Una historia de ¨¦xito con el canal de fondo

Planteamiento. En julio de 2009 el consorcio Grupo Unidos por el Canal (GUPC) se adjudica el contrato para construir la ampliaci¨®n del Canal de Panam¨¢ con un tercer juego de esclusas que permitan el paso de los grandes buques post-panamax. El consorcio -liderado por la constructora espa?ola Sacyr e integrado, adem¨¢s, por la italiana Impregilo, la holandesa Jan de Nul y la paname?a Cusa- hab¨ªa sido elegido frente a otros tres grupos (entre ellos el formado por las tambi¨¦n espa?olas ACS, Acciona y FCC) por sus mejores especificaciones t¨¦cnicas y por ser la oferta m¨¢s baja, de 3.200 millones de d¨®lares. Motivo este por el que fue acusado por el grupo encabezado por la estadounidense Bechtel de baja temeraria (hecha a sabiendas de que es desproporcionada).

Nudo. Las obras, que comienzan en agosto del mismo a?o, parten de un ambicioso plan que las convierte en un reto en la historia de las infraestructuras de la misma dimensi¨®n que hab¨ªa sido la construcci¨®n del propio canal a principios de siglo XX. Supone unos desaf¨ªos enormes por la complejidad geol¨®gica, al ser una zona de alta sismicidad, entre otras caracter¨ªsticas. A medida que van avanzando las obras, los responsables del consorcio encuentran que las previsiones no coinciden con la realidad y se les disparan los costes. Los sobrecostes se deben a la peor calidad de la roca bas¨¢ltica que estaba en la zona, lo que obliga a buscar otra cantera, la aparici¨®n de fallas no esperadas o m¨¢s grandes de lo previsto y algunos cambios normativos. El caso es que el consorcio solicita unos modificados en el contrato inicial que eleva la oferta de 3.200 a 5.581 millones de d¨®lares. La Autoridad del Canal de Panam¨¢ (ACP), el organismo estatal reconocido en la Constituci¨®n para controlar el negocio que es el motor de la econom¨ªa del pa¨ªs, rechaza las pretensiones del consorcio. El conflicto generado en consecuencia acaba en el Tribunal de Arbitraje de Miami. Las tensiones obligan a intervenir al Gobierno espa?ol con el paname?o. La amenaza de paralizaci¨®n est¨¢ presente.

Desenlace. Pese a las diferencias, las obras contin¨²an cumpliendo los plazos y las relaciones se mantienen cordiales tanto entre las partes contendientes como entre los Gobiernos, como se demostr¨® en la visita esta semana de la ministra de Fomento, Ana Pastor, al pa¨ªs y su encuentro con el presidente, Juan Carlos Varela, con quien comparti¨® recorrido por las nuevas esclusas. Y siete a?os despu¨¦s del comienzo de las obras, el consorcio prev¨¦ entregar las llaves el pr¨®ximo martes 31 de mayo a ACP para su inauguraci¨®n el 26 de junio. La coincidencia ese d¨ªa con las elecciones generales en Espa?a impedir¨¢ que acuda el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; aunque estar¨¢ representado por el ministro de Exteriores, Jos¨¦ Manuel Garc¨ªa Margallo. En cualquier caso, el boato est¨¢ asegurado con la presencia del rey Juan Carlos, muy respetado por aquellas tierras.

A la inauguraci¨®n, que coincide con las elecciones espa?olas, acudir¨¢ el rey Juan carlos

Pero, quiz¨¢, lo m¨¢s importante han sido las entrevistas que ha mantenido tambi¨¦n esta misma semana el presidente de Sacyr, Manuel Manrique, con Varela, el ministro del Canal y presidente de la junta directiva de ACP, Roberto Roy, y con el administrador de ACP, Jorge Quijano. Los contactos han sido habituales; pero en esta ocasi¨®n el empresario espa?ol ha querido darles mayor trascendencia con motivo de la entrega.

Tras esos encuentros, Manrique ha vuelto a Espa?a convencido de que las cosas van por el camino del entendimiento. A su juicio, lo razonable es que sin pasar mucho tiempo se llegue a un punto de encuentro, que no puede ser otro que un acuerdo. A ello ayudar¨¢, sin duda, que los barcos transiten por las nuevas esclusas, con la caja registradora en funcionamiento, lo que tendr¨¢ un efecto dinamizador.

La ampliaci¨®n del canal se ha convertido en ¡°una historia de ¨¦xito¡± para Sacyr y sus socios ¡°por la que sacar pecho y estar orgullosos¡±. Pero el desenlace del conflicto es incierto. GUPC entregar¨¢ la ampliaci¨®n sin saber cu¨¢nto y cu¨¢ndo va a cobrar. Seg¨²n las previsiones, el veredicto se espera para un plazo de al menos tres a?os, aunque un acuerdo recortar¨ªa la espera e incluso podr¨ªa hacer que recayera el conflicto.

Los argumentos de Sacyr, que es el portavoz del consorcio, parecen bastante s¨®lidos, en el sentido de que las dificultades aparecidas han encarecido el proyecto, lo que hace bastante factible que el tribunal les d¨¦ la raz¨®n o que la parte litigantes reconozca algunas de sus peticiones. De momento, GUPC ha recibido el visto bueno de 460 millones de d¨®lares de forma provisional. Las esperanzas se centran en que, al menos, logre el 50% de la cantidad reclamada de m¨¢s; es decir, unos 1.200 millones de d¨®lares. Adem¨¢s, el acuerdo no tiene que ser exclusivamente monetario, pudiendo alcanzar pactos en otras dimensiones. No hay que dejar de lado, que GUPC continuar¨¢ tres a?os ligado al canal y que est¨¢n en perspectivas algunas nuevas obras como el nuevo punete sobre el canal por el que puja.

Ser¨ªa entonces el momento de llegar a ese punto razonable y final feliz que dice Manrique. M¨¢s all¨¢ de la desviaci¨®n presupuestaria, que inevitablemente se ha producido, prevalece el ¨¢nimo de una obra emblem¨¢tica.