M¨¦xico marca sus l¨ªneas rojas en la renegociaci¨®n del TLC con EE UU y Canad¨¢
El pa¨ªs norteamericano no aceptar¨¢ aranceles de ning¨²n tipo ni cambios en la resoluci¨®n de disputas
Estados Unidos, M¨¦xico y Canad¨¢ han tenido una relaci¨®n estable los ¨²ltimos 23 a?os. La convivencia en torno al Tratado de Libre de Comercio (TLC), firmado el 1 de enero de 1994, ha sido fruct¨ªfera. La llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, no obstante, ha estado a punto de hacer saltar por los aires la alianza. Aunque parece complicado que vaya a acabar con todo, el presidente de Estados Unidos ha espetado a sus socios una suerte de: "Tenemos que hablar". Los primeros encuentros se dar¨¢n entre el 16 y el 20 de agosto en Washington. M¨¦xico ya ha fijado sus l¨ªneas rojas.
En dos documentos de trabajo, uno de ellos remitido al Senado, el Gobierno mexicano resalta sus prioridades ante la negociaci¨®n recalca que no aceptar¨¢ la introducci¨®n de ning¨²n tipo de arancel, una de las opciones que la Administraci¨®n Trump manejaba en sus posicionamientos p¨²blicos cuando decidi¨® abrir el mel¨®n de la renegociaci¨®n comercial. Tambi¨¦n rechazar¨¢ cualquier cambio en el ya famoso cap¨ªtulo 19 del texto, que establece los mecanismos a seguir para la resoluci¨®n de disputas entre los tres pa¨ªses firmantes. En ambos casos, las autoridades mexicanas est¨¢n en total sinton¨ªa con sus pares canadienses, lo que parece anunciar un acuerdo de facto entre ambos pa¨ªses frente a uno de los rasgos diferenciales de la nueva Casa Blanca: el proteccionismo.
"[Debemos] fortalecer el tratado sin poner en riesgo el libre comercio, la integraci¨®n regional y, sobre todo, los empleos de millones de personas en los tres pa¨ªses", resume el documento de prioridades ante la negociaci¨®n elaborado por el Gobierno mexicano. Desde la Secretar¨ªa de Econom¨ªa, que dirige Ildefonso Guajardo, aseguran que tanto el cap¨ªtulo 19 como la no imposici¨®n de tarifas arancelarias ser¨¢n dos puntos "intocables" en la nueva redacci¨®n del TLC.
El Gobierno mexicano ve margen para que el nuevo pacto comercial "aproveche las oportunidades que ofrece la econom¨ªa del siglo XXI" y fija cuatro ejes tem¨¢ticos "indispensables para fortalecer la posici¨®n de M¨¦xico en la econom¨ªa global, extender los beneficios del libre comercio al interior de la sociedad y reposicionar a Am¨¦rica del Norte" en el nuevo orden econ¨®mico mundial: fortalecer la competitividad de la regi¨®n, avanzar hacia un comercio regional inclusivo y responsable, aprovechar las oportunidades de la econom¨ªa del siglo XXI y promover la certidumbre del comercio y las inversiones en Norteam¨¦rica.
En el primer ¨¢mbito, el Ejecutivo de Enrique Pe?a Nieto (PRI) aboga por que la modernizaci¨®n del TLC se oriente a "fortalecer la competitividad de M¨¦xico como plataforma de producci¨®n y exportaci¨®n (...) fortaleciendo la provedur¨ªa regional". De forma impl¨ªcita, las autoridades mexicanas se refieren as¨ª a las reglas de origen, que fijan el porcentaje de contenido regional de cada producto y que se ha convertido en los ¨²ltimos meses en uno de los mantras cada vez que se habla del tratado comercial norteamericano: una de las claves de las conversaciones trilaterales estar¨¢ en la b¨²squeda de un equilibrio entre favorecer la carga de trabajo en los pa¨ªses involucrados y no da?ar la competitividad del bloque respecto al resto del mundo.
M¨¦xico ve "prioritario" mantener el acceso preferencial para sus bienes y servicios en EE UU y Canad¨¢ y, especialmente, llama a facilitar el acceso de los productos agropecuarios ¡ªdonde la actividad comercial entre los tres pa¨ªses es especialmente intensa y multidireccional¡ª "buscando reglas claras, procedimientos y eliminando barreras al comercio"; apela a una mejora de los procedimientos aduaneros ¡ªuno de los puntos d¨¦biles en los intercambios M¨¦xico-EE UU en la actualidad¡ª y subraya la importancia de que se eviten "obst¨¢culos encubiertos al libre comercio". Este ¨²ltimo punto especialmente importante habida cuenta de que ante la imposibilidad de fija aranceles, tal y como anunci¨® en un primer momento, el equipo de Trump podr¨ªa verse tentado a acudir a regulaciones indirectas para frenar la entrada de productos mexicanos y canadienses en sectores clave.
En el plano laboral, los representantes mexicanos eluden referirse en el documento de prioridades ante la renegociaci¨®n a las "ventajas competitivas" de las que la nueva Administraci¨®n estadounidense acusa al pa¨ªs latinoamericano siempre que se presenta la ocasi¨®n. Pero el Gobierno de Pe?a Nieto no desaprovecha la oportunidad de pedir una ampliaci¨®n de las categor¨ªas para "la entrada temporal personas de negocios, mejorar los tiempos, transparencia y procesos para su ingreso [en EE UU] y buscar mecanismos innovadores de movilidad laboral". Las autoridades mexicanas ven una "enorme oportunidad" si los tres pa¨ªses logran un esquema menos r¨ªgido en este ¨¢mbito, seg¨²n confirman fuentes oficiales en referencia a las denominadas visas Nafta (las siglas del tratado en ingl¨¦s), que facilitar el traslado temporal de profesionales entre los tres pa¨ªses. "?Cu¨¢ntos jornaleros mexicanos se emplean en Florida? ?Y soldadores en infraestructuras estadounidenses?", pregunta ret¨®ricamente un alto funcionario mexicano. "Ser¨ªa una mejora del tratado que no implicar¨ªa ning¨²n coste", asevera.
Muchos especialistas e importantes representantes pol¨ªticos de izquierdas critican que el TLC firmado en 1994 favoreci¨® a grandes corporaciones internacionales. En el nuevo tratado, las autoridades mexicanas no quieren que ocurra lo mismo y se comprometen a "generar mecanismos de cooperaci¨®n regional que fomenten una mayor participaci¨®n de las peque?as y medianas empresas en las cadenas de provedur¨ªas regionales". En otro de los ¨¢mbitos en los que la Administraci¨®n estadounidense m¨¢s ha puesto el foco en los ¨²ltimos meses, el de la lucha contra la corrupci¨®n, el pa¨ªs latinoamericano se fija el objetivo de "establecer medidas" contra los actos de este tipo que "afecten al comercio y las inversiones". M¨¦xico ya tiene directrices para una renegociaci¨®n que se presume compleja y, sobre todo, larga: pocos conf¨ªan en llegar a un acuerdo en lo que resta de 2017, tal y como se hab¨ªan propuesto las tres partes en los proleg¨®menos de las conversaciones.
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