Destituir a Trump es bueno para la econom¨ªa
En comparaci¨®n con la ¨¦poca actual, el Ejecutivo de Nixon era un modelo de buen gobierno
Si hay algo de lo que est¨¢ convencido el tuitero en jefe, es que lo que es bueno para Donald Trump es bueno para EE UU. Hace poco m¨¢s de un mes, dijo en un mitin que ¡°no os queda otra que votadme¡±, porque su derrota electoral provocar¨ªa un hundimiento del mercado.
Pero ha ocurrido una cosa curiosa en el transcurso de las dos ¨²ltimas semanas terribles, horribles, mal¨ªsimas y nada buenas de Trump. De repente, el proceso de destituci¨®n (pero no de suspensi¨®n del cargo) ha pasado de ser muy improbable a ser muy probable. De hecho, dada la explosiva naturaleza de la queja del filtrador que ahora se hecho p¨²blica, realmente no entiendo c¨®mo puede no ser destituido.
Y los mercados, b¨¢sicamente, se han encogido de hombros. A primera vista, puede parecer extra?o. Al fin y al cabo, independientemente de cu¨¢l sea el resultado final de la cada vez m¨¢s alta probabilidad de que se produzca la destituci¨®n, la consecuencia inmediata es que el Gobierno de Trump se ver¨¢ privado de su capacidad para llevar a cabo su programa legislativo. ?Por qu¨¦ no preocupa eso a los inversores? La respuesta es ¡°?Qu¨¦ programa legislativo?¡±
Incluso cuando el partido de Trump controlaba ambas c¨¢maras del Congreso, solo llev¨® a cabo dos iniciativas legislativas importantes. Una fue una gran bajada de impuestos para las empresas y los ricos que generar¨¢ miles de millones de d¨®lares de d¨¦ficit, pero que no parece que haya hecho mucho por la econom¨ªa. Y la otra fue un intento de arrebatarles el seguro sanitario a unos 30 millones de estadounidenses, que no se aprob¨®. ?Y qu¨¦ pasa ahora? Pues bien, supongo que el proceso de destituci¨®n podr¨ªa interponerse en el gran plan de infraestructuras que Trump lleva prometiendo tres a?os. Vale, pueden dejar de re¨ªrse. ¡°La semana de las infraestructuras¡± se ha convertido desde hace mucho tiempo en un chiste; nadie, y digo bien, nadie, cree que ning¨²n plan de verdad, y mucho menos un plan que pudiese aprobar una C¨¢mara dem¨®crata, se materializar¨¢ alguna vez.
Cuanto m¨¢s tiempo se pasen preocup¨¢ndose por una posible investigaci¨®n en vez de plantear purgas de lealtad, mejor
A estas alturas, el ¨²nico elemento medianamente significativo sobre el tapete legislativo es la propuesta de Trump de sustituir el Tratado de Libre Comercio de Am¨¦rica del Norte (TLCAN), que b¨¢sicamente es imposible de distinguir del TLCAN. Puede que Trump crea que es importante ponerle un nombre nuevo al mismo tratado de comercio antiguo, pero casi nadie m¨¢s est¨¢ de acuerdo.
Para ser justos, la legislaci¨®n no es la ¨²nica manera en la que los presidentes pueden hacer pol¨ªtica, y la perspectiva de una destituci¨®n probablemente reducir¨¢ la capacidad de Trump de hacer pol¨ªtica a trav¨¦s de ¨®rdenes ejecutivas. La cosa es que, como la mayor¨ªa de las cosas que el presidente intenta hacer son malas para EE UU, la par¨¢lisis que pueda provocar el proceso de destituci¨®n ser¨¢ para bien.
Porque Trump, de hecho, est¨¢ librando una guerra contra la competencia.
En la visi¨®n del Gobierno que tiene Trump, los diplom¨¢ticos de carrera que hacen la diplomacia real, los reguladores experimentados que intentan aplicar las normativas, los investigadores que generan datos objetivos ¡ªy hasta los meteor¨®logos cuyas predicciones no le gustan¡ª forman parte de un Estado profundo que se la tiene jurada. Por eso los funcionarios de Trump han llevado a cabo una campa?a sistem¨¢tica para degradar la Administraci¨®n P¨²blica estadounidense, expulsando a gente que sabe lo que hace y sustituy¨¦ndola por pol¨ªticos mediocres.
Piensen en el caso del Servicio de Investigaci¨®n Econ¨®mica del Departamento de Agricultura, una entidad respetada y anteriormente apol¨ªtica que produce informes muy ¨²tiles ¡ªinformes de los que dependen agricultores y empresas¡ª sobre diversas tendencias que afectan al Estados Unidos rural. Despu¨¦s de que la agencia publicase unos informes que documentaban lo evidente ¡ªque la bajada de impuestos de 2017 benefici¨® desproporcionadamente a los agricultores ricos¡ª y se negase a inventar estudios que justificasen otras pol¨ªticas del Gobierno se le orden¨® con efecto inmediato que se trasladase de Washington a Kansas City.
La intenci¨®n evidente de esta jugada, que tuvo ¨¦xito, era provocar dimisiones en masa de los expertos de la entidad, y es muy poco probable, si el organismo vuelve a reconstituirse, que sea igual de bueno a la hora de hacer su trabajo. En el Gobierno federal se est¨¢ produciendo un proceso de mediocrizaci¨®n parecido. Y seamos claros: esta degradaci¨®n del Gobierno es mala para los negocios. A las empresas no siempre les gustan las normativas del Gobierno, pero les gustan los Gobiernos previsibles, competentes y que toman decisiones basadas en criterios claros, no en contactos pol¨ªticos.
La cosa es que un proceso de destituci¨®n afectar¨¢, sin duda, al proyecto trumpiano de degradaci¨®n del Gobierno. Puede que no lo paralice del todo, pero el equipo de amigotes de Trump se distraer¨¢; ser¨¢ menos descarado; y estar¨¢ preocupado por que otros posibles filtradores hagan p¨²blico lo que est¨¢n haciendo. Si tuvi¨¦semos un Gobierno normal, un Gobierno que, independientemente de su ideolog¨ªa, intentase gobernar el pa¨ªs bien, la distracci¨®n y la par¨¢lisis que conlleva un proceso de destituci¨®n podr¨ªan tener unos efectos secundarios negativos, aunque incluso en ese caso la trayectoria hist¨®rica no est¨¢ clara. (En comparaci¨®n con la ¨¦poca de Trump, el Gobierno de Nixon era un modelo de buen gobierno.)
Pero este no es un Ejecutivo normal; nunca ha dado la impresi¨®n de que le importase mucho gobernar, y se muestra en¨¦rgicamente hostil hacia los funcionarios p¨²blicos que intentan hacer su trabajo. Por tanto, la par¨¢lisis es buena. Cuanto m¨¢s tiempo se pasen las personas nombradas por Trump preocup¨¢ndose por una posible investigaci¨®n en vez de planificar purgas de lealtad, mejor estaremos todos nosotros, desde los ciudadanos de a pie hasta las empresas gigantescas.
Destituir a Donald Trump es bueno para la econom¨ªa.
Paul Krugman es premio Nobel de Econom¨ªa. ? The New York Times, 2019. Traducci¨®n de News Clips
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