabes". El resultado de aquel trabajo fue el nacimiento de Pal Robotics como empresa y de REEM-A como "el primer robot aut¨®nomo europeo". A partir de este primer proyecto, Pal Robotics decidi¨® crecer en dos l¨ªneas de negocio: "por una parte decidimos invertir en investigaci¨®n, trabajando en proyectos de i+d+i con centros de investigaci¨®n y universidades. Por otra parte, empezamos a vender robots con ruedas y comenzamos con la fabricaci¨®n de la serie REEM", dice Francesco Ferro.
El primer tipo de cliente en el que se centr¨® la compa?¨ªa fueron los hoteles. "Por eso denominamos al robot REEM-H. Lo empezamos a comercializar en el a?o 2008 y la idea es que, entre otras cosas, fuera un humanoide capaz de interactuar con la gente, que diera informaci¨®n, que pudiera guiar a personas en espacios interiores... El problema es que nos sali¨® un producto muy costoso, por lo que tuvimos que cambiar el modelo de negocio de venta por el de alquiler a clientes con muchos recursos", cuenta el fundador.
El contrato decisivo
Perfil. El hoy consejero delegado de Pal Robotics, Francesco Ferro, fue antes director del departamento de software de la compa?¨ªa. Es licenciado en Ingenier¨ªa de Telecomunicaciones por la Universidad de Tur¨ªn.
Proyectos. La firma se ha propuesto desarrollar robots reprogramables en 24 horas para que las empresas puedan cambiar sus l¨ªneas de producci¨®n y, en otro campo, que puedan trabajar con personas mayores.
Muchas empresas tienen un cliente, un contrato, que les supone un paso clave en el proceso de consolidaci¨®n y Pal Robotics recuerda perfectamente ese momento. "Nosotros dimos ese salto en el a?o 2013, cuando firmamos un contrato con la Universidad de Mosc¨² para desarrollar un robot b¨ªpedo". As¨ª nace el REEM-C y as¨ª es como la compa?¨ªa Pal Robotics comienza a construir unos robots b¨ªpedos que est¨¢n entre los m¨¢s avanzados del mundo.
"Nuestros robots tienen una autonom¨ªa de seis horas, mientras que la media de la competencia es de media hora. Ahora trabajamos con centros de investigaci¨®n y universidades de Francia, M¨¦xico y Alemania. En estos ¨¢mbitos les interesa mucho que nosotros trabajemos con c¨®digo libre, porque profesores y estudiantes pueden introducir sus propios c¨®digos", explica el responsable de la firma.
Francesco Ferro se?ala que, si hay una pregunta que le repiten una y otra vez en las conferencias que imparte es si la rob¨®tica destruye puestos de trabajo. Y dice que siempre responde lo mismo: "Cuando durante la primera revoluci¨®n industrial se invent¨® la lavadora, hubo muchas protestas y huelgas por parte de de mujeres lavanderas. Sin embargo ?qui¨¦n renunciar¨ªa ahora a la lavadora por crear alg¨²n puesto de trabajo?". A partir de este argumento, Ferro construye su explicaci¨®n: "En muchas empresas, los verdaderos robots son las personas que hacen tareas repetitivas que no aportan ning¨²n valor a?adido a la empresa. Son tareas que pueden ser automatizadas".
Echando la mirada atr¨¢s, este emprendedor afirma que, seguramente, "lo que nos hizo avanzar como empresa fue que mucha gente pensaba que no ¨ªbamos a conseguirlo. Muchos fueron los que nos dijeron que era imposible, que est¨¢bamos locos si pens¨¢bamos que, en un a?o, ¨ªbamos a conseguir desarrollar un robot b¨ªpedo de la nada. Y todo ello con 200.000 euros y entre cuatro personas. Lo m¨ªnimo que ¨ªbamos a necesitar eran cinco millones de euros y el trabajo de medio centenar de personas".
Al final, Francesco Ferro y sus socios de entonces (hoy se ha quedado solo al frente de la empresa), consiguieron hacer de Pal Robotics un proyecto industrial bastante s¨®lido, de vanguardia y con una oportunidad en un mercado con gran proyecci¨®n. "Eso s¨ª, necesitamos algo m¨¢s de ingenier¨ªa, pero no mucho m¨¢s dinero. Creo que si hemos conseguido sobrevivir 12 a?os en el mercado, dar trabajo a 30 personas y ser una empresa que espera facturar a final de este a?o tres millones de euros, se debe a nuestra capacidad t¨¦cnica y de adaptaci¨®n a las demandas de los clientes". Lo dice alguien que se enamor¨® de la rob¨®tica siendo ni?o, viendo los dibujos animados de robots japoneses como Astroboy.
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