A vueltas con la morosidad
Hay una brecha en contenci¨®n de d¨¦ficit y deuda entre norte y sur que es casi un muro
La herencia de activos deteriorados bancarios (legacy assets) sigue siendo una losa pesada en Europa. Todo a pesar de que en pa¨ªses como Espa?a la limpieza ya realizada ha sido ingente. Ayer, los datos ofrecidos por el Banco de Espa?a corroboraron que la tasa de morosidad de cierre de 2017 fue del 7,9% y que desde los m¨¢ximos de 2013, la morosidad ha ca¨ªdo en 99.507 millones de euros para quedarse en 97.691. Solamente en actividades de construcci¨®n e inmobiliarias, los cr¨¦ditos deteriorados han ca¨ªdo en 59.562 millones de euros.
En otro grupo de socios comunitarios, como Grecia la tasa de activos no productivos alcanza al 47,7% de los pr¨¦stamos y en Chipre e Italia est¨¢ en el entorno del 15%. El caso italiano es el m¨¢s preocupante porque aglutina casi un tercio de los 910.000 millones de cr¨¦ditos dudosos de la Eurozona.
La cuesti¨®n fundamental es que, aunque la herencia de pr¨¦stamos deteriorados pueda resolverse, el modo y el tiempo en que puede hacerse est¨¢ poniendo en serias dificultades avanzar en la uni¨®n bancaria. A esa estructura le falta, entre otras cosas, un pilar esencial, el fondo de garant¨ªa de dep¨®sitos com¨²n. Alemania sigue mostrando abiertamente su reticencia a un seguro paneuropeo. No est¨¢ dispuesta a mutualizar riesgos bancarios por varias razones.
Aparentemente, la principal se basa en que consideran que los activos deteriorados a¨²n son muy elevados en otros pa¨ªses del euro y no se puede compartir un seguro cuando algunos socios presentan una incertidumbre considerable. El ahorrador ¡ªy votante¡ª alem¨¢n asume ya con dificultad la escasa rentabilidad que le ofrece el entorno monetario como para asumir m¨¢s cargas. Pero puede que aqu¨ª no acabe la cosa.
Muro infranqueable
Si se lograra reducir los legacy assets lo suficiente y en tiempo r¨¦cord, los pa¨ªses del ¡°n¨²cleo duro¡± probablemente exigir¨ªan otras referencias de disciplina m¨¢s all¨¢ de la dimensi¨®n bancaria. La fiscal sin ir m¨¢s lejos. Sigue existiendo una brecha en contenci¨®n de d¨¦ficit y deuda entre norte y sur que establece un muro casi infranqueable.
La Comisi¨®n Europea y el BCE conviven en la incomodidad de una uni¨®n bancaria incompleta y hacen frente com¨²n para avanzar en dos fases. La primera es presionar para barrer los activos da?ados. La semana pasada, la Comisi¨®n anunci¨® que baraja propuestas para aumentar progresivamente las provisiones de los cr¨¦ditos nuevos.
El supervisor ¨²nico, por su parte, respalda estas medidas y ejerce su propia cruzada para lograr un mercado paneuropeo de activos t¨®xicos m¨¢s l¨ªquido, que reduzca la negra herencia a mayor velocidad. Pero aqu¨ª no encaja el dicho popular de que siempre hay un roto para un descosido. Nadie est¨¢ contento. Italia se siente presionada. Y los pa¨ªses con menor morosidad se quejan de tener que provisionar m¨¢s cuando ellos mantienen la calidad crediticia en niveles elevados. Estimaciones recientes sugieren que la nueva normativa se ¡°comer¨¢¡± el 2% del capital bancario de la Eurozona a largo plazo. M¨¢s presi¨®n regulatoria. En Europa cuesta cambiar algunas cosas, todos siguen queriendo reglas a medida y esto impide un frente verdaderamente com¨²n
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