Trump hace temblar el peso mexicano
Una eventual victoria del candidato republicano en EE UU ahoga la recuperaci¨®n de la moneda
Alto, rubio y vociferante. As¨ª es el mayor peligro que se cierne sobre el peso mexicano. Tras el desgaste de la crisis del petr¨®leo, la moneda se enfrenta ahora al hurac¨¢n desatado por Donald Trump. Las perspectivas son negras. Su mero avance en las encuestas genera oleadas de p¨¢nico en M¨¦xico, y una eventual victoria supondr¨ªa un terremoto de magnitud desconocida. Dentro y fuera del Gobierno, se preparan para lo peor. ¡°Trump es un hurac¨¢n devastador, sobre todo si cumple lo que ha prometido en campa?a¡±, ha sentenciado el habitualmente comedido gobernador del Banco de M¨¦xico, Agust¨ªn Carstens.
El temor es fundado. La divisa est¨¢ mostrando debilidades que se cre¨ªan superadas. En poco m¨¢s de un a?o se ha depreciado un 25% y hace s¨®lo dos semanas lleg¨® a ser la moneda m¨¢s vapuleada del mundo y super¨® el m¨ªnimo hist¨®rico de los 20 pesos el d¨®lar. Un desplome que en M¨¦xico, una tierra que sigue las evoluciones de su divisa como un enfermo el electrocardiograma, ha sido considerado un negro presagio. ¡°Si las palabras de Trump se volviesen hechos, vendr¨ªa una cat¨¢strofe. Los aranceles y muros desencadenar¨ªan una tremenda recesi¨®n y hundir¨ªan al peso¡±, afirma Ra¨²l Feliz, profesor del Centro de Investigaci¨®n y Docencia Econ¨®micas (CIDE).
En busca de puerto seguro, el Banco de M¨¦xico ha subido desde diciembre cuatro veces los tipos de inter¨¦s (del 3% al 4,75%). El resultado ha sido dispar. Una mejor¨ªa moment¨¢nea del peso y luego, el vendaval otra vez. En este escenario, el optimismo hace tiempo que ha saltado por la borda. A pocos les importa que M¨¦xico, con un crecimiento en torno al 2%, sea una de las econom¨ªas m¨¢s resistentes del hemisferio, muy por delante de Brasil o Argentina. Tampoco que el gigantesco sector de la exportaci¨®n, volcado al 80% en Estados Unidos, viva horas felices gracias a la ca¨ªda del peso ni que las remesas de los migrantes hayan aumentado un 7,5% en los siete primeros meses del a?o y ya representen m¨¢s de 15.000 millones de d¨®lares. La memoria del pasado, cuyo espectro hace revivir el magnate estadounidense, es m¨¢s poderosa que todos estos datos.
Los cataclismos sufridos por M¨¦xico en los a?os ochenta y noventa han dejado una huella profunda. Desde entonces el peso es visto como un term¨®metro de la salud del pa¨ªs. Y con el mercurio subiendo y Trump gritando, casi nadie presta atenci¨®n a que una parte del deterioro de la divisa haya sido tolerada por las autoridades monetarias. ¡°Para evitar un d¨¦ficit en la balanza de pagos a causa del desplome petrolero se permiti¨® un ajuste que facilitara las exportaciones y desincentivara las importaciones. Fue ah¨ª cuando el peso pas¨® de 15 a 18 unidades el d¨®lar¡±, se?ala Gerardo Esquivel, profesor-investigador del Colegio de M¨¦xico.
La maniobra, pese a su efecto depreciativo, fue sabiamente administrada para evitar el impacto en el ciudadano. La inflaci¨®n, la vara para medirlo, ha mostrado una resistencia a prueba de huracanes y se ha mantenido anclada por debajo del 3%.
No todo, por tanto, son malas noticias. Incluso la ca¨ªda del petr¨®leo, el otro gran enemigo de la econom¨ªa mexicana, parece haber tocado fondo tras el acuerdo de la OPEP de recortar la producci¨®n. Y una victoria de Hillary Clinton sigue siendo altamente probable. Pero nada de esto basta. La sola posibilidad, por remota que sea, de un triunfo de Trump, hiela los ¨¢nimos. La inseguridad se ha interiorizado y M¨¦xico ha empezado a revisar con nerviosismo su capacidad para aguantar la embestida.
El momento es malo para la introspecci¨®n. El desplome del crudo ha esquilmado los ingresos estatales. No s¨®lo se vende el petr¨®leo m¨¢s barato sino que se produce menos. En plena apertura energ¨¦tica, Pemex, la mayor compa?¨ªa p¨²blica mexicana y principal sost¨¦n del Estado, sufre p¨¦rdidas por 36.000 millones de d¨®lares. Ante este agujero negro, el Gobierno se ha embarcado en fuerte plan de recortes y ha aumentado su endeudamiento hasta superar el 50% del PIB. Una cifra alarmante en un pa¨ªs con 53 millones de pobres.
Con estos mimbres, nadie duda de que la volatilidad persistir¨¢ en el corto plazo. Mientras dure la campa?a, Trump seguir¨¢ vociferando y el peso tiritando. La gran pregunta es si parar¨¢ despu¨¦s de las elecciones estadounidenses, o si sobrevendr¨¢ el cataclismo. El martes 8 de noviembre se sabr¨¢.
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