La econom¨ªa del mal de ojo
Cuando las rebajas fiscales no consiguen el milagro previsto, a sus defensores se les ocurren explicaciones estramb¨®ticas
Hace casi cuatro d¨¦cadas, el entonces candidato George H. W. Bush utiliz¨® la frase ¡°pol¨ªtica econ¨®mica vud¨²¡± para describir la afirmaci¨®n de Ronald Reagan seg¨²n la cual las rebajas de impuestos a los ricos se pagar¨ªan solas. Fue m¨¢s prof¨¦tico de lo que habr¨ªa podido imaginarse.
Porque la econom¨ªa vud¨² no es solo una doctrina basada en el pensamiento m¨¢gico. Es la pol¨ªtica zombi por excelencia, una forma de pensar que, al parecer, la evidencia no puede matar. Ha fallado cada vez que sus partidarios han intentado ponerla en pr¨¢ctica, pero ah¨ª sigue, arrastrando los pies. De hecho, a estas alturas se ha comido el cerebro de todas las figuras destacables del Partido Republicano. Hasta Susan Collins, la senadora republicana menos de derechas (aunque eso no es decir gran cosa), insisti¨® en que la rebaja fiscal de 2017 en realidad reducir¨ªa el d¨¦ficit.
Durante la campa?a de 2016, Donald Trump pretendi¨® ser diferente, y afirmaba que en realidad subir¨ªa los impuestos a los ricos. Sin embargo, en cuanto tom¨® posesi¨®n del cargo, inmediatamente volvi¨® al vud¨² radical. De hecho, ha elevado el pensamiento m¨¢gico a un nuevo nivel.
Es cierto que cuando las rebajas fiscales no consiguen producir el milagro previsto, a sus defensores se les ocurren unas explicaciones de lo m¨¢s estramb¨®ticas para su fracaso.
Mi favorita hasta ahora es la de Arthur Laffer, el economista vud¨² original y recientemente condecorado con la Medalla de la Libertad presidencial. ?Por qu¨¦ la presidencia de rebajas fiscales de George W. Bush no termin¨® con una expansi¨®n, sino con la peor recesi¨®n econ¨®mica desde la Gran Depresi¨®n? Seg¨²n Laffer, la culpa es de Barack Obama, aunque la recesi¨®n econ¨®mica empezara m¨¢s de un a?o antes de que Obama ocupara el cargo. Lo que pas¨® seg¨²n Laffer es que todo el mundo perdi¨® la confianza al percatarse de que Obama pod¨ªa ganar las elecciones de 2008.
Pero Trump tiene una todav¨ªa mejor. Como ha quedado cada vez m¨¢s claro que los resultados de su rebaja de impuestos han sido decepcionantes ¡ªlas ¨²ltimas revisiones de datos han corregido a la baja los c¨¢lculos tanto del PIB como del crecimiento del empleo¡ª, Trump ha ideado formas cada vez m¨¢s creativas de echar la culpa a otros. En particular, ahora dice que la expansi¨®n prometida no ha llegado porque sus adversarios est¨¢n hechizando la econom¨ªa con malos pensamientos: ¡°Los dem¨®cratas est¨¢n intentando ¡°convencer¡± a la econom¨ªa para que sea mala con vistas a las elecciones de 2020¡±.
?De verdad pueden los pol¨ªticos en la oposici¨®n causar una recesi¨®n utilizando pensamientos negativos? Esto va m¨¢s all¨¢ de la econom¨ªa vud¨²; quiz¨¢ deber¨ªamos llamarla econom¨ªa del mal de ojo.
Para ser justos, la afirmaci¨®n de que los dem¨®cratas est¨¢n gafando su boom es un tema secundario en los desvar¨ªos de Trump. B¨¢sicamente, ha culpado a la Reserva Federal por sus ¡°descabelladas¡± subidas de los tipos de inter¨¦s. Y la verdad es que las subidas de tipos del a?o pasado claramente fueron un error. Pero culpar a la Reserva Federal (Fed) por el fracaso de la rebaja fiscal no cuela. Para empezar, la Fed en realidad ha subido los tipos menos que en recuperaciones econ¨®micas previas. Es m¨¢s, el equipo econ¨®mico de Trump esperaba que la Reserva subiera los tipos cuando hizo sus pron¨®sticos extravagantemente optimistas. Las previsiones de hace un a?o de la Administraci¨®n contemplaban tipos de inter¨¦s bastante m¨¢s altos en 2019 que los que estamos viendo.
Dig¨¢moslo as¨ª: el recorte impositivo de Trump supuestamente deb¨ªa provocar una expansi¨®n tan fuerte que no solo soportar¨ªa unas modestas subidas de tipos por parte de la Reserva Federal, sino que en realidad necesitar¨ªa esas subidas para evitar el recalentamiento inflacionista. No puedes dar media vuelta y gritar ¡°traici¨®n¡± cuando la Reserva hace exactamente lo que esperabas que hiciera.
Sin embargo, aparte de culpar a todo el mundo menos a s¨ª mismo, ?c¨®mo afrontar¨¢ el fracaso de sus promesas? Le ha dado por reclamar que la Reserva ponga en marcha las imprentas, reduzca los tipos de inter¨¦s y compre bonos ¡ªmedidas que normalmente emprende antes de una recesi¨®n seria¡ª aunque sostiene que la econom¨ªa sigue fuerte y el desempleo est¨¢, de hecho, cerca de un m¨ªnimo hist¨®rico.
Como mucha gente ha percibido, estas son exactamente las medidas que los republicanos, Trump incluido, calificaron de ¡°degradaci¨®n de la moneda¡± cuando el desempleo era mucho m¨¢s alto que ahora y la econom¨ªa necesitaba desesperadamente un empuj¨®n.
Como no es probable que la Reserva acceda, ?qu¨¦ m¨¢s puede hacer Trump? Los funcionarios han lanzado la idea ¡ªy luego se han retractado¡ª de una rebaja del impuesto sobre la renta, es decir, una exenci¨®n tributaria para los trabajadores de a pie, en lugar de para las empresas y los individuos acaudalados que fueron los principales beneficiados de la rebaja fiscal de 2017. Pero esa acci¨®n parece poco probable, entre otras cosas porque altos cargos de la Administraci¨®n denunciaron esta idea pol¨ªtica cuando la propuso Obama.
Trump tambi¨¦n ha insinuado utilizar su poder ejecutivo para reducir los impuestos sobre ganancias de capital (que pagan en abrumadora mayor¨ªa los ricos). Esta jugada se distinguir¨ªa por ser tan ineficaz como ilegal. ?Y si suspendemos la guerra comercial que ha estado hundiendo la inversi¨®n? Esto parece poco probable, porque el proteccionismo, junto con el racismo, es uno de los valores fundamentales de Trump. Y posponer los aranceles podr¨ªa no ayudar, ya que no resolver¨ªa la incertidumbre, que puede que sea el mayor coste de la guerra comercial. La verdad es que Trump no tiene un plan B y probablemente no se le puede ocurrir ninguno. Por otro lado, quiz¨¢ no le haga falta. ?Qui¨¦n necesita una pol¨ªtica competente cuando uno es El Elegido y el rey de Israel?
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa. ? The New York Times, 2019. Traducci¨®n de News Clips
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