La era de la posverdad en la econom¨ªa
Denunciar los empleos basura y la pobreza y defender la reforma laboral es incompatible
La OCDE present¨® la pasada semana un informe sobre Espa?a. Despu¨¦s de arrancar con la afirmaci¨®n de que nuestro pa¨ªs disfruta de una s¨®lida recuperaci¨®n econ¨®mica, lanz¨® al menos otras tres ideas concatenadas: que la pobreza ha aumentado, que lo ha hecho sobre todo por la falta de calidad de los empleos que se crean, y que hay que profundizar en la reforma laboral de 2012. Tres ideas contradictorias entre s¨ª: las dos primeras y la tercera.
Pues la reforma laboral ¡ªque sigue pimpante, sin una sola modificaci¨®n despu¨¦s de cuatro meses de legislatura y un Gobierno en minor¨ªa¡ª es la causante de la devaluaci¨®n salarial que ha llevado al incremento de la pobreza, de la precarizaci¨®n estructural de los puestos de trabajo que se crean (la mayor parte de ellos empleos basura por sus condiciones laborales y generadores de la categor¨ªa de ¡°trabajadores pobres¡± que no llegan a fin de mes) y de la ruptura del equilibrio negociador en el seno de la empresa en beneficio del empresario. La OCDE pide algo y lo contrario. Por ejemplo: hay que reducir el d¨¦ficit p¨²blico, pero las ayudas p¨²blicas a las familias son escasas y el gasto social por ni?o es inferior al promedio de los pa¨ªses de la organizaci¨®n.
El mensaje de la OCDE era muy predecible. Siempre dice algo muy parecido este club de 35 pa¨ªses creado a principios de los a?os sesenta con el objeto de promover pol¨ªticas que mejoren el bienestar. Mantiene lo mismo independientemente de quien lo gobierne en cada momento, del momento del ciclo y de los errores de apreciaci¨®n cometidos en el pasado (muy abundantes). Defiende las pol¨ªticas de talla ¨²nica. Sus tesis recuerdan mucho a las que denuncia Paul Romer, el economista jefe del Banco Mundial, que ha escrito un texto, El problema de la macroeconom¨ªa, que ha puesto patas arriba los fundamentos de la econom¨ªa neocl¨¢sica. Romer, que dice ser testigo de tres d¨¦cadas de regresi¨®n intelectual en el mundo de la macroeconom¨ªa, afirma que ¡°los modelos macroecon¨®micos actuales emplean hip¨®tesis incre¨ªbles para llegar a conclusiones desconcertantes¡±.
El economista del Banco Mundial ha encontrado paralelismos sorprendentes entre algunos macroeconomistas y los f¨ªsicos de la teor¨ªa de cuerdas. A saber: 1) una enorme confianza en s¨ª mismos; 2) una comunidad extremadamente monol¨ªtica; 3) un sentido de identificaci¨®n con una fe religiosa o una plataforma pol¨ªtica; 4) un sentido muy marcado de la frontera entre el grupo y otros expertos; 5) hacer caso omiso de las ideas, opiniones y trabajo de los expertos que no forman parte del grupo; 6) una tendencia a interpretar las pruebas de manera optimista, de creer afirmaciones exageradas o incompletas sobre resultados, desestimando la posibilidad de que la teor¨ªa sea err¨®nea; y 7) una falta de comprensi¨®n sobre el grado en que un programa de investigaci¨®n debe incluir el riesgo.
El autor de El problema de la macroeconom¨ªa concluye que el dilema no es tanto que haya economistas que dicen cosas que son inconsistentes con los hechos. El aut¨¦ntico problema es que a otros economistas les d¨¦ igual que los hechos les sean indiferentes a los primeros y sigan predicando id¨¦nticas recetas que en el pasado. Una tolerancia hacia el error evidente es algo todav¨ªa m¨¢s destructivo para la ciencia (econ¨®mica) que consagrarse a hacer apolog¨ªa del error.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.