La inflaci¨®n alcanza la cota del 2%, el objetivo del BCE
El encarecimiento de la energ¨ªa tira del ¨ªndice de precios, aunque el IPC sin los elementos m¨¢s vol¨¢tiles sigue por debajo del 1%
Peque?a sacudida en los cuarteles generales del Banco Central Europeo: la inflaci¨®n de la zona euro se situ¨® en el 2% en febrero, la cifra inscrita en letras de bronce en el mandato de la instituci¨®n que preside Mario Draghi. Tras unos a?os de flirteo con la deflaci¨®n, ese animal econ¨®mico es ya cosa del pasado. Pero la Gran Crisis aloja en su interior formidables paradojas: en apariencia, los ¨ªndices de precios cumplen el objetivo del BCE; en realidad eso es solo por el encarecimiento abrupto de los precios de la energ¨ªa, que en febrero han crecido a tasas del 9,2%, seg¨²n los datos de Eurostat, la oficina estad¨ªstica de la Uni¨®n. La inflaci¨®n subyacente --el coraz¨®n de ese ¨ªndice, sin los elementos m¨¢s vol¨¢tiles: alimentos, alcohol, tabaco, energ¨ªa-- sigue anclada en el 0,9%. Cuando la econom¨ªa de la eurozona coqueteaba con la deflaci¨®n, el BCE se agarraba a la subyacente para decir que las cosas no estaban tan mal y justificar un activismo menor que el de otros bancos centrales; ahora que la inflaci¨®n supera ya el 2% en varios pa¨ªses (sobre todo en Alemania, azote del BCE por sus miedos cervales a una escalada de precios), Draghi hace exactamente lo mismo.
La inflaci¨®n fue del 1,8% en enero y ahora sube al 2% en febrero, seg¨²n el dato adelantado por Eurostat. Pero los precios de la energ¨ªa crecen a tasas cercanas al 10% (8% en enero); los alimentos, el tabaco y el alcohol, a un ritmo del 2,5% (1,8% en enero). En cambio, el encarecimiento de los servicios es mucho m¨¢s suave (1,3%), y precios de los productos industriales rozan el 0%.
Aun as¨ª, Fr¨¢ncfort ya sabe por d¨®nde vendr¨¢ la presi¨®n en la pr¨®xima reuni¨®n del consejo de gobierno del BCE, el jueves de la semana pr¨®xima. Berl¨ªn ha presionado por tierra mar y aire contra sus medidas extraordinarias. Al establishment econ¨®mico alem¨¢n no le gustan los tipos de inter¨¦s negativos, ni el programa de compras de activos, ni la mayor parte del arsenal que ha puesto en liza el BCE para luchar contra una situaci¨®n econ¨®mica que era una suerte de campo minado. Draghi, aun as¨ª, ya ha dicho que no piensa mover una sola ceja. Al menos de momento.
Llueve sobre mojado: la inflaci¨®n dio la sorpresa en enero con un alza fulminante hasta el 1,8%, muy cerca del sacrosanto "por debajo pero cerca del 2%". Pero Draghi no parece demasiado preocupado. Ha asegurado que el BCE "no reacciona a los incrementos aislados y pasajeros de la inflaci¨®n", que se explican casi ¨²nicamente por el repunte de los precios de la energ¨ªa. Ha invitado a fijarse en la inflaci¨®n subyacente, que no incluye precios energ¨¦ticos ni de los productos alimentarios y sigue por debajo del 1%. Y ha reiterado que el BCE solo actuar¨¢ cuando la inflaci¨®n se acerque al 2% de forma duradera, autosuficiente --sin las medidas del Eurobanco-- y en toda la eurozona. No parece el momento: Draghi se niega a hablar de retirada y en todo caso menciona que hay opciones de que ocurra lo contrario. "El BCE est¨¢ listo para ampliar el volumen de compras y el horizonte del programa de adquisici¨®n de activos [el QE europeo] si ve riesgos", dijo hace unas semanas, en un discurso ante la Euroc¨¢mara.
Nadie espera sorpresas a corto plazo. Los analistas creen que el BCE podr¨ªa empezar a subir los tipos de inter¨¦s a partir de primavera, para aliviar la situaci¨®n de los bancos y acallar parte de las cr¨ªticas en Alemania. Para las compras de activos ¡ªel QE europeo¡ª habr¨¢ que esperar al menos a finales de este a?o; tal vez al pr¨®ximo, con una nueva rebaja del volumen de adquisiciones combinada con una ampliaci¨®n de los plazos. Al cabo, el paro en Europa sigue rozando el 10%, el doble que en Estados Unidos. El PIB per c¨¢pita sigue por debajo de los niveles precrisis. El lastre de la deuda p¨²blica y privada sigue pesando como plomo en las alas de la econom¨ªa de la zona euro en su conjunto. Algunos pa¨ªses presentan mejores constantes vitales: Alemania pide otra pol¨ªtica monetaria. Pero Draghi suele decir que la E del BCE le obliga a actuar como el banco central de toda la zona euro, no de uno de sus pa¨ªses.
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