Mucho ojo con los ¡®chicharros¡¯ en Bolsa
Los cantos de sirena de r¨¢pidas ganancias en valores peque?os y de escasa liquidez pueden dejar atrapados a los inversores
?A qui¨¦n no le tienta la posibilidad de obtener una rentabilidad del 50% en dos d¨ªas? Lamentablemente, en el mercado burs¨¢til no existe ganancia sin riesgo; para lograr semejantes r¨¦ditos hay que traspasar el ¨¢mbito de la inversi¨®n y adentrarse en el campo de la especulaci¨®n, un juego similar al de la ruleta rusa en el que lo m¨¢s f¨¢cil es salir malparado. En los ¨²ltimos meses un pu?ado de valores de la Bolsa espa?ola (Audax, Solaria, Duro Felguera, Biosearch, Borges, Pescanova, Reno de Medici, Tubos Reunidos, Sniace¡) vienen protagonizando sesiones de subidas espectaculares, seguidas normalmente de jornadas con ca¨ªdas igualmente vertiginosas. Los expertos consultados alertan a los peque?os inversores de los riesgos de dejarse engatusar por los cantos de sirena de los llamados chicharros burs¨¢tiles.
El chicharro o jurel antiguamente se consideraba la comida de los pobres por su baja calidad y porque su pesca era f¨¢cil al encontrarse cerca de la costa. Por analog¨ªa, el mundo burs¨¢til denomina chicharro a las compa?¨ªas de peque?a capitalizaci¨®n, muchas de ellas con graves problemas financieros. Otros rasgos habituales de estos valores que son pasto para la especulaci¨®n son el escaso nivel de negociaci¨®n de las acciones al cabo del d¨ªa y el bajo precio de los t¨ªtulos (normalmente por debajo del euro), circunstancias que avivan la volatilidad de las cotizaciones.
Los especuladores suelen difundir bulos sobre empresas con problemas para atraer a m¨¢s gente
En un reciente informe, el equipo de an¨¢lisis de Self Bank explica que, como es l¨®gico, los inversores entran en estos valores con la esperanza de obtener un beneficio, ¡°pero los riesgos que presentan son considerables¡±. Entre los peligros que ven estos expertos est¨¢ el que, lo mismo que pueden subir, los chicharros tambi¨¦n pueden bajar con la misma intensidad. ¡°Por ejemplo, si una acci¨®n est¨¢ cotizando a 0,1 euros, una variaci¨®n de un c¨¦ntimo a la baja supone una p¨¦rdida del 10% en esa inversi¨®n¡±. Desde Self Bank tambi¨¦n llaman a la reflexi¨®n del inversor porque, si son valores de peque?a capitalizaci¨®n, normalmente es por algo. ¡°En muchos casos son empresas que no han sabido o no han podido crecer m¨¢s, y en otros son compa?¨ªas venidas a menos tras a?os de p¨¦rdidas, aunque tambi¨¦n pueden ser grupos en expansi¨®n¡±.
La volatilidad de los chicharros hace que sea recomendable no exponer un porcentaje muy alto de la cartera de un ahorrador, incluso si tiene poca aversi¨®n al riesgo, a este tipo de valores. Y no solo por las potenciales p¨¦rdidas, sino porque hay altas probabilidades de que se quede pillado. ¡°Es posible que de manera repentina nos encontremos con que no es posible deshacernos de los t¨ªtulos, puesto que no hay nadie dispuesto a comprarlos (incluso puede que lleguen a dejar de cotizar), o que el precio al que tengamos que vender sea de derribo¡±, avisan desde Self Bank.
Pasto de los rumores
Normalmente, hay poca informaci¨®n financiera y burs¨¢til sobre los chicharros. Estas compa?¨ªas, debido a su reducido tama?o, no son objeto de cobertura por parte de las casas de inversi¨®n. Esta falta de transparencia facilita el modus operandi de muchos inversores expertos en estas firmas, los cuales, en un juego de suma cero, intentan ganar dinero a costa de que otros muchos lo pierdan. ¡°En los ¨²ltimos a?os, con el auge de las redes sociales y de los foros de inversi¨®n en Internet, la moda de las noticias falsas tambi¨¦n ha llegado a la Bolsa¡±, explica Javier Niederleytner, profesor del Instituto de Estudios Burs¨¢tiles (IEB). ¡°Hay gente especializada en difundir rumores sobre una compa?¨ªa que atraviesa dificultades. Con poco dinero pueden mover mucho el precio, eso atrae a otros inversores, circunstancia que aprovechan los primeros para vender, provocando fuertes ca¨ªdas en la cotizaci¨®n¡±, resume Niederleytner.
Las compa?¨ªas peque?as no son malas ¡®per se¡¯, hay que ver caso a caso antes de tomar una decisi¨®n de inversi¨®n
Ignacio Cantos, director de inversiones en atl Capital, se?ala que una fase de cierta alegr¨ªa burs¨¢til como la actual es el caldo de cultivo ideal para los chicharros: ¡°Todos los d¨ªas hay una fiesta en un valor distinto. Los inversores especializados en estas compa?¨ªas van saltando de una a otra, seg¨²n sople el viento¡±. Este experto, sin embargo, pide no meter a todas las empresas de peque?a capitalizaci¨®n en el mismo saco. ¡°Los inversores institucionales prefieren evitar a las sociedades de menor tama?o por su baja liquidez. Para un fondo, tomar una posici¨®n en una compa?¨ªa de este tipo le puede llevar 15 d¨ªas comprando acciones en el mercado para no distorsionar los precios. No obstante, hay que separar el grano de la paja en el caso de los chicharros. Por ejemplo, Solaria es una sociedad que, seg¨²n nuestros par¨¢metros, est¨¢ cara tras las ¨²ltimas subidas, pero tiene detr¨¢s una historia de transformaci¨®n de negocio que es interesante. Conviene analizar las empresas una a una y ver qu¨¦ subidas tienen el respaldo de los fundamentales y cu¨¢les est¨¢n basadas en la simple especulaci¨®n¡±, concluye.
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