El BCE decreta una muerte lenta para los billetes de 500 euros
Los billetes con ese valor dejar¨¢n de imprimirse en 2018, pero los existentes mantendr¨¢n su valor de forma indefinida
Por primera vez desde que entr¨® en circulaci¨®n hace 15 a?os, el euro pierde una de sus denominaciones. El Banco Central Europeo (BCE) acab¨® el mi¨¦rcoles con semanas de discusiones al anunciar que dejar¨¢ de producir los billetes de 500 euros a finales de 2018. La medida, que trata de facilitar la lucha contra el crimen, se queda a medio camino. Ya no se fabricar¨¢n nuevos billetes morados, pero los existentes mantendr¨¢n su valor ¡°siempre¡± y podr¨¢n ser cambiados en los bancos centrales de la zona euro ¡°por un periodo de tiempo ilimitado¡±. El BCE opta por la soluci¨®n m¨¢s gradual de las que hab¨ªa barajado.
?La batalla por el billete morado hab¨ªa enfrentado al BCE con Alemania. ¡°?De verdad alguien se cree que el hecho de que no existan los billetes de 500 acabar¨¢ con las actividades ilegales?¡±, se preguntaba hace poco en una entrevista el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann. Pero la decisi¨®n del Consejo de Gobierno del BCE ¡ªdonde se sientan los seis miembros del Consejo Ejecutivo y los 19 gobernadores de los bancos centrales del euro, Weidmann entre ellos¡ª supone una soluci¨®n de consenso.
El efectivo, un debate enciende a Alemania
?Se ha convertido el dinero en efectivo en un lastre ineficiente del que se aprovechan los criminales? ?O es, por el contrario, uno de los pocos reductos de libertad personal que le queda al consumidor en estos tiempos en los que la privacidad es cada vez m¨¢s reducida? El debate sobre el efectivo se vive con una especial intensidad en Alemania, donde los pagos electr¨®nicos son mucho menos habituales que en otros pa¨ªses de la UE.
El fin de los billetes de 500 euros se convierte as¨ª en otro conflicto m¨¢s entre el BCE y la mayor econom¨ªa de la eurozona y sede del organismo. Pero el debate va m¨¢s all¨¢ de los billetes morados. El plan del ministro de Finanzas, Wolfgang Sch?uble, de acabar con los pagos en efectivo de m¨¢s de 5.000 euros indigna a buena parte de la opini¨®n p¨²blica. El tabloide Bild, el m¨¢s vendido del pa¨ªs, ha iniciado una campa?a en contra. Y el cada vez m¨¢s exitoso partido ultraconservador Alternativa para Alemania ha hecho de la defensa del efectivo uno de sus temas estrella.
Mario Draghi, el jefe del BCE, logra su objetivo de ir reduciendo poco a poco el peso del billete de 500. Los alemanes, por su parte, se aseguran de que el Eurobanco no pone en duda la existencia futura del dinero en efectivo ¡ªel calendario para introducir las nuevas series de 100 y 200 euros se mantiene en 2018, como estaba previsto¡ª. Y obtienen adem¨¢s garant¨ªas de que los billetes ya existentes seguir¨¢n siendo v¨¢lidos indefinidamente.
El Bundesbank quer¨ªa evitar como fuera la imagen de ciudadanos obligados a deshacerse de sus billetes morados. ¡°Lo que hab¨ªa que decidir ahora no era si nos deshac¨ªamos de los billetes de 500 euros, sino c¨®mo lo hac¨ªamos. Y estamos satisfechos con el resultado¡±, aseguran fuentes del banco central alem¨¢n.
Austria, con una cultura monetaria muy parecida a la alemana, era otro de los grandes opositores a la medida. Ewald Nowotny, el gobernador del banco central austriaco, critic¨® la semana pasada la eliminaci¨®n del billete con el argumento de que se corr¨ªa el riesgo de ¡°comenzar un debate general sobre la abolici¨®n del dinero en efectivo¡±.
La batalla por los billetes morados se retroalimenta con las cr¨ªticas de Berl¨ªn a Draghi. Los economistas alemanes m¨¢s ortodoxos ven en la abolici¨®n de los billetes de 500 euros una se?al de aviso ante nuevas bajadas de tipos de inter¨¦s, incluso a territorio negativo.
Con esta decisi¨®n, el BCE trata de golpear a los grupos criminales ¡ªterroristas o traficantes de drogas¡ª que usan un medio de pago valioso f¨¢cil de transportar. Pese a que los billetes de 500 representan solo el 2,3% de todos los que circulan en la eurozona, su valor equivale al 30% del total.
A favor de su desaparici¨®n tambi¨¦n han pesado factores como su uso muy poco habitual (un 56% de los ciudadanos europeos nunca ha visto estos billetes, seg¨²n un estudio del BCE de 2011), un mayor peso de los medios de pagos electr¨®nicos y un escaso inter¨¦s de los empresarios para usarlos en sus transacciones econ¨®micas.
La pol¨¦mica sobre los riesgos de estos billetes tan valiosos no es nueva; y en cada pa¨ªs se ha vivido de forma distinta. La introducci¨®n del euro, y del billete de 500, supuso una sorpresa en pa¨ªses como Espa?a, cuya denominaci¨®n m¨¢s valiosa hasta entonces era de 10.000 pesetas (unos 60 euros). En Francia era de 500 francos (76 euros). Alemania representa el ejemplo contrario: ya antes de la moneda com¨²n ten¨ªa su billete de 1.000 marcos, que equivale a 500 euros. Otros cinco pa¨ªses (Austria, B¨¦lgica, Italia, Luxemburgo y Holanda) dispon¨ªan de billetes nacionales con un valor entre 200 y 500 euros. La desaparici¨®n de este billete se vive en Alemania y sus pa¨ªses cercanos, pues, como un paso m¨¢s en el proceso de mediterraneizaci¨®n del BCE que tanto molesta.
No es la primera vez que un banco central decide acabar con sus denominaciones m¨¢s altas. La Reserva Federal de Estados Unidos retir¨® en 1969 los billetes de 500 y 1.000 d¨®lares. Siguen existiendo, y tienen curso legal. Pero son muy escasos y est¨¢n muy cotizados entre los coleccionistas.
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